Reunión Mesoamericana de Defensoras de Derechos
En la ciudad de Oaxaca, México, durante los días 23, 24 y 25 de abril del 2010 se realizó la Reunión Mesoamericana de Defensoras de Derechos Humanos. Allí se dieron cita para de debatir, indentificar y empezar a definir medidas de protección antes las diferentes circunstancias por las que atraviesa su activismo. Marusia López Cruz* fue una de las participantes y facilitadora del proceso previo y durante la reunión. Conversamos con ella para tener una visión desde adentro de esta articulación.
AWID: ¿Qué las llevó a reunirse y qué temas se trataron durante la reunión?
Marusia López Cruz: La preocupación compartida de las organizaciones convocantes (Consorcio Oaxaca, AWID, JASS, UDEFEGUA y la Alianza Centroamericana) por el incremento de los ataques y violaciones a los derechos de defensoras de derechos humanos en Mesoamérica, en un marco de poco reconocimiento y visibilización del aporte y de los riesgos y formas de violencia específicos que las defensoras enfrentan en el ejercicio de su labor.
Nos dimos cuenta que necesitábamos identificar, considerar y definir medidas de protección ante las circunstancias específicas que enfrentan las defensoras de derechos humanos, sobre todo cuando desafían normas y prácticas patriarcales (incluso al interior de sus movimientos) y son atacadas por actores no estatales. Ello con la intención de aumentar nuestra capacidad regional de respuesta oportuna y de generar las medidas de seguridad y cuidado necesarias para actuar en las condiciones adversas y autoritarias que vivimos en la región.
Con esto en mente el Encuentro Mesoamericano de Defensoras de Derechos Humanos tuvo el objetivo de favorecer un espacio de reflexión estratégica que permita la confluencia regional para prevenir, denunciar y atender la violencia contra defensoras de derechos humanos y luchadoras sociales de México y Centroamérica, a través del intercambio de información, metodologías y estrategias desarrolladas local, regional e internacionalmente.
Sobre esta base durante los tres días que duró el encuentro se reflexionó sobre las historias personales y colectivas de lucha de las mujeres mesoamericanas por los derechos humanos; sobre las formas de violencia que enfrentan y las consecuencias de ello en sus vidas y se generaron propuestas para: mejorar el autocuidado, actuar de manera oportuna frente a situaciones urgentes, reconocer y compartir experiencias y recursos de defensa existentes, entre otras. Además se compartieron casos paradigmáticos y experiencias de protección y denuncia tanto a nivel regional como internacional.
AWID: ¿Cuál es la situación de las defensoras de la región?
Marusia López Cruz: La numerosa y cada vez más protagónica y diversa participación política de las mujeres en la región, ha aumentado el grado de violencia en contra de defensoras de derechos humanos. Las defensoras, al igual que sus pares hombres, son víctimas de las políticas represivas y la inseguridad en el ejercicio de su labor; sin embargo, sufren formas específicas de agresión a causa de su condición de género, y esto se ve, por ejemplo, en que muchas mujeres y organizaciones que trabajan activamente por los derechos humanos no siempre son reconocidas ni se reconocen como defensoras de derechos humanos, incluso al interior de sus movimientos y organizaciones, lo cual las deja fuera de las medidas de protección existentes.
La violencia que enfrentan suele ser relativizada o minimizada tanto por las propias defensoras como por sus organizaciones, sobre todo aquella que no viene de parte de actores estatales.
Muchas enfrentan discriminación y aislamiento por parte de sus familias, así como la falta de redes sociales necesarias para proteger su integridad.
Son particularmente susceptibles a enfrentar ataques de actores no estatales, poderes fácticos o incluso de sus propias organizaciones, sobre todo cuando se enfrentan a normas patriarcales.
Son víctimas en un grado mayor que los hombres de violencia sexual, actos o campañas de desprestigio y amenazas a sus familias.
Las condiciones en las que realizan su labor son sumamente precarias, y su protección es particularmente compleja porque tiene que involucrar no solo a su persona sino también a sus hijos e hijas.
AWID: ¿Cuáles son los grupos más vulnerables y qué tipo de violencia deben enfrentar?
Marusia López Cruz: Entre los grupos de defensoras más vulnerables a la violencia destacaron cuatro: uno, el de las defensoras que trabajan en contra de la violencia intrafamiliar y el feminicidio; otro grupo es el de las defensoras que trabajan en el marco de situaciones de conflicto; del grupo de defensoras indígenas, son más particularmente vulnerables aquellas que se oponen a la violación de los derechos de los pueblos y aquellas que denuncian los abusos del ejército; y el grupo de defensoras que luchan por los derechos sexuales y reproductivos, particularmente las feministas lesbianas y trans y las que luchan por la despenalización del aborto.
Los tipos de violencia que enfrentan son diversos, algunos de los más mencionados y que más las afectan fueron: violencia sexual, amenazas de muerte (tanto a ellas como a sus hijos e hijas), difamación (una de las formas que más afectan a las defensoras porque conlleva al aislamiento de sus familias y comunidades), acoso sexual, discriminación y descrédito al interior de sus propias organizaciones y movimientos; violencia intrafamiliar (muchas veces ocasionada por el rechazo de sus familias y pareja de que participen en proyectos y movimientos sociales).
AWID: Respecto a la región ¿cuáles son los temas que ustedes ven más atrasados o los derechos que han sido arrebatados o en los cuales se está retrocediendo?
Marusia López Cruz: Por un lado la debilidad democrática de los Estados y el regreso a formas extremas de autoritarismo, como el golpe de Estado en Honduras. En toda la región preocupa la criminalización de la protesta social, la existencia de grupos paramilitares, la remilitarización de territorios y los abusos cometidos por militares, la falta de espacios institucionales de diálogo y participación ciudadana, etc.
También podemos señalar el avance de leyes y políticas conservadoras que violan los derechos sexuales y reproductivos. En muchos países de la región se ha avanzado en la criminalización del aborto, incluso en países autodenominados de izquierda como Nicaragua. Además se ha intentado restringir o negar derechos a las parejas del mismo sexo, las lesbianas, las trans y las trabajadoras sexuales. Atrás de estos avances están fuertes pactos entre las jerarquías religiosas y los gobiernos que cada día vulneran más la laicidad necesaria de todo Estado democrático.
Y el escalamiento de la violencia. El poder del crimen organizado en la región y el nivel de infiltración y control que tienen de las instituciones públicas, ha aumentado la violencia, la inseguridad ciudadana, las redes de trata y prostitución forzada. En este marco ha aumentado el feminicidio y otras formas extremas de violencia contra las mujeres.
AWID: A partir de este encuentro ¿cuáles son los próximos pasos de esta articulación?
Marusia López Cruz: Primero que nada seguir divulgando el pronunciamiento que resultó de la Reunión Mesoamericana entre actores diversos. Dicho pronunciamiento ya ha sido traducido al inglés, el francés y el alemán.
También favorecer una reflexión en cada uno de los países de la región sobre la violencia que están enfrentando las defensoras de derechos humanos que permita avanzar en la comprensión de la situación, involucrar y sensibilizar a más actores sobre la necesidad de proteger a las defensoras y generar estrategias específicas de seguridad que respondan a los diversos contextos y situaciones particulares de vida y de identidad de las defensoras.
Finalmente visibilizar la situación de las defensoras en espacios internacionales de derechos humanos que muchas veces no conocen o no atienden de manera específica a las defensoras que están enfrentando violencia. Para ello se está integrando un diagnóstico regional con los resultados de la reunión.
Como expectativa compartida quedó la importancia de volver a convocar un espacio de reflexión entre defensoras de derechos humanos en Mesoamérica.
*Marusia López Cruz es parte de Asociadas por lo Justo Mesoamérica (JASS-Meso), Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, Petatera.
AWID: ¿Qué las llevó a reunirse y qué temas se trataron durante la reunión?
Marusia López Cruz: La preocupación compartida de las organizaciones convocantes (Consorcio Oaxaca, AWID, JASS, UDEFEGUA y la Alianza Centroamericana) por el incremento de los ataques y violaciones a los derechos de defensoras de derechos humanos en Mesoamérica, en un marco de poco reconocimiento y visibilización del aporte y de los riesgos y formas de violencia específicos que las defensoras enfrentan en el ejercicio de su labor.
Nos dimos cuenta que necesitábamos identificar, considerar y definir medidas de protección ante las circunstancias específicas que enfrentan las defensoras de derechos humanos, sobre todo cuando desafían normas y prácticas patriarcales (incluso al interior de sus movimientos) y son atacadas por actores no estatales. Ello con la intención de aumentar nuestra capacidad regional de respuesta oportuna y de generar las medidas de seguridad y cuidado necesarias para actuar en las condiciones adversas y autoritarias que vivimos en la región.
Con esto en mente el Encuentro Mesoamericano de Defensoras de Derechos Humanos tuvo el objetivo de favorecer un espacio de reflexión estratégica que permita la confluencia regional para prevenir, denunciar y atender la violencia contra defensoras de derechos humanos y luchadoras sociales de México y Centroamérica, a través del intercambio de información, metodologías y estrategias desarrolladas local, regional e internacionalmente.
Sobre esta base durante los tres días que duró el encuentro se reflexionó sobre las historias personales y colectivas de lucha de las mujeres mesoamericanas por los derechos humanos; sobre las formas de violencia que enfrentan y las consecuencias de ello en sus vidas y se generaron propuestas para: mejorar el autocuidado, actuar de manera oportuna frente a situaciones urgentes, reconocer y compartir experiencias y recursos de defensa existentes, entre otras. Además se compartieron casos paradigmáticos y experiencias de protección y denuncia tanto a nivel regional como internacional.
AWID: ¿Cuál es la situación de las defensoras de la región?
Marusia López Cruz: La numerosa y cada vez más protagónica y diversa participación política de las mujeres en la región, ha aumentado el grado de violencia en contra de defensoras de derechos humanos. Las defensoras, al igual que sus pares hombres, son víctimas de las políticas represivas y la inseguridad en el ejercicio de su labor; sin embargo, sufren formas específicas de agresión a causa de su condición de género, y esto se ve, por ejemplo, en que muchas mujeres y organizaciones que trabajan activamente por los derechos humanos no siempre son reconocidas ni se reconocen como defensoras de derechos humanos, incluso al interior de sus movimientos y organizaciones, lo cual las deja fuera de las medidas de protección existentes.
La violencia que enfrentan suele ser relativizada o minimizada tanto por las propias defensoras como por sus organizaciones, sobre todo aquella que no viene de parte de actores estatales.
Muchas enfrentan discriminación y aislamiento por parte de sus familias, así como la falta de redes sociales necesarias para proteger su integridad.
Son particularmente susceptibles a enfrentar ataques de actores no estatales, poderes fácticos o incluso de sus propias organizaciones, sobre todo cuando se enfrentan a normas patriarcales.
Son víctimas en un grado mayor que los hombres de violencia sexual, actos o campañas de desprestigio y amenazas a sus familias.
Las condiciones en las que realizan su labor son sumamente precarias, y su protección es particularmente compleja porque tiene que involucrar no solo a su persona sino también a sus hijos e hijas.
AWID: ¿Cuáles son los grupos más vulnerables y qué tipo de violencia deben enfrentar?
Marusia López Cruz: Entre los grupos de defensoras más vulnerables a la violencia destacaron cuatro: uno, el de las defensoras que trabajan en contra de la violencia intrafamiliar y el feminicidio; otro grupo es el de las defensoras que trabajan en el marco de situaciones de conflicto; del grupo de defensoras indígenas, son más particularmente vulnerables aquellas que se oponen a la violación de los derechos de los pueblos y aquellas que denuncian los abusos del ejército; y el grupo de defensoras que luchan por los derechos sexuales y reproductivos, particularmente las feministas lesbianas y trans y las que luchan por la despenalización del aborto.
Los tipos de violencia que enfrentan son diversos, algunos de los más mencionados y que más las afectan fueron: violencia sexual, amenazas de muerte (tanto a ellas como a sus hijos e hijas), difamación (una de las formas que más afectan a las defensoras porque conlleva al aislamiento de sus familias y comunidades), acoso sexual, discriminación y descrédito al interior de sus propias organizaciones y movimientos; violencia intrafamiliar (muchas veces ocasionada por el rechazo de sus familias y pareja de que participen en proyectos y movimientos sociales).
AWID: Respecto a la región ¿cuáles son los temas que ustedes ven más atrasados o los derechos que han sido arrebatados o en los cuales se está retrocediendo?
Marusia López Cruz: Por un lado la debilidad democrática de los Estados y el regreso a formas extremas de autoritarismo, como el golpe de Estado en Honduras. En toda la región preocupa la criminalización de la protesta social, la existencia de grupos paramilitares, la remilitarización de territorios y los abusos cometidos por militares, la falta de espacios institucionales de diálogo y participación ciudadana, etc.
También podemos señalar el avance de leyes y políticas conservadoras que violan los derechos sexuales y reproductivos. En muchos países de la región se ha avanzado en la criminalización del aborto, incluso en países autodenominados de izquierda como Nicaragua. Además se ha intentado restringir o negar derechos a las parejas del mismo sexo, las lesbianas, las trans y las trabajadoras sexuales. Atrás de estos avances están fuertes pactos entre las jerarquías religiosas y los gobiernos que cada día vulneran más la laicidad necesaria de todo Estado democrático.
Y el escalamiento de la violencia. El poder del crimen organizado en la región y el nivel de infiltración y control que tienen de las instituciones públicas, ha aumentado la violencia, la inseguridad ciudadana, las redes de trata y prostitución forzada. En este marco ha aumentado el feminicidio y otras formas extremas de violencia contra las mujeres.
AWID: A partir de este encuentro ¿cuáles son los próximos pasos de esta articulación?
Marusia López Cruz: Primero que nada seguir divulgando el pronunciamiento que resultó de la Reunión Mesoamericana entre actores diversos. Dicho pronunciamiento ya ha sido traducido al inglés, el francés y el alemán.
También favorecer una reflexión en cada uno de los países de la región sobre la violencia que están enfrentando las defensoras de derechos humanos que permita avanzar en la comprensión de la situación, involucrar y sensibilizar a más actores sobre la necesidad de proteger a las defensoras y generar estrategias específicas de seguridad que respondan a los diversos contextos y situaciones particulares de vida y de identidad de las defensoras.
Finalmente visibilizar la situación de las defensoras en espacios internacionales de derechos humanos que muchas veces no conocen o no atienden de manera específica a las defensoras que están enfrentando violencia. Para ello se está integrando un diagnóstico regional con los resultados de la reunión.
Como expectativa compartida quedó la importancia de volver a convocar un espacio de reflexión entre defensoras de derechos humanos en Mesoamérica.
*Marusia López Cruz es parte de Asociadas por lo Justo Mesoamérica (JASS-Meso), Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, Petatera.
Por Gabriela De Cicco
Fuente: AWID