Nueva Red En Papúa Nueva Guinea Rompe El Aislamiento Para Apoyar Y Proteger A Defensoras De Los Derechos Humanos En Riesgo
Una nueva red de defensoras de los derechos humanos (DDH) en Papúa Nueva Guinea (PNG) reúne a lideresas en las Tierras Altas Orientales, la región más aislada del país. AWID conversó con Indai Sajor, Asesora en Cuestiones de Género y Conflicto de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH), sobre la nueva red y lo que espera lograr. Cuando una activista por los derechos de las mujeres y la paz en las Tierras Altas Orientales de PNG fue atacada y recibió amenazas de muerte, pudo llamar a nuevas amigas para pedirles apoyo inmediato. Ella había sido acusada de brujería como resultado directo de sus actividades que buscaban obtener justicia para una mujer que fue asesinada. Contactó a la Red de DDH de las Tierras Altas, donde una integrante le ofreció seguridad mientras que otras contactaron alFondo de Acción Urgente a fin de pedir apoyo para que fuera reubicada en otra provincia y así escapara de las amenazas. Al relatar esta historia, Indai Sajor concluye que “...sin la red, ella estaría muerta”. Las Tierras Altas Orientales PNG está ubicada en el suroccidente del Océano Pacífico. La región de las Tierras Altas Orientales se encuentra en el centro de la isla, con montañas densamente forestadas donde diversas comunidades indígenas viven aisladas unas de otras y del resto del mundo. En el país hay más de 800 grupos tribales y sólo en las Tierras Altas Orientales se hablan casi 20 idiomas. Las comunidades en las Tierras Altas Orientales están separadas unas de otras por bosques y quebradas, como también por la cultura y los idiomas. Estas comunidades rurales se sostienen con la producción de café y la agricultura de subsistencia, y tienen poco acceso a computadoras o internet. Sin embargo, los teléfonos móviles son comunes en los hogares y constituyen una cuerda vital para mujeres que viven aisladas. Las Tierras Altas Orientales son un área con una alta incidencia de enfrentamientos tribales que han estado ocurriendo por generaciones. Estos conflictos conducen a asesinatos, violaciones sexuales, destrucción de viviendas y desplazamientos forzados de comunidades enteras. Las mujeres han jugado un papel importante como pacificadoras, tendiendo puentes entre las comunidades y confrontando a hombres que exacerban la violencia. Oxfam Nueva Zelanda, que está apoyando a la nueva Red de DDH, trabaja con Mujeres de Kup por la Paz para poner fin a los enfrentamientos tribales en las Tierras Altas Orientales. Mujeres de Kup por la Paz y otras DDH han sufrido amenazas y ataques como reacción a sus esfuerzos por consolidar la paz. Conflicto tribal y brujería Una de las principales fuentes de conflictos tribales en la región son las acusaciones de brujería. Tal como se plantea en el informe de la OACDH sobre Conflicto tribal armado y brujería en el Altiplano de Papúa Nueva Guinea, “cuando ocurre una muerte, una enfermedad o un accidente, es común que los miembros de la comunidad atribuyan el suceso al uso de brujería”. Este informe cita estadísticas policiales de PNG según las cuales las mujeres tienen seis veces más probabilidades que los hombres de ser acusadas de practicar la brujería. Cuando a las personas se les acusa de brujería, son brutalmente atacadas y a menudo asesinadas. Según el informe de la OACDH, a las víctimas “se les somete a tratos crueles e inhumanos como golpearlas con alambre espigado, fracturarles huesos, quemarlas con metal ardiente, violarlas, suspenderlas sobre el fuego, mutilarles partes del cuerpo, amputarles manos o piernas y arrastrarlas detrás de vehículos en movimiento. Entre los asesinatos reportados estaban los de víctimas que habían sido enterradas vivas, decapitadas, sofocadas a muerte, lanzadas desde acantilados hacia ríos o cuevas, muertas por inanición, cortadas con hacha, electrocutadas, sofocadas con humo, forzadas a beber gasolina, lapidadas o tiroteadas”. Apoyo para defensoras de los derechos humanos Las DDH trabajan para convencer a las personas en la comunidad de que usen el sistema de justicia – ya sea un tribunal formal o un sistema tradicional de justicia – para afrontar acusaciones de brujería, como una alternativa a la violencia. Las propias DDH que denuncian violencia relacionada con brujería son acusadas de brujería y corren el riesgo de ser atacadas y asesinadas. Existen pocas estadísticas sobre la violencia contra las DDH porque muchos de estos ataques no son reportados y, por lo tanto, no se les documenta. Un informe de Amnistía Internacional asevera que en las provincias de las Tierras Altas Orientales de PNG, “sólo en 2008 se reportaron más de 50 casos de muertes relacionadas con brujería y las autoridades locales creen que muchos otros asesinatos podrían no haber sido denunciados”. Tanto Amnistía Internacional como Human Rights Watch han externado preocupaciones sobre asesinatos de mujeres relacionados con brujería desde 2009. Fue en este contexto que en marzo de 2011 inició la “Red del Movimiento por los Derechos de las Mujeres de las Tierras Altas Orientales”. Comenzó con una sesión de capacitación organizada por la OACDH e impartida a 24 representantes de organizaciones de mujeres provenientes de siete provincias de la región. Las participantes estudiaron enfoques centrados en las DDH para evaluación de riesgos, medidas de protección y respuesta rápida. Aprendieron sobre recopilación de información y documentación, cómo trabajar con los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas y armonizar los marcos legislativos nacionales con los estándares internacionales. La nueva red espera poner fin al aislamiento de las DDH y crear un sistema de protección para mujeres que están en riesgo por su trabajo a favor de la consolidación de la paz. Sus integrantes están coordinando la documentación de casos de violaciones a los derechos humanos, realizando actividades de gestoría y defensa a fin de promover los derechos de las mujeres, además de crear mecanismos de comunicaciones para apoyarse y protegerse mutuamente en emergencias. La oficina de Oxfam en las Tierras Altas Orientales de PNG proporciona apoyo de su Secretaría, ayudando a las integrantes de la red a romper las barreras comunicacionales. Una prioridad clave de la red es crear mecanismos de protección y apoyo para DDH en riesgo. Las integrantes usan sus teléfonos móviles para alertar a otras sobre situaciones urgentes y pueden aprovechar los recursos de Oxfam y la OACDH cuando enfrentan emergencias. También están desarrollando una lista de proveedores de servicios para propiciar que otras DDH en las Tierras Altas tengan acceso a recursos. La recolección y presentación de datos fiables sobre violaciones a los derechos humanos se identificaron como importantes para poder abogar conjunta y eficazmente respecto a cuestiones de derechos humanos ante mecanismos regionales e internacionales. Como resultado de ello, las DDH que participaron en la capacitación inicial están ahora documentando esos casos, incluyendo asesinatos por acusaciones de brujería y conflicto tribal armado. La red también está planificando un Teatro Itinerante para más tarde este año con el fin de generar conciencia sobre los derechos humanos de las mujeres y la violencia sexual. En este evento, que será parte de la campaña 16 Días de Activismo, habrá actividades en cada una de las provincias de las Tierras Altas Orientales. Un componente importante del Teatro Itinerante es resaltar las elecciones nacionales de 2012 en PNG, con el objetivo de prevenir actos de violencia durante la temporada electoral y promover los derechos de las mujeres a votar y postularse a cargos públicos. De cara al futuro La OACDH ha patrocinado capacitaciones similares para DDH en otras áreas de PNG (Buganvilia) y otros países del Pacífico (Vanuatu), que también han llevado a crear redes de DDH. A medida que estas redes crezcan y desarrollen su capacidad, podrán conectarse entre sí y tener una voz más fuerte a nivel internacional. De esta manera, las DDH en esas áreas serán capaces de superar su aislamiento, haciéndose más efectivas en su importante trabajo de derechos humanos y protegiéndose contra la violencia que enfrentan. Más información:
Por Analía Penchaszadeh