septiembre 09, 2010

Uganda: Barreras y abuso para las mujeres con discapacidad

El Gobierno tiene que proteger sus derechos y asegurar su acceso a servicios mientras se reconstruye el norte del país.

Las mujeres con discapacidad del norte de Uganda experimentan continuamente la discriminación y la violencia sexual y de género, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Muchas no pueden acceder a servicios básicos, lo que incluye la atención a la salud y la justicia, y han sido ampliamente ignoradas en las iniciativas de reconstrucción posteriores al conflicto.

El informe de 73 páginas, "‘As if We Weren't Human': Discrimination and Violence against Women with Disabilities in Northern Uganda" ("Como si no fuéramos seres humanos": Discriminación y violencia contra las mujeres con discapacidad en el norte de Uganda"), describe los frecuentes abusos y discriminación que sufren las mujeres y niñas en el norte del paísa manos de extraños, vecinos e incluso familiares. Las mujeres entrevistadas para este informe dijeron que no podían obtener suministros básicos como alimentos, ropa y refugio en los campamentos de desplazados o en sus propias comunidades. Una mujer con discapacidad física que vivía en uno de estos campamentos contó a Human Rights Watch que la gente le decía: "No sirves para nada. Contigo se desperdicia la comida. Deberías morirte para que otros puedan comerse tu comida". La investigación se realizó en seis distritos del norte de Uganda, una región que ha salido recientemente de más de dos décadas de conflicto brutal entre las fuerzas rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor y el Gobierno.

"Uno de los aspectos que no se ha contado de la larga guerra en el norte de Uganda y sus consecuencias es el aislamiento, el abandono y el abuso de las mujeres y las niñas con discapacidad," señaló Shantha Rau Barriga, investigadora y defensora de los derechos de las personas con discapacidad en Human Rights Watch. "Mientras los ugandeses del norte luchan por recuperar sus vidas, el Gobierno y los organismos humanitarios tienen que asegurarse de que no se deje fuera a las mujeres con discapacidad", agregó.

El informe se basa en entrevistas con 64 mujeres y niñas con toda una serie de discapacidades, algunas provocadas por enfermedades como la polio y otras por heridas de minas terrestres o disparos durante el prolongado conflicto. Según una encuesta nacional de 2007, aproximadamente el 20 por ciento de los habitantes de Uganda padecen una discapacidad. Sin embargo, se considera que esta tasa es más elevada en el norte de Uganda debido a las lesiones relacionadas con la guerra y el acceso limitado a tratamiento o vacunas contra enfermedades.

La investigación de Human Rights Watch sugiere que las mujeres con discapacidad son especialmente vulnerables a la violencia sexual o de género. Más de un tercio de las mujeres entrevistadas señalaron a Human Rights Watch que habían sufrido algún tipo de abuso sexual o físico. Ninguna había podido presentar cargos penales o perseguir el enjuiciamiento de sus atacantes.

"Es frecuente que no se ofrezca ninguna información sobre salud sexual o reproductiva y el VIH a las mujeres con discapacidad", señaló Barriga. "Sin embargo, tienen una necesidad real de salud sexual, y también tienen que estar protegidas de la violencia sexual y poder obtener justicia si son víctimas de abusos", agregó.

Según el informe, las mujeres con discapacidad son especialmente vulnerables al VIH debido a la pobreza, la dificultad para acordar el sexo seguro, la falta de información accesible y la susceptibilidad a la violencia y la violación. Muchas de las mujeres no tenían a su alcance centros de salud o comisarías de policía, que suelen estar en lugares alejados o no disponen de intérpretes del lenguaje de signos, señales en braille o rampas para el acceso físico. Otras se encontraron con actitudes discriminatorias del personal y no pudieron recibir asistencia ni siquiera de sus familiares.

"No puedo bañarme cerca de otros", dijo Candance, una mujer con VIH a la que una mina terrestre le amputó una pierna, a Human Rights Watch. "Mis vecinos piensan que el agua que se derrama de mí tiene VIH. Dicen que voy a enfermar a la comunidad si tocan el agua. "Ha habido sensibilización sobre el VIH en la comunidad, pero las actitudes no han cambiado realmente", agregó.

Una de las recomendaciones en el informe es que el Gobierno ugandés debe atender adecuadamente las necesidades de las mujeres con discapacidad en los planes y programas de desarrollo de posguerra. En el informe también se insta al Gobierno a que garantice el acceso de las mujeres con discapacidad a los programas generales del Gobierno, especialmente los relacionados con la violencia sexual y de género, la salud reproductiva y el VIH.

Human Rights Watch descubrió que la gran mayoría de las organizaciones de ayuda humanitaria no cuentan con programas específicos para atender las necesidades de personas con discapacidad. En el informe se recomienda que las organizaciones de ayuda humanitaria se asocien con grupos que representan a personas con discapacidad para asegurarse de que les llegue la información sobre el proceso de reasentamiento y los servicios de apoyo disponibles.

Uno de los problemas fundamentales es la falta de datos acerca del número de mujeres con discapacidad en el norte de Uganda y su acceso a los servicios, señaló Human Rights Watch. El Gobierno y los organismos humanitarios tienen que recopilar información y usarla para desarrollar programas más inclusivos para las mujeres con discapacidad.

El Gobierno de Uganda tiene la obligación de respetar los derechos de personas con discapacidad conforme a las leyes internacionales y regionales, la Constitución nacional y otras leyes nacionales. Como Estado parte de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, Uganda debería asegurarse de que las mujeres con discapacidad disfruten de todos los derechos humanos en las mismas condiciones que los demás. A nivel práctico, el Gobierno de Uganda tiene que hacer más para aplicar sus leyes con el fin de proteger de la violencia a las mujeres con discapacidad en el norte de Uganda y garantizar su acceso a servicios básicos, señaló Human Rights Watch.

"La guerra ha ocultado y agravado el aislamiento y la discriminación contra las mujeres y las niñas con discapacidad", señaló Barriga. "No obstante, el Gobierno tiene ahora una oportunidad, y una responsabilidad especial, de atender sus necesidades", agregó.

Testimonios seleccionados de las personas entrevistadas para "As If We Weren't Human"

"El día que [el Ejército de Resistencia del Señor] incendió la casa había 12 personas dentro. Los que estábamos cerca de la puerta sobrevivimos. Me tumbé boca abajo para protegerme el corazón. Se me quemó la cabeza y perdí la vista. No oigo bien".- Edna, una mujer de 29 años que huyó de su aldea para ir a la ciudad de Lira en 2004. Edna también tiene el VIH.

"Me violaron tres veces en esta casa hace una semana. El hombre venía por la noche, así que no pude reconocerle. Todavía no se lo he dicho a nadie, ni siquiera a mi madre. Estaba pensando llevarme un panga [machete] a la cama por si viene otra vez. Me temo que si lo denuncio tendré que saber si tengo VIH. Quiero hacerme la prueba del VIH en un centro de salud pero no tengo medio de transporte ala ciudad. El hospital está lejos y mi bicicleta [de manivela] está rota. Otros de la comunidad van a decir que es culpa mía y que ando siempre con hombres".- Angela, una mujer de 20 años con una discapacidad física de nacimiento, distrito de Amuru

"Si regreso a mi hogar original, estaría como una niña esperando que me alimenten".- Mary, una mujer con discapacidad física que vive en un campamento de personas desplazadas, distrito de Amuru

"Las camas para el parto son muy altas y tienen ruedas. [Las enfermeras] te dicen que te subas a la cama. Intentas subirte, pero la cama rueda. Te dicen: "¡Súbete a la cama! ¿Cómo te subiste a la cama en la que te quedaste embarazada?"- Hon. Nalule Safia Juuko, parlamentaria y representante de las mujeres con discapacidad

"Los vecinos le pegaron a mis hijos. Cuando jugaban con los hijos de los vecinos, les dijeron que se fueran. Les dijeron: ‘Contagiarás la sordera a mi familia'".

- Erica, una mujer sorda que perdió a uno de sus hijos durante el parto porque la enfermera no le comunicó que iba a tener mellizos, distrito de Lira



Foto: Una mujer con problemas de movilidad usa una bicicleta de manivela para moverse por su pueblo. Después de 20 años de desplazamiento y guerra en el norte de Uganda, las mujeres con discapacidad - física, sensorial, mental e intelectual - se enfrentan a un proceso aún más complejo y extenuante de retorno y reubicación que sus vecinos. Ellas enfrentan el estigma y la violencia sexual, y se les niega con frecuencia el acceso a la atención a la salud y la justicia.
© 2010 Martina Bacigalupo para Human Rights Watch
Fuente: Human Right Watch

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