abril 20, 2010

El velo es una Marca


Cuando la iraní Shirin Evadí recogió el Premio Nobel de la Paz con su cabeza descubierta se revolvieron los altos jerarcas del clero chii.

Fue un desafío que celebramos muchas mujeres. En general, celebramos y apreciamos estos pequeños gestos que representan la revuelta femenina contra unas jerarquías religiosas que condicionan la vida de miles de mujeres en cualquier parte del mundo.

Fue un desafío porque expresó, consciente y militante, su rechazo a la imposición de una prenda que la argelina Wassyla Tamzali ha denominado “el símbolo del sometimiento de las mujeres”.
Sabemos que es preciso poner límites a las tradiciones cuando estas atentan contra los Derechos Humanos, y por tanto, la primera reflexión reclamaría identificar qué prácticas son instrumento de dominación de determinado colectivo, grupo, o sexo. Mujeres como Tamzali saben que “se empieza por taparse el cabello y se continúa por no poder ser tratada por un médico”.Las tradiciones que segregan son intolerables en una sociedad democrática. En Madrid lo sabemos muy bien y por eso denunciamos lo que la “in-liberal” Aguirre hace cuando financia generosamente colegios religiosos del Opus Dei que separán a los alumnos por sexos.En España miles de niñas y mujeres hemos sufrido el adoctrinamiento en las escuelas católicas y hemos exigido liberarnos de sus dogmas restrictivos. Es desde esa misma posición como debemos manifestarnos en relación al uso del velo en las escuelas.

Lo explicó muy bien Wassyla Tamzali en el “Feminario sobre Derechos Humanos de las Mujeres” cuando nos hacia reflexionar sobre el hecho de que, para nosotras, como principales víctimas de las autocracias religiosas en cualquier parte del mundo, no vale el argumento que “teme que se estigmatice al Islam”. No valen alharacas de mala conciencia ya que en occidente quienes luchamos por los Derechos Humanos de las Mujeres lo hemos hecho sin temor a “estigmatizar al cristianismo”.

En este tema, es más urgente plantearnos el apoyo a las mujeres que no quieren ir cubiertas u ocultas -y a las que se imponen esas prácticas- que defender los argumentos de algunas jóvenes musulmanas que usan el velo como “respuesta de resistencia a la cultura dominante”. Lo usen como lo usen el significado que tiene lo aporta Eugenio del Río cuando indica que “el pañuelo escinde, segrega, asigna un papel menor, inferioriza. El hiyab no es una prenda unisex; es un atuendo específicamente destinado a las mujeres; es una marca”.

Por tanto, no nos distraigamos y evidenciemos que por un lado Aguirre con su apoyo a los colegios del apartheid de género y por otro quienes promueven sin espíritu crítico el respeto al uso del velo, se alinean a favor de elementos normativos que impiden vivir la igualdad en un espacio mixto de -y para- hombres y mujeres.


Por Ángeles Álvarez

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in