El aborto legal en Colombia es un derecho de papel
Columna del Colectivo de Mujeres Jóvenes, en apoyo a la inclusión del Misoprostol entre los medicamentos que cubre el seguro de salud en Colombia.
Para abortar, una colombiana se encuentra ante las siguientes opciones: primero podría viajar a algún país donde el aborto sea legal y pagar por el procedimiento, una posibilidad que solo tienen unas pocas; también puede acudir a una clínica clandestina donde le cobrarán entre $ 300.000 y $600.000, otra opción para privilegiadas; pude consultar al Doctor Google y comprar las pepas por Internet, sin supervisión médica y arriesgando su vida; o puede ponerse creativa con los instrumentos a la mano, lo que casi siempre es un atentado contra su salud.
¿Y la opción del aborto legal? Porque el aborto es legal en Colombia en tres casos muy específicos, ¿no? Pues no tanto. Se estima que en Colombia ha habido cerca de 650 abortos legales durante los 4 años que lleva la sentencia vigente y se presentan 350.000 abortos ilegales anualmente. Hay un grandísimo desconocimiento de la sentencia de la Corte. Muchos médicos acuden a la objeción de conciencia (están en todo su derecho) pero no remiten a la paciente a otro médico menos metafísico, y los jueces por su parte aducen la misma objeción o demoran el fallo hasta que sea demasiado tarde. Cuando una mujer se ve enfrentada a abortar, no es fácil que tome la decisión de interrumpir el embarazo porque es traumática, y después de que lo ha decidido se encuentra con maltrato, discriminación, demora y excesivos requisitos. Abortar legalmente en Colombia es tan complicado que ni siquiera el POS cubre todos los medicamentos necesarios para la interrupción del embarazo.
Una de las drogas necesarias para el aborto por medicamentos es el Misoprostol, originalmente usado para tratar úlceras y gastritis. El Misoprostol provoca contracciones en el útero y debe usarse después de tomar otro medicamento que interrumpe el embarazo. Este procedimiento necesita de supervisión médica para no tener complicaciones y es el preferido por muchas mujeres que no quieren pasar mucho tiempo en el consultorio. La reglamentación que hizo el Ministerio de Protección Social de los servicios IVE (interrupción voluntaria del embarazo) dice que el Misoprostol es "de amplio acceso y de bajo costo” y que “su mayor uso contribuye a disminuir las complicaciones de un aborto inseguro”.
Sin embargo, hasta ahora el Misoprostol no está cubierto en el POS, de manera que si una mujer quiere interrumpir su embarazo debe asumir el costo del medicamento o recurrir a una IVE quirúrgica que es más invasiva. Ese es uno de los tantos pequeños detalles que hacen que la legalidad del aborto en Colombia se quede en el papel y que las mujeres sigan arriesgando su vida con abortos ilegales.
Afortunadamente la Comisión de Regulación en Salud que es la que decide qué hay en el POS tiene la idea de incluir el Misoprostol entre los medicamentos que cubre el Seguro, algo que de concretarse, sería un gran paso para los derechos sexuales y reproductivos en Colombia. La inclusión del Misoprostol en el POS hace que su uso regulado sea aún más fácil que el ilegal y eso salvará las vidas de muchas mujeres.
La CRES abrió una consulta ciudadana para que individuos y organizaciones expresen su opinión frente al uso de este medicamento. Todos podemos ayudar a que el Misoprostol se incluya en el Seguro llenando el formulario que aparece aquí, antes del 20 de febrero. En esta oportunidad el activismo empijamado puede ser, de hecho, efectivo, y solo toma cinco minutos y unos cuantos clics.
Participar en la consulta es una acción muy sencilla de implicaciones muy grandes: tomar partido por un derecho, por hacerlo efectivo, para que deje de ser una sentencia en potencia y se convierta en una libertad potenciada.