junio 16, 2010

'Somos poderosas, todavía seguimos cantando'

Alda Facio, jurista feminista y autora de numerosas publicaciones sobre derechos humanos y género propone ser más holísticas para cambiar el mundo y erradicar la violencia.

'La verdad que lo que veo en América Latina es que sea la derecha o sea la izquierda, las mujeres estamos fritas', dice Alda Facio, directa, franca, mujer de palabras sencillas y grandes ideas. Y luego: 've lo fuerte y poderosas que somos, que a pesar de lo que nos hacen que seguimos cantando'. Es que Facio es tan capaz de aceptar sus contradicciones y la del movimiento feminista, al que pertenece y reivindica, como de decirle al presidente de Costa Rica, que no ha podido votar lo que le han pedido, porque 'tenía que ir al baño' y luego aceptar las consecuencias de no poder representar más a su país en espacios internacionales.

Esta mujer pequeña de cabello cano al ras y sonrisa rápida, es jurista y escritora. Experta internacional de relieve en asuntos de género y derechos humanos de las mujeres, publicó libros y especialmente guías sobre como hacer informes sombra y como incorporar la perspectiva de genero en trabajos de promoción y defensa de derechos humanos. Es la fundadora y primera directora del grupo de mujeres por una justicia de género en la Corte Penal y es directora del Programa Mujer, Justicia y Género del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito –ILANUD-.

Facio dialogó con Artemisa Noticias en los pasillos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, después de su ponencia 'Urge un nuevo paradigma para acabar con la violencia de género', que cerró el Encuentro Internacional sobre Violencia de Género realizado el 10 y 11 de junio en la ciudad de Buenos Aires, organizado por la Defensoría General de la Nación.

-¿Por qué, siendo Costa Rica un país que se destaca en la región, llega una mujer poco sensible a los derechos de las mujeres al poder?

Es muy triste porque es un país que ha sido más democrático que nuestros vecinos, que hemos tenido suerte de no tener ejército y eso ha sido tal vez lo mejor que nos ha pasado porque todo lo que se gastaba y gastan nuestros vecinos en eso se gasta en salud y educación y es un pueblo más educado que el resto de Centro América pero vamos para atrás rapidísimo. Es algo triste ver que se puede retroceder tanto. Hasta las zonas reservadas que teníamos para la naturaleza se están perdiendo con el neoliberalismo porque hasta los parques nacionales se pueden privatizar porque las empresas privadas supuestamente los pueden cuidar mejor que el estado que no tiene suficientes fondos para garantizar que no se metan los 'traileros' a cortar los bosques, etc. Entonces es un parque donde lo pueden gozar solo los ricos, ni siquiera costarricenses. Ya hay áreas de Costa Rica donde no podemos entrar, solo los gringos y europeos.

-¿Cómo evaluás la llegada de otras mujeres a la presidencia como en nuestro país, Chile o Alemania?

Yo sigo creyendo que las mujeres tenemos derecho a estar en todos los espacios. entonces, claro, yo quisiera que las mujeres que llegaran fueran más, ni siquiera feministas, sino comprometidas con el pueblo. Pero no ha sido así en la mayoría de los casos. Tal vez menos con Michelle Bachelet.

-Pero ahora está de nuevo la derecha en Chile...

Y la verdad que lo que veo en América Latina es que sea la derecha o sea la izquierda, las mujeres estamos fritas. No se hace mucho por las mujeres en Venezuela, o en Ecuador, o en Brasil. Se hace un poco más y por supuesto si los niños están bien, si hay más comida, a las mujeres les va mejor pero digamos las cuestiones importantes para las mujeres como lograr desmembrar la violencia y la desigualdad, no se le está dando importancia todavía. Ahora yo creo que si en la izquierda se le da importancia a eso se puede llegar más fácilmente que en la derecha, como estoy teniendo mucha esperanza en Cuba, que se está moviendo en espacios que antes no tocaba: está luchando mucho contra la violencia, contra la homofobia.

-Hablabas de que hay que cambiar el paradigma en que vivimos para erradicar la violencia ¿cuándo podría pasar esto? ¿cuánto nos falta?

Cuando soy optimista creo que el salto va a ser cualitativo y entonces las cosas van a cambiar pero cuando estoy pesimista pienso que no se va a hacer y que nos vamos a acabar como seres de este planeta porque lo estamos viendo. Ya se está viendo con el derrame en el Golfo de México, con los terremotos, la tierra no aguanta…

-¿Cómo sería ese paradigma nuevo?

Sería simplemente entender ver la conexión en todo. Que yo no soy esta persona que está aquí, y vos estás allí. Sino que somos una relación, y la relación, y la relación… Cuando entendamos esto… esto lo vivimos todavía a nivel intelectual, no lo hemos interiorizado porque el día que yo entienda que lo que te pasa a vos me pasa a mí pues voy a querer lo mejor para vos también. Y así sucesivamente…

-Mencionabas que viene de la física cuántica…

Sí porque es desde la física cuántica que se demuestra lo que ya los místicos y las místicas hemos sabido siempre, que estamos todos conectados. Pero como al mundo patriarcal, científico, capitalista no le creen a no ser que la ciencia se lo demuestre, ahora la ciencia lo está probando.

-¿Qué tendría que hacer el feminismo para impulsar esto?

Ser más holísticas porque a veces nos metemos por ejemplo en la penalización de la violencia y no nos importa qué es lo que les pase a los hombres que están en las cárceles. Y sí nos tiene que importar. Si nosotros queremos que los hombres que agraden a las mujeres estén en las cárceles, nos tiene que importar qué pasa en las cárceles porque sino vamos a deshumanizar. O ¿cómo vamos a meter a todos los violadores en las cárceles? O sea, pensar un poco más y pensar las consecuencias de lo que estamos diciendo. Pensar un poco más sin que nos enojemos tanto y cuesta mucho.

-El mes pasado, hubo dos marchas defendiendo abusadores en General Villegas y Olavarría, en Argentina ¿cómo puede leer esto? ¿Son casos aislados o forman parte de un retroceso general?

Eso siempre ha pasado, pero ahora está pasando mucho porque es una estrategia conciente del patriarcado, de usar a las mujeres para defender a los violadores, a los agresores. Y las mujeres salen diciendo que son unas tontas o defendiendo la prostitución o la mutilación genital, las feministas defendiendo esto, no cualquier mujer.

Estamos en un momento de confusión yo creo. Los estudios de género ayudaron mucho a la confusión porque las académicas que empezaron a estudiar estos fenómenos se enredaron con tratar de ser lo suficientemente intelectuales y empezaron a olvidarse que las mujeres no necesitan teorías, necesitan que se les crean.

-Se necesitan cambios culturales muy grandes…

Sí pero se pueden lograr porque cuando tenés la conciencia… cuando una mujer agredida decide dejar al agresor está teniendo un cambio de conciencia y muchas lo hacen. Entonces no es imposible. Cuando las mujeres decidimos basta ya de lo que sea, es un cambio de conciencia y eso es lo que se requiere. Y lo que dicen muchos físicos y científicos cuánticos es que ese salto de conciencia ya se está dando.

-¿Habría que insistir más en el emponderamiento de las mujeres y dejar de hablar tanto de las víctimas?

Es lograr un equilibrio porque también decir que las mujeres tenemos el poder y negar la victimización es negar toda una parte muy real. Yo digo, qué fuertes que somos, que a pesar de que nos agraden, nos violan, nos matan y desde que nos levantamos oímos chistes sobre nosotras, todavía podemos ser felices, salir a la calle, bailar, cantar… Yo no creo que un hombre aguantara eso. Si un hombre desde que nace le estuvieran diciendo 'usted es inferior, usted no sirve, usted cállese, usted es una puta'… Entonces, ve lo fuerte y poderosas que somos que seguimos cantando.



Por Sonia Santoro
Foto: Amelia Bock
Fuente: Artemisa Noticias

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