Las Elecciones En Nigeria Reflejan Lentos Avances Para Las Mujeres
Nigeria es la economía más grande del África Occidental y la tercera de África; su población de más de 150 millones de habitantes la convierte en el país más poblado del continente. Del 9 al 26 de abril de 2011 se realizaron elecciones legislativas, presidenciales y estaduales en Nigeria. Lamentablemente, la Independent National Election Commission (Comisión Nacional Electoral Independiente), el organismo que supervisa las elecciones para cargos públicos en el país, no dio a conocer datos acerca de cuántas mujeres se inscribieron como electoras. Sin embargo, Toyin Ajao[1], bloguera feminista y becaria en Paz y Seguridad del King’s College, Londres, estima que la mitad o algo más de las 73.5 millones de personas inscriptas para votar eran mujeres. Durante el último período parlamentario, sólo el 7,3% de las bancas en las cámaras alta y baja nigerianas estuvieron ocupadas por mujeres. En la elección de este año, 200 de las 2400(8,33%) candidaturas a la Cámara de Representantes y 80 de las 720 (11,11%) para el Senado fueron de mujeres. Abiola Akiyode[2] del Women Advocates Research and Documentation Center (WARDC, Centro de Investigación y Documentación sobre Mujeres Activistas), con sede en Lagos, dice que el total de candidaturas femeninas a todos los puestos electivos — incluyendo la Presidencia, gobernaciones y bancas parlamentarias — fue de 909 sobre 10.037 (9,06%). De un total de 109 (6,42%) representantes electos/as al Senado en 2011, 7 son mujeres — en 2007 eran 9 (10%) — mientras que en la Cámara de Representantes hay sólo 12 mujeres entre un total de 360 (3,33%) diputadas/os, cifra que es menor a la de 2007 cuando las diputadas eran 26. De los 36 estados de Nigeria sólo uno, Lagos, eligió a una mujer como vice-gobernadora; ninguna mujer fue electa gobernadora. En el período pre-electoral, las organizaciones de mujeres tuvieron como prioridad impulsar la elección y nombramiento de mujeres para cargos legislativos. “Muchas de estas organizaciones llevaron adelante una tarea intensiva de sensibilización sobre igualdad de género y la necesidad de votar a mujeres”, dice Ajao. Ella trabajó con Kudirat Initiative for Democracy (KIND, Iniciativa Kudirat por la Democracia), que presentó la campaña free2run para promover el liderazgo político de las mujeres, y con el Women’s Technology Empowerment Centre (Centro de Mujeres para el Empoderamiento en Tecnología), que alienta el uso de la tecnología por parte de las mujeres para construir redes y promover su liderazgo. Desde las elecciones previas, en 2007, WARDC ha venido trabajando para desarrollar las capacidades de las/os representantes en el Parlamento para que incluyan perspectivas de género en los marcos de referencia de las políticas y apoyando a las mujeres electas para mejorar su desempeño. También hace promoción y defensa para estimular a más mujeres a que se postulen para las elecciones. Numerosos obstáculos Las barreras para la participación política de las mujeres en Nigeria son múltiples. Según Ajao, los conceptos erróneos difundidos por las religiones y las perspectivas rígidas acerca de los roles de las mujeres, la falta de recursos para llevar adelante sus campañas, y la violencia política son factores que operan contra la participación plena de las mujeres en los procesos electorales. El fracaso del gobierno en cuanto a incorporar a la legislación nacional e implementar los tratados internacionales que promueven la participación política de las mujeres en procesos políticos y de gobernabilidad, en condiciones de igualdad, constituye otra barrera. Nigeria ratificó el Protocolo a la Carta Africana sobre Derechos Humanos y de los Pueblos sobre Derechos de las Mujeres en África (más conocido como el Protocolo de Maputo), y la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW). Al hacerlo se comprometió — entre otras cosas — a promover acciones afirmativas y tomar otras medidas para garantizar que las mujeres participen de los procesos electorales en pie de igualdad. Existe una Política Nacional de Género que se compromete a garantizar acciones afirmativas para las mujeres, pero la representación femenina continúa sin alcanzar la meta del 35%. Akiyode agrega que los manifiestos y constituciones de los partidos políticos nigerianos raramente mencionan las acciones afirmativas para las mujeres y, cuando lo hacen, los porcentajes que se comprometen a alcanzar son inferiores a los parámetros establecidos por las convenciones regionales e internacionales. “El gobierno no está haciendo lo suficiente para encarar acciones afirmativas”, opina Ajao. Sólo una mujer, Sarah Jubril, se autopostuló para la Presidencia pero no logró que su partido la nominara. Ajao ve en esto un síntoma de que no se está haciendo lo suficiente para promover la participación igualitaria de las mujeres y agrega que muchas de las que contendieron por cargos electivos se vieron perjudicadas por escándalos políticos sin fundamento. Los esfuerzos de Ebiti Ndok, una mujer que inscribió su propio partido político y se postuló para la presidencia, se vieron frustrados cuando la detuvieron por haber emitido cheques sin fondo, acusación que Ajao considera difícil de creer. Ajao observa que muchas mujeres son dejadas de lado por sus propios partidos o son ‘moneda de cambio’ para privilegiar a los candidatos varones. “Con su violencia y sus ‘padrinazgos’[3], la política partidaria no es un ambiente favorable para las mujeres”, expresa Ajao. Ella se muestra escéptica frente a la idea de que esta situación pueda cambiar en el corto plazo, y agrega que espera ver un incremento en la cantidad de mujeres en cargos a los que se accede por nombramiento. La invisibilización de las mujeres Por lo general, el electorado no tiene la oportunidad de llegar a conocer a las candidatas que compiten por cargos públicos. “Ahora el electorado nigeriano está comenzando a votar por líderes creíbles y no por quienes es probable que tengan prácticas corruptas y se apropien de los fondos públicos cuando lleguen al poder”, dice Ajao, pero también expresa que “El público sólo llega a conocer a las/os candidatas/os que tienen dinero suficiente para que sus campañas lleguen a un público más amplio.” Muchas mujeres no tienen dinero para esta clase de campañas y, según Ajao, aquellas cuyos padres o maridos fueron líderes políticos en el pasado son las que tienden a concitar mayor atención por parte de los medios y por ello cuentan con una ventaja frente a las otras mujeres. Inclusive las candidatas destacadas no cuentan con una buena recepción entre el público. “Que la Profesora Dora Akunyili (Ministra de Información y Comunicaciones), que goza de mucho respeto por su dedicación y su trabajo, no haya conseguido una banca como senadora muestra que ¡todavía tenemos que trabajar muchísimo más!”, dice Ajao. Si bien las mujeres como candidatas políticas resultan en su mayor parte invisible, Ajao observa que ellas sí participan activamente en las campañas de los candidatos, organizando eventos, cocinando y movilizando a otras. Y concluye que es necesario concientizar a las mujeres para que apoyen más a las candidatas. El sitio en Internet free2run se creó por la falta de cobertura adecuada y de representación de las mujeres y sus temáticas en los medios. Tanto Ajao como Akiyode coinciden en señalar que el hecho de que la mayoría de los medios nigerianos sean de propiedad privada perjudica a las mujeres, porque las/os candidatas/os que tienen dinero consiguen una mayor cobertura. Las noticias acerca de las mujeres por lo general son sensacionalistas y a ellas se les aplica un doble rasero. Pese a que se observa una mayor utilización de los medios sociales en las elecciones, la televisión y la radio continúan siendo los medios de mayor alcance en este país amplio y populoso. A la mayoría de las candidatas las campañas televisivas y radiales les resultan prohibitivas. Los temas de derechos de las mujeres no ocupan un lugar destacado en la agenda Los temas de derechos de las mujeres casi no fueron mencionados en las plataformas de campaña de la mayoría de las candidatas. Una excepción fue Yemisi Ransome-Kuti, a quien Ajao entrevistó durante la campaña. Para Ajao, Ransome-Kuti es una ferviente defensora de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio (ODMs) desde hace mucho tiempo, que también implementó muchos programas por los derechos de las mujeres. Sin embargo, pese a esta sólida trayectoria, no logró conservar su banca. “Perdió frente a la esposa del ex-gobernador del Estado de Lagos, la señora Remi Tinubu, a quien nunca escuché hablar sobre sus planes para promover los derechos de las mujeres”, dice Ajao. Ella enfatiza la necesidad de que las organizaciones por los derechos de las mujeres trabajen con las líderes políticas y las alienten a promover los derechos de las mujeres. Y agrega que estas líderes en general no se atreven a plantear estos temas, y a veces incluso actúan en detrimento de los derechos de las mujeres. Por ejemplo, en 2008 fue una diputada la que presentó el tristemente célebre proyecto de ley sobre “Vestimenta indecente”, que restringía el tipo de indumentaria que podía utilizarse en público. De aprobarse, ese proyecto habría violado los derechos humanos y los de las mujeres. Aunque la mayoría de las candidatas no formuló ninguna promesa electoral acerca de los derechos de las mujeres, algunos partidos políticos abordaron la cuestión de la representación femenina. En algunos estados, la organización de Akiyode, WARDC, logró que algunos partidos firmaran un pacto por el que se comprometían a incrementar el número de mujeres en cargos por nombramiento. El gobernante People’s Democratic Party (PDP, Partido Democrático del Pueblo) – que volvió a ganar las elecciones — prometió cumplir con la cuota del 35%, mientras que el Action Congress of Nigeria (Congreso Nigeriano para la Acción) se comprometió a mostrar un incremento. El futuro Pese a que ya están abriéndose camino en la esfera política, las organizaciones y movimientos de mujeres siguen enfrentándose a grandes retos para lograr que el gobierno y los partidos políticos asuman sus responsabilidades. El gobierno ha hecho muy poco para cumplir con sus compromisos nacionales, regionales e internacionales en cuanto a incrementar la participación política de las mujeres, como votantes y en cargos de decisión. La volatilidad de la situación política y los prejuicios profundamente enraizados contra el liderazgo femenino continúan perjudicándolas. Akiyode dice que Nigeria debería aprender de las experiencias de Ruanda y Uganda, dos países africanos que han logrado incrementar la representación de las mujeres ya sea mediante la adopción de un sistema electoral de representación proporcional, que ofrece más oportunidades para que las mujeres estén representadas en la toma de decisiones políticas y/o reservando bancas para mujeres en el poder legislativo. Ella subraya la necesidad de una reforma constitucional amplia, porque la exclusión política de las mujeres no es un hecho aislado sino que está vinculado a otras formas de exclusión jurídica y social. Son muchas las lecciones que dejan las elecciones de 2011. Tanto Ajao como Akiyode ponen énfasis en que las candidatas, así como las organizaciones y movimientos de mujeres, deben comenzar a trabajar ya mismo para garantizar un mejor desempeño en las elecciones futuras. Las candidatas deben hacer pública su intención de postularse y comenzar a recaudar fondos con mucha anticipación. Las organizaciones por los derechos de las mujeres deben continuar con su trabajo de promoción y defensa en los años que siguen a las elecciones. Ajao considera que estas elecciones fueron un espejo que permitió una evaluación crítica de las razones por las que son tan pocas las mujeres en el poder y que también ofrece una oportunidad de hacer frente a esta situación. [1] Entrevista con AWID Abril 2011. [2] Entrevista con AWID, Abril 2011. [3] Mecenazgo político por parte de hombres con poder. Por Kathambi Kinoti Fuente: AWID