Las mujeres y las minorías sufrirán más por las decisiones del Super Comité sobre el techo de la deuda
Muchos de nosotros probablemente no estamos sorprendidos por la falta de diversidad en el súper comité bipartidista de 12 miembros del Congreso designados a encontrar $1,5 billones en reducciones al déficit en los próximos 10 años. Nuestro país está compuesto por 51 por ciento mujeres, 13 por ciento afroamericanos y 16 por ciento hispanos, lo cual hace muy desalentador que la senadora Patty Murray (D-WA) sea la única mujer en el panel, mientras que el representante James E. Clyburn (D- SC) y el representante Xavier Becerra (D-CA) son los únicos miembros latinos y afroamericanos, respectivamente.
La composición decepcionante de este comité de extraordinario poder demuestra la gran desconexión entre sus miembros y las comunidades que sufrirán de manera desproporcionada de adicionales recortes. Las mujeres y las comunidades de color son las poblaciones que dependen de manera desproporcionada de programas de la red de seguridad, pero las mujeres de color constituyen la población más vulnerable que depende de estos servicios en este clima económico. Este grupo actualmente carece incluso de un solo miembro del Congreso que sea parte de un comité encargado de tomar decisiones importantes entre los recortes de gastos y beneficios tributarios.
La falta de diversidad en el comité no sorprende precisamente por la falta de diversidad en el Congreso en general. Por ejemplo, las mujeres ocupan sólo el 17 por ciento de los escaños en el Congreso, con 75 escaños en la Cámara y 17 escaños en el Senado (lo que pone a Estados Unidos en el puesto número 90 del mundo en términos de paridad de género en las legislaturas nacionales). Y los hispanos representan sólo el 6 por ciento de los miembros del Congreso, con 29 escaños en la Cámara de Representantes y dos escaños en el Senado.
Pero lo que es especialmente preocupante de esta falta de diversidad en este comité es que la mayoría de los miembros carecen de familiaridad con el papel crítico que muchos programas juegan en la vida de las comunidades de bajos ingresos.
Parece particularmente poco representativo que algunos de los miembros más ricos del Congreso tengan el destino de comunidades de bajos ingresos en sus manos. Cinco de los seis miembros republicanos del comité se posicionan en la mitad superior de la Cámara o el Senado en términos de riqueza neta. Por lo contrario, cinco de los seis demócratas se posicionan cerca o en la mitad inferior de la Cámara o el Senado en su riqueza neta, de acuerdo a las tablas anuales mantenida por el Center for Responsive Politics.
Considere esta información junto a un informe reciente de Pew sobre la brecha de riqueza entre las razas que revela que las grandes disparidades de riqueza nacional actualmente están al nivel más alto desde que el gobierno comenzó a publicar estos datos hace 25 años. La riqueza media de los hogares de blancos es 20 veces mayor que la de los hogares de afroamericanos y 18 veces mayor que los hogares hispanos.
Sin embargo, la primera ronda de recortes requiere $1 billón en recortes de gastos discrecionales que probablemente afectarán a los programas que de manera desproporcionada ayudan más a las mujeres y las comunidades de color—programas como la vivienda, la capacitación laboral, la educación, la prevención de la violencia doméstica, entre otros. Los programas discrecionales que benefician principalmente a las mujeres y las comunidades de color también están en peligro en esta próxima ronda.
Las mujeres de color han sido particularmente afectadas por la gran recesión. Sin embargo, estas podrían ser la población a la que más se pasa por alto en el Congreso 112. Por ejemplo, mientras que a las mujeres blancas se les paga 77 centavos en promedio por cada dólar ganado por un hombre blanco, no hispanos, las mujeres afroamericanas se les paga sólo 62 centavos y las latinas sólo 53 centavos. Ellas tienen más dificultad de ahorrar con estos tipos de salarios, y está claro que las mujeres de color serán las más afectadas por los recortes en importantes programas de protección social. Y sin embargo, este grupo no tiene ni un solo representante en el comité.
Sin duda, las mujeres de color por lo menos tienen aliados en el Súper 12. Hay miembros que han sido fuertes en temas de mujeres, en particular, la Senadora Murray y los Representantes Becerra y Chris Van Hollen. El Representante Clyburn también ha dejado claro que va a utilizar su papel en el comité para empujar por aumentos en los ingresos, no sólo los recortes para cerrar la brecha de riqueza que perjudica desproporcionadamente a comunidades de color de bajos ingresos.
Sin embargo, en un comité que sólo tiene una mujer y ninguna mujer de color, va a ser mucho más importante que sus miembros consideren más allá de su propia experiencia y tomen en cuenta que los recortes serán desproporcionadamente perjudiciales para otras comunidades.
Hay buenas razones por que preocuparse de que un comité compuesto por miembros con poca o ninguna experiencia con estos programas vaya a entender lo importante que estos son para millones de estadounidenses. Algunos piensan que es inaceptable que un comité que en su mayoría—92 por ciento—está compuesto de hombres recorte programas que sirven y emplean de manera desproporcionada a mujeres. Después de todo, la representación es mucho más que pertenecer a un género, raza o grupo étnico. Más bien se trata de cómo el pertenecer a estos grupos forma la experiencia de vida y el acceso a la salud, el empleo, la educación y la riqueza.
Por Julie Ajinkya
Fuente: Tribuna Hispana USA