diciembre 31, 2010

MEMCH: PARA Y POR LAS MUJERES

Llego a MEMCH (Movimiento pro Emancipación de la Mujer Chilena) a eso de las 11 de la mañana. La organización no gubernamental (ONG) reside desde el año ’96 en una casa antigua color ocre ubicada en la comuna de Independencia. Toco la puerta y me abre una señora que amablemente me pregunta quién soy y a quién busco, “no hace falta el apellido” agrega antes que yo alcance a decirlo.

Aparece Rosa vestida de fucsia en el angosto pasillo tapizado de afiches de distintos años, pero la mayoría con dos fechas comunes, 8 de marzo: día internacional de la mujer y 25 de noviembre: día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Me recibe con una sonrisa en la cara. Rosa debe tener alrededor de unos 70 años y usa el pelo anaranjado, color que hace que se acentúen aún más sus ojos azul petróleo.

Puedo descubrir que “armonía” es la palabra que describe mejor el ambiente, a pesar de que apenas nos sentamos con Rosa en su pequeña oficina plagada de libros, aparezca otra persona a decirle que la mujer ecuatoriana que acababa de llegar a la ONG en busca de ayuda, pues escapó de su país porque era violentada por su esposo, se había ido y había mandado un papelito con su número de celular. Rosa se inquieta, pero nada es terrible, es normal que lleguen mujeres a MEMCH pidiendo amparo. Ya ha hecho contactos con distintas organizaciones para buscarle un lugar donde dormir. La señora que le trajo el recado le pregunta si llamó al servicio nacional de la mujer (SERNAM), Rosa responde que ya no confía en el SERNAM, “ahora cambió, está llena de vírgenes con rosarios, así que hablé con el Hogar de Cristo”.

Después de que Rosa llama a la señora de nacionalidad ecuatoriana para preguntarle porqué se había ido, si ella le estaba tratando de solucionar el problema, me sirve una taza de té y nos disponemos a remontarnos a los primeros años del MEMCH.

Esta ONG nació durante los años `30, teniendo entre sus fundadoras a Elena Caffarena y Olguita Poblete. Su objetivo en esa época era luchar por la igualdad de derechos de las mujeres.








Durante 18 años la organización estuvo activa difundiendo sus ideas por todo el país y realizando actividades que influyeron directamente con el derecho a voto para la mujer el año ’47. Después las dirigentes del MEMCH se integraron a otros medios políticos y la ONG fue perdiendo fuerza, hasta que en 1983 vuelve a renacer con mujeres de nuevas generaciones que heredaron el legado.

El MEMCH volvió a surgir cuando en medio de la dictadura un grupo de mujeres comenzó a reunirse. Querían encontrar a los detenidos desaparecidos, y encontrar también la democracia que hace ya varios años estaba siendo coartada. “Fundamentalmente queríamos acabar con la dictadura, defendiendo la vida, el derecho a la vida” afirma con ímpetu Rosa mirándome sin interrupción.

La historia de Rosa y el MEMCH

Rosa, actual codirectora del MEMCH, durante el golpe militar debió irse al exilio. Partió con su esposo Leo y sus dos hijos a Alemania. Volvió el año `84 y desde ahí no paró. Al día siguiente de su retorno su sobrino la invitó a una reunión en el teatro Caupolicán realizada por un movimiento en pos de la democracia. Y después de ese momento se insertó en el comité pro retorno, que tenía como fin terminar con el exilio. Paradójicamente en 1985 debió irse nuevamente de Chile, pues su familia aún no podía volver al país. En 1987 regresa al fin para quedarse y es en ese año en que se integra al MEMCH.

Las mujeres que componían esta ONG comenzaron a contactarse con mujeres de otros países como Alemania y Francia. Además trabajaban en conjunto con las radios vinculadas con Chile que existían en el extranjero como la radio Moscú, para hacer posible que circulara información real dentro del país.

MEMCH actualmente

Hoy en día MEMCH trabaja con diversas redes que están enfocadas a lo mismo: luchar a diario por los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, como también luchar en contra de la violencia y el maltrato hacia la mujer. Para esto, hacen distintas actividades.

Cuentan con una escuela permanente y gratuita en donde los temas centrales son los derechos de la mujer en distintas áreas, para que las mujeres estén al tanto, y nadie se beneficie acosta de aquellas que ignoran sus derechos. Constantemente hay cursos de capacitación de diferentes especialidades para darles más herramientas a las mujeres trabajadoras. De hecho mientras hablo con Rosa, desde la ventana puedo ver que cruzando el patio interno de la casa, en la última sala hay muchas cabezas femeninas. Rosa me explica que en este momento están haciendo una capacitación para las mujeres que se dedican a cuidar a adultos mayores, por lo que hay varias enfermeras dando charlas y enseñando. Las capacitaciones son gratuitas también, y es lo único que se financia por medio del estado, todo lo demás es costeado por otras organizaciones de mujeres que cuentan con más recursos.

Realizan seminarios y asisten a otros. El próximo será sobre el derecho a la libertad orientado al derecho de decidir. Ahí expondrán varios especialistas entendidos en el tema. Rosa me cuenta que este año fueron a Guatemala a un seminario de “mujeres sobre las olas”. “Mujeres sobre las olas” es una organización no lucrativa que nació el ’99 en Holanda. La idea de quienes componen esta organización es ir desembarcando en puertos de distintos países donde el aborto es ilegal y realizarlos de manera segura y profesional en la clínica móvil que posee el barco, sin embargo, la idea no han podido llevarla a la práctica notoriamente, no obstante, ellas poseen un número de contacto en el que dan información y ayuda para el aborto en base a medicamentos, facilitando la llegada de éstos al país que es requerido.

Mujeres en la calle.

Rosa me cuenta que en 1994 realizaron un seminario titulado “Hablemos de aborto”, al que asistieron más de 400 personas, fue un gran evento pero no había prensa, no habían cámaras, no habían periodistas, a excepción de una, que además de ser mujer es feminista. Según Rosa el problema radica en que la gente no habla del tema como si tuvieran miedo de referirse a él, como si en Chile no hubiesen ni se necesitaran abortos.

“Hicimos una campaña con distintas organizaciones de mujeres en el que decíamos que habíamos abortado, aunque algunas ni siquiera lo habían hecho, pero afirmaban eso para apoyar. Éramos más de 300, pensamos que podíamos ser escuchadas y/o sancionadas, pero nada, a nadie le importó, salió sólo en el diario La Nación. Las autoridades ni siquiera supieron”. “En relación con nosotras, en dictadura el cubrimiento de la prensa era mayor, claramente eso sí, era prensa no oficial. Durante la concertación hubo poca prensa, pero algo hubo. Sin embargo, ahora se nota mucho el cambio. Cero. No hay nada. Piñera insiste en incentivar el neoliberalismo, que parece un valor cultural, todo lo demás no importa” sostiene Rosa.

Rosa afirma que estamos muy lejos de tener aborto legalizado en Chile, ya que ni siquiera estamos cerca de contar con aborto terapéutico. Dice que no ve ninguna evolución y que las autoridades están cegadas, pero con la misma convicción expresa que mientras le queden fuerza seguirá clamando por lo que cree y piensa.

“Queremos que cambien la constitución” asegura. En Chile el aborto terapéutico fue legal desde 1931 a 1989, y luego en dictadura fue prohibido otra vez. En el 2006 fue presentado un proyecto marco sobre derechos sexuales y reproductivos que tenía el fin de modificar el artículo 345 del Código Penal, para permitir el aborto terapéutico. Este proyecto no llegó al Senado.

Aunque hacen actividades en pos de varios temas, pareciera que son completamente ignoradas. “El silencio en el sistema es brutal, es por eso que salimos a las calles. Cuando ya no nos vean ahí, será porque nos hemos rendido, tenemos que romper en las calles para compensar el silencio”.

Sociedad patriarcal

Rosa piensa que siempre ha habido abuso por parte de hombres a las mujeres, tenga este abuso la forma que tenga: físico o psicológico. La explicación que da, es que las sociedades son patriarcales, por lo que la gente que constituye dichas sociedades supone que los hombres están por encima de las mujeres. No obstante Rosa tiene la certeza o tal vez esperanza de que las nuevas generaciones son completamente distintas a las anteriores y que están más conscientes de que la violencia hacia la mujer es un ejercicio errado. Sin embargo, a pesar de aquello, durante este año ya van 42 femicidios.





El 25 de noviembre fue la última marcha a la que asistió MEMCH en contra de la violencia sexual y doméstica. Salieron de noche, a gritar por lo que creen justo y necesario como lo hacen siempre, porque tal como lo dice uno de los afiches pegados en las paredes de la antigua y ocre casa: “Cuidado: el machismo mata”.

Por Antonia del Solar

Fuente: Revista Trapos

Sí a la Diversidad Familiar!
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