septiembre 24, 2010

Mortalidad materna cayó menos de lo esperado para alcanzar el ODM 5

Cada medio minuto muere una mujer en el mundo. La afirmación realizada por Widney Brown, directora general de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional comprueba que un largo camino todavía es necesario transitar hasta que las mujeres tengan sus derechos plenamente garantizados. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) abordó la problemática analizando específicamente la mortalidad materna.

Desde 1990 a 2008, cayó en un 34% el número de muertes de mujeres por complicaciones en el embarazo o en el parto. Se pasó de una cifra aproximada de 546 mil mujeres a 358 mil víctimas. A pesar de significativa, la disminución no representa grandes evoluciones si pensamos que el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) nº 5 pide la reducción de la mortalidad materna en un 75% para el año 2015. Para que la meta se cumpla, sería necesaria una reducción anual del 5,5%, sin embargo desde 1990 la reducción anual sólo llegó al 2,3%.

En sólo diez países, de los 87 que necesitan realizar acciones urgentes para reducir la mortalidad materna, se registró una caída del 5,5% por año entre 1990 y 2008. África subsahariana no llegó a alcanzar este porcentaje, pero presentó reducciones del 26% mientras que Asia salió mejor parada y redujo en un 52% la cantidad de víctimas. En contrapartida, los progresos registrados durantes estos 18 años fueron nulos o insuficientes en otros 30 países.

El informe ‘Tendencias de la mortalidad Materna’, de la OMS, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y Banco Mundial revela que las gestantes continúan muriendo por causas conocidas y evitables como hemorragias graves durante el puerperio, infecciones, hipertensión y aborto peligroso.

En 2008, cerca de mil mujeres murieron todos los días debido a alguna de estas complicaciones. Del total, 570 vivían en África subsahariana, 300 en Asia Meridional y cinco en países de alta renta. De acuerdo con el informe, en los países en desarrollo, durante toda la vida, las mujeres corren 36 veces más riesgos de morir por causas relacionadas con el embarazo que en los países más desarrollados.

"Ninguna mujer debería morir en el parto, pues estas muertes son evitables. Los gobiernos deberían adoptar muchas otras medidas para garantizar que las mujeres más marginadas y pobres tengan un acceso igual y oportuno a una atención que pueda salvar vidas", declaró Widney Brown, de Amnistía Internacional.

Buena parte de estas mujeres, victimadas durante el embarazo o el parto, vive en las zonas rurales, en comunidades más pobres y en las zonas de conflictos. También las que pertenecen a las minorías étnicas y grupos indígenas y las portadoras del virus VIH, muchas veces quedan relegadas a la propia suerte en un momento que exige cuidados redoblados y específicos.

Para alcanzar una reducción drástica y significativa de la mortalidad materna en todo el mundo, el camino más eficaz sería la atención de las mujeres que ya se encuentran en un grupo de riesgo. Entre las medidas eficaces que necesitan ser reforzadas está la formación de más personas especializadas para realizar el parto y el incremento de los servicios de atención a las gestantes en hospitales y centros de salud. Para esto es esencial un aumento de los fondos aplicados a los servicios de salud reproductiva.

Otras medidas importantes serían: mejor acceso a un planeamiento familiar de calidad y otros servicios de salud reproductiva, asistencia del parto por personas calificadas, atención obstétrica de urgencia y asistencia post-natal para las madres y para los recién nacidos.

Por Natasha Pitts
Traducción: Daniel Barrantes -
Fuente: Adital

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