octubre 25, 2011

Participación femenina para la paz y la transformación social

Comenzaba este mes con el reconocimiento mundial del papel de las mujeres en los procesos de paz y reconciliación, así como en los cambios politicos hacia la transformación social.

El Premio Nobel de la Paz de 2011 se ha repartido entre tres mujeres: la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf , la también liberiana Leymah Gbowee , responsable de la organización Red de Mujeres por la Paz y la Seguridad en África, y la activista yemení Tawakul Kerman . Tres grandiosas mujeres que destacan por su compromiso con los derechos humanos y su dedicación para conseguir un mundo mejor, libre ya de conflictos, de intolerancias, odios y violencias.

Es precisamente en esta categoría la de la Paz, en la que más mujeres han destacado. De hecho, este triple nombramiento se une al de otras mujeres precursoras cuyo trabajo ha sido reconocido anteriormente también con el Nobel de la Paz:


Todas ellas, en su gran diversidad, son transformadoras sociales que se atrevieron, además de soñar que otro mundo es posible, a actuar para promover un cambio en las ‘reglas del juego’: reorganizando las prioridades, garantizando el cumplimiento de los derechos humanos y avanzando en equidad en la distribución y acceso de los recursos naturales, productivos y económicos.

En esto precisamente se insistió durante los días 15, 16 y 17 de este mes. La conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Rurales (15) hizo emerger la voz de las mujeres campesinas, mostrando la terrible injusticia de este sistema que les niega igualdad de condiciones en el acceso a la tierra y al crédito; ambos factores relevantes para avanzar en la resolución de la crisis alimentaria y de la pobreza. Esto es algo que reconoce Naciones Unidas aunque de manera sistemática se olvide en la orientación de las estrategias políticas y en los planes de acción.

“Si las mujeres dispusieran de los mismos recursos que los hombres podrían producir entre un 20-30% más que lo que producen actualmente y se podrían alimentar de 100 a 150 millones más de personas”. Es laFAO quien manifiesta con rotundidad la relevancia del cumplimiento de los derechos de las mujeres para la erradicación de la pobreza en el mundo. Es decir: si se respetaran los derechos de las mujeres pequeñas productoras, habría un aumento de 2.5 – 4% de la producción agrícola de los países en vías de desarrollo, y una disminución de entre 12 y 17% de la desnutrición en el mundo – sólo por emparejar el terreno entre hombres y mujeres.

Campesinas de Paraguay, Perú, Colombia, El Salvador, Honduras, México, Guatemala y República Dominicana organizaron la pasada semana un acto regional de “activismo fotográfico” recordando a las autoridades del continente y a la comunidad internacional sus propuestas y demandas para superar la crisis alimentaria y la pobreza en el mundo.

Las mujeres transformamos el mundo trabajamos la tierra producimos alimentos… Exigimos tierra e inversión reconocimiento ¡JUSTICIA! Nuestra lucha crece …

¿Conseguirán nuestros gobernantes abstraerse de la crisis financiera y centrar su atención en las necesidades del desarrollo humano global?

– Si se lo proponen seriamente, algún año podremos abandonar por fin la conmemoración del día Internacional de la Alimentación (16) y el Día Internacional para la Eliminación de la Pobreza (17).

– Y si no saben o no quieren ¡que vayan dejando paso!, que hay muchas mujeres preparadas para impulsar los cambios que requiere la transformación social.

Fuente: Encuentro Intercultural de Mujeres

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in