septiembre 19, 2011

EL FUTURO YA LLEGÓ

IRENE AVILA. MARIA EVA GONZALEZ MENENDEZ. NICOL VARELA. FLORENCIA MONTOYA
Imagen: Constanza Niscovolos

En el día en que se recuerda el secuestro de un grupo de estudiantes secundarios, la mayoría todavía desaparecidos y desaparecidas, en una jornada negra que pasó a la historia como La Noche de los Lápices, Las12 reunió a cuatro militantes de centros de estudiantes y agrupaciones estudiantiles para que den cuenta de la revalorización de la política como herramienta de cambio, de su visión de la educación pública y de las movilizaciones estudiantiles en Chile.

Hoy, estudiantes secundarios de todo el país saldrán a las calles para recordar(nos) nombres, historias y luchas de un grupo de jóvenes, de su misma edad, que pelearon por el derecho a la educación. Esos chicos fueron secuestrados y desaparecidos por la última dictadura militar y en su homenaje se conmemora el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios. Será una oportunidad para levantar una vez más esas mismas banderas y ponerles el cuerpo a las luchas presentes: por no retroceder un paso con los avances conseguidos en los últimos años, como la Asignación Universal por Hijo/a que permitió que cientos de chicos/as volvieran a las escuelas; por recuperar lo perdido en espacios claves como la ciudad de Buenos Aires o Córdoba, donde las deudas son profundas y por alzar la voz, a la par de los compañeros chilenos, por una educación libre y gratuita para todos/as.

Esas consignas estarán presentes en las marchas que recordarán el 16 de septiembre de 1976, cuando se realizó la operación conocida como La Noche de los Lápices. Esa madrugada fueron secuestrados Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner. Eran estudiantes secundarios de La Plata y militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Hoy continúan desaparecidos. Según la Conadep, se trató de un “escarmiento” contra quienes habían participado de la campaña a favor del boleto estudiantil.

Aunque en la historia oficial su desaparición quedó asociada con el reclamo por el boleto, para cientos de jóvenes son un símbolo de la resistencia a favor de la educación pública y de la lucha por un proyecto de país igualitario. Para reafirmar esa lectura, la Comisión Provincial de la Memoria decidió instituir el 16 de septiembre como el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios.

Para luchar por sus derechos, cientos de jóvenes dejaron de ver la escuela como un espacio de asistencia o educación para ser un lugar de organización. A la par de la revalorización de la política que se dio en la sociedad, los estudiantes secundarios empezaron a participar en los centros de estudiantes, se sumaron a nuevas agrupaciones o impulsaron las propias. Un dato certifica este cambio. En 2007, en la provincia de Buenos Aires había 57 centros de estudiantes y organizaciones estudiantiles registradas, en 2010 esa cifra había trepado a 1070.

No sólo se recuperaron esos espacios más tradicionales, sino que se reactivaron otros lugares de participación, como la Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios (CUES) o la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), más amplios y colectivos que les permiten tener más peso y fuerza a la hora de impulsar sus reclamos.

Las12 convocó a un grupo de jóvenes militantes de diferentes espacios de participación en colegios porteños. La cita fue en el bar Mu, Punto de Encuentro, a pasos del Congreso. Allí estuvieron María Eva González Menéndez (16), del colegio privado Santa Rosa y militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, y Florencia Montoya (17), del Mariano Acosta y militante de la CUES. También fueron de la partida Nicol Varela (17), del centro de estudiantes del colegio Carlos Pellegrini, e Irene Avila (17), presidenta del centro del Colegio Nacional de Buenos Aires. Dos instituciones dependientes de la UBA con una larga historia de organización estudiantil.

DECIDIRSE A ACTUAR

Para ellas, la política es una herramienta de cambio y de lucha. No es un espacio de poder, sino la posibilidad de construir en forma colectiva. La década del ‘90 les parece lejana, pero no así su sentido de la política y la participación. En 2001, algunas estuvieron en la Plaza de Mayo gritando “Que se vayan todos” con sus padres. Hoy, recorren pasillos de escuelas contagiando sus ganas de organizarse y actuar.

Empezaron en diferentes momentos y lugares. Florencia, por ejemplo, reaccionó en 2007 cuando se cayó el cielo raso de su colegio. “Era momento de organizarse y movilizar”, sostiene, y la única agrupación que proponía eso era la Unión de Juventudes para el Socialismo (UJS), la rama joven del Partido Obrero.

Desde entonces levanta sus banderas y participa de las reuniones de la CUES, un espacio refundado en 2008 donde se reúnen diversos centros de estudiantes, colegios y diversas agrupaciones de izquierda, entre ellas el PO. La asunción de Mauricio Macri al frente del gobierno porteño las llevó a unificarse e intensificar sus reclamos. “Refleja la necesidad de la sociedad de organizarse frente a un problema, como es la educación. Pero un colegio sólo no puede hacer frente a eso, sino en conjunto”, remarca la joven.

Otros jóvenes que no encontraban el lugar indicado para militar decidieron crear otros espacios de participación como es el caso de Nicol, quien junto a un grupo de compañeros lanzaron la agrupación La 39. “Tenía ganas de hacer algo en el colegio, había listas de las cuales podía rescatar cosas, pero ninguna me convencía del todo”, explica. Hoy, son la cabeza del Centro de Estudiantes del Pellegrini.

“Queremos promover la idea de que todos por ser estudiantes pertenecemos al centro. Hay una conducción, pero el debate y la acción es conjunta”, explicó Nicol, vocal de la comisión directiva. “Es una herramienta para mejorar el colegio y para cambiar la sociedad. No hay que estar en una burbuja donde lo importante es sólo lo que pasa en la escuela”, sostiene.

Irene tampoco se sentía interpelada por ninguna fuerza política hasta que surgió la agrupación kirchnerista La Jauretche. “Supe de entrada que yo pertenecía ahí y enseguida me sentí muy cómoda”, cuenta. A través de un frente con el Encuentro de Estudiantes (del Partido Nuevo Encuentro), ganaron las elecciones del centro de estudiantes en el Nacional. “Hay que mostrarles a los chicos un amplio espectro de posibilidades para que cuando salga del colegio entiendan la realidad nacional, piensen críticamente, y el centro busca ayudar a los chicos en ese proceso”, remarca.

Para María Eva fue una decisión más difícil por provenir de un colegio privado, donde organizarse y participar no es costumbre. Por eso, se sumó a la UES, donde confluyen cientos de organizaciones estudiantiles vinculadas al kirchnerismo y pueden acudir chicos y chicas de colegios privados con ganas de participar. Este espacio tiene alcance nacional y una larga historia: nació en el ‘53 como una agrupación de estudiantes peronistas, creció en los ‘70, fue el espacio donde se conocieron los estudiantes secundarios de La Plata y resurgió en 2008 de la mano del Movimiento Evita.

LA EDUCACION ENTRE LOS AVANCES Y RETROCESOS

Este 16 de septiembre encuentra a los jóvenes argentinos en un contexto especial. Conocer y acompañar la lucha de los estudiantes chilenos en pos de una educación para todos/as permite ver la realidad argentina desde otra perspectiva. Es un momento para ver los avances alcanzados en los últimos años y analizar de qué manera recuperar lo perdido en algunos puntos clave como la ciudad de Buenos Aires y Córdoba (ver aparte). Sobre logros y retrocesos opinan las militantes:

Nicol: Hay un deterioro en la educación tanto en la ciudad como en todo el país. Podés cruzar de una punta a la otra del país y ver a chicos que no tienen acceso a la educación, algo tan básico y necesario. También ves colegios que discriminan y generan filtros, como el Pellegrini donde entran los chicos que pasan el curso de ingreso, que tienen recursos para pagar libros e institutos que te preparen para los exámenes.

Irene: Creo que lo que pasa en Chile debería ser visto como punto de partida. Pese a sus contradicciones, tenemos educación pública en todos los niveles. Se están haciendo un montón de cosas para mejorar la calidad educativa, por ejemplo la Asignación Universal por Hijo y la construcción de más de mil escuelas. Hay que seguir luchando para una educación nacional de calidad y accesible para todos.

María Eva: La educación es un derecho básico, lo que permite acceder a un trabajo y poder formar tu familia. Va a sonar contradictorio porque voy a un privado, pero que un jefe de Gobierno esté desgastando y boicoteando algo que es para todos da cuenta de que su proyecto de gobierno es para unos pocos. Muchos dicen hay que mirar a países como Chile, pero allí están pidiendo educación pública. En cuanto a lo nacional, se está avanzando hacia la igualdad educativa. La asignación permitió que muchos chicos volvieran al colegio, se están distribuyendo netbooks en todo el país y se destina el 6 por ciento del PBI a la educación.

Florencia: En la secundaria, llega mucho el debate acerca de Chile y creo que aquí también se da un proceso de privatización que no viene de este gobierno, sino desde mucho antes. El menemismo promovió la Ley Federal de Educación que hoy en día pervive en otra norma, aprobada por el kirchnerismo que es la Ley Nacional de Educación. Esto permite la descentralización del presupuesto educativo, lo que sentencia a las provincias pobres a tener un presupuesto en educación pobre. Esta realidad genera la promoción del colegio privado, sector que es financiado con millones y millones de pesos por los gobiernos.

LA POLITICA SIN MALAS PALABRAS

Especialistas y comunicólogos dicen que estamos en un proceso de revalorización de la política por parte de los jóvenes, que volvieron a participar en los partidos políticos. ¿Creen que ese mismo proceso se da en las escuelas?

Nicol: El centro de estudiantes del Pellegrini tiene una historia, tiene picos de más o menos movimiento, pero siempre fue un espacio movilizado y los ciclos dependieron de los chicos y las chicas y no de las autoridades o el gobierno. Estos espacios se dan por su esfuerzo, por las necesidades, por las ideas que surgen. Si bien hay en general un movimiento importante de adolescentes, en el Pelle la participación siempre existió y dependió de nosotros.

Irene: Nosotras empezamos a militar en este proceso, vemos el acá y el ahora. Si bien sabemos que en los ’90 la política era una mala palabra, a nadie le interesaba y había quedado relegada, hoy ya no lo veo así, la gente está viendo la política como un arma de protesta, de búsqueda de reivindicaciones, para solucionar los problemas. Creo que los colegios no son ajenos a ese proceso y es importante avanzar hacia más organización y participación.

María Eva: Pienso que sí, hace dos días, un compañero fue hablar a un colegio sobre lo que representa el 16 de septiembre y promover la formación de un centro y los chicos se mostraron interesados, con ganas de hacerlo. Más allá de que no compartimos la ideología, somos chicas que militamos, que se mueven, que podemos decir “esto no es bueno para mi país” por más que no podamos ejercer el voto. Este proceso de concientización es impresionante. No tenemos una democracia muy antigua, hay que seguir impulsándola también desde las escuelas.

Florencia: Creo que el cambio se dio a partir del argentinazo, del 2001. Antes no interesaba la política, era ajena al pueblo, pero en 2001 salimos a las calles para decir basta y empezaron a militar. Todos tenemos esas imágenes, los cacerolazos, está todo muy marcado en nosotras. Y otra cosa que me marcó mucho fue el asesinato de Mariano Ferreira, un reflejo de un tipo de juventud que busca cambiar las cosas.

Un día para recordar y luchar

Además de la histórica marcha para recordar a los jóvenes detenidosdesaparecidos de la Noche de los Lápices, los y las estudiantes realizarán diferentes actividades a fin de repensar su legado. En el Nacional, se realizarán charlasdebates sobre el tema. “Es una de las fechas más importantes y representativas de la lucha estudiantil organizada y de su resistencia en los momentos más duros. Hoy tenemos mayor libertad para denunciar y reclamar, en ese momento no la tenían y siguieron luchando por terminar con las injusticias. Muchas veces se intenta minimizar y decir que luchaban por cosas menores, como lo del boleto, es un buen momento para recordarlos y seguir su lucha.” En el Pellegrini, ya tienen preparadas unas baldosas con los nombres de estudiantes y docentes desaparecidos del colegio. “Hay que generar un debate sobre lo que significa. No simplemente recordarlo como algo terrible, sino tener una memoria activa en el presente, tomar como propios esos reclamos”, sostuvo. Desde la UES, impulsarán el proyecto de ley para establecer el boleto estudiantil gratuito para primarios y secundarios y medio para universitarios y acompañantes. “Es una jornada que me llega mucho. Ellos luchaban por una educación para todos y por ello impulsaron el proyecto del boleto, hoy la UES va a retomar esa lucha”, remarca María Eva.

Córdoba, un campo de lucha

El año pasado, la Legislatura cordobesa aprobó una nueva ley de educación que incorpora la enseñanza religiosa optativa en las escuelas públicas. Esa norma generó el rechazo de cientos de organizaciones estudiantiles y fue considerado un retroceso para la provincia. Una de las organizaciones en lucha fue Secundarios Arriba, un movimiento estudiantil nacido en 2007 para luchar por una mejor educación.

“Nace durante el gobierno del PJ cordobés con De La Sota, que durante ocho años se había dedicado a saquear la provincia, a destruir el sistema educativo hasta dejarlo totalmente desarticulado y sin financiamiento”, cuenta Daniela Michelazzo (16) que integra el espacio desde hace dos años y es presidenta del centro de estudiantes de su colegio Jerónimo Luis de Cabrera.

Hoy –según la joven– el panorama es el mismo: poca inversión, deterioro de los edificios, falta de profesores para dar clases. “Lo único que recibimos los estudiantes es más agresión, como el proyecto de poner cámaras de seguridad en los colegios, vigiladas directamente desde la central de policía, poniendo de esta forma a la juventud como responsable de la delincuencia, tratándonos de violentos, cuando somos nada más que el último eslabón de la cadena”, sostiene.

Su principal reclamo es no aplicar la nueva ley de educación. “Es un retroceso. Es una ley armada a espaldas de los principales actores de la educación. Representa a sectores que nada tienen que ver con la educación pública, permite el ingresos de la religión en los colegios y da vía libre a las empresas para que participen en el armado de currícula, lo que nos convierte a los estudiantes en mano de obra barata. Quita gran parte de la responsabilidad al Estado en cuanto a financiamiento de la educación, sin contar que no se reconoce a los centros de estudiantes y lo deja a visión del director de turno. Por eso decimos y llevamos la bandera de la educación que queremos, una educación publica, laica, gratuita y de calidad.”

Los estudiantes, en la mira de Macri

El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, continúa con su plan de desarticular la lucha de los estudiantes secundarios. Luego de ratificar su intención de instalar cámaras de seguridad en escuelas públicas, pese a la negativa de la Justicia, ahora firmó un decreto que busca regular el funcionamiento de los centros de estudiantes de la ciudad y limitar los espacios de reclamo y participación.

Se trata del decreto reglamentario de la Ley 135, aprobada por la Legislatura porteña en 1998 que “autoriza la constitución de centros de estudiantes en los establecimientos de enseñanza media de nivel secundario y/o terciarios”. La norma 330/011 fue firmada el 16 de junio pasado, en el medio de reclamos y tomas estudiantiles por obras edilicias prometidas. Establece plazos para la conformación de los centros (deben efectuarse antes del 15 de abril de cada año) e intenta limitar la participación a la hora de sentarse a negociar con el Ministerio de Educación porteño. Luego de realizarse las elecciones, los presidentes de los centros de estudiantes de cada una de las 15 comunas se deberán reunir en una asamblea y elegir por mayoría simple a un representante. Estos 15 referentes estarán habilitados a llevar los reclamos a la cartera educativa.

Este proceso de selección, según el decreto, deberá realizarse dentro de los 30 días de conformados los centros de estudiantes y el Ministerio porteño podrá “designar un veedor a simple petición de un centro o cualquier autoridad local” y dispondrá del lugar para la realización de la asamblea.

Los centros de estudiantes salieron a rechazar este decreto por considerar que busca “burocratizar y controlar” el funcionamiento de los espacios de participación. Hoy, también se movilizarán contra esta avanzada del gobierno porteño y en reclamo de los planes de obra incumplidas.


Por Elisabet Contrera

Fuente: Pagina/12

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