Falleció Lolita Lebrón, destacada luchadora puertorriqueña
Lolita Lebrón, destacada líder independentista puertorriqueña, falleció hoy en la ciudad de San Juan, Puerto Rico, a los 89 años, después de una crisis cardiorrespiratoria que la mantuvo hospitalizada durante varias semanas.
Considerada por muchos como la Madre de la Patria Puertorriqueña, Lolita dedicó buena parte de su vida a luchar por la independencia y la soberanía de la isla caribeña, que mantiene su status de neocolonia de Estados Unidos, bajo la condición de Estado Libre Asociado.
La luchadora revolucionaria nació en la ciudad de Lares, en 1920, y a temprana edad se afilió al Partido Nacionalista de Puerto Rico, presidido por Pedro Albizu Campos.
En 1954, junto a los jóvenes Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Andrés Figueroa Cordero, organizó y participó en un ataque armado al Congreso de los Estados Unidos, para llamar la atención sobre el reclamo de independencia del pueblo boricua, lo que le costó 25 años de prisión en cárceles norteamericanas.
Gracias a la solidaridad internacional, el presidente estadounidense Jimmy Carter se vió obligado en 1979, a ofrecer una amnistía a los cuatro prisioneros independentistas.
Juan Mari Bras, líder socialista boricua, declaró después de la muerte de Lolita, «que era una pérdida enorme, porque se va una mujer valiente, símbolo de la resistencia patria».
«Ha muerto una de las grandes de la lucha de independencia y de las discípulas más firmes que tuvo Pedro Albizu Campos», declaró también el dirigente independentista Carlos Gallisá, quien agregó que «en algún momento de la historia de este pueblo, cuando terminemos con el coloniaje, se podrá medir de verdad la grandeza de esta mujer».
Lolita Lebrón muere en momentos en que toda la comunidad internacional se vuelve a unir, como hicieron hace más de tres décadas a favor de los cuatro prisioneros puertorriqueños- a exigir al presidente norteamericano Barack Obama, la excarcelación de los cinco antiterroristas cubanos presos injustamente en Estados Unidos.
Por Miguel Fernández Martínez
Fuente: Vanguardia