enero 12, 2008

El ¿Ministerio de la familia?


Esta semana Rajoy nos informaba a la población en edad de votar que, si ganaba las elecciones creará un Ministerio de la familia y bienestar social y que aprobará una ley integral de apoyo a la familia.

Y yo no puedo evitar de considerarlo una medida claramente electoralita de cara a la iglesia y justo después de la manifestación que, en favor de la familia tradicional, se produjo en Madrid recientemente.

Y es que claro, cuando se habla de familia seguimos suponiendo que es la familia tradicional. Esa que está formada, según una de las manifestantes de Madrid por “un padre que trae el sustento y es la autoridad y una madre que cuida del conjunto de la familia y aporta la ternura”. O sea, dicho de otro modo, la familia de etapas anteriores de nuestra historia reciente en donde sólo había un único referente moral, el de los señores con faldas largas y negras que, curiosamente convergía con el del dictador.

Por tanto lo que se propone es volver a un sistema monolítico en donde quienes vuelvan a dictar las políticas sobre las personas (puesto que todas y todos provenimos de una familia) sean los que ahora sacan a sus feligreses a la calle, los que apuestan por el involucionismo político, como hizo el Arzobispo de Valencia al afirmar que existía peligro de estar atentando contra la Constitución.

Tal y como dice la teóloga Margarita Pintos “para algunas jerarquías las mujeres siguen siendo consideradas como "úteros reproductores". Ese es el papel al que nos reducen a las mujeres quienes proponen este tipo de cosas, al de ser meros úteros reproductores sin más que aportar. Y va Rajoy y anuncia que si gana las próximas elecciones generales les hará caso y creará un Ministerio de la familia.

Y yo me sigo preguntando: ¿para qué tipos de familia será este, esperemos que improbable, Ministerio? ¿Para las monoparentales por decisión propia? ¿Para las monoparentales en las que el padre no se hace cargo en ningún aspecto de sus hijos e hijas?, ¿Para las formadas forzosamente por la madre que ha sido maltratada y que ya, un día no pudo más y denunció a su maltratador que ahora está en la cárcel cumpliendo su condena y tiene que ser ella quien saque adelante a sus hijas e hijos que, a su vez también han sido víctimas de la violencia de su padre?, ¿Para las formadas por personas del mismo sexo y que han decidido o bien adoptar a alguna criatura, o bien tenerlas recurriendo a técnicas de reproducción asistida? Y, para rizar un poco más el rizo me pregunto lo que harían en el siguiente supuesto: Una mujer que ha sido violada decide, por sus propias convicciones no interrumpir su embarazo y tener a su criatura, pero darla en adopción por su situación personal. Hasta aquí, supongo que los señores de faldas largas y negras estarán encantados, pero va y resulta que esa criatura es dada en adopción por parte de quien tiene esa responsabilidad, a un matrimonio formado por dos hombres casados legalmente. ¿Qué pasaría?, ¿También defenderían a esa familia que es legal?

Todas las situaciones descritas son reales, existen y afortunadamente nuestra sociedad democrática es capaz de hacerlas convivir. ¿Las permitirían ellos, los que propugnan una familia tradicional como la descrita por la señora que acudió a la manifestación que convocaron los obispos?

¡¡¡ Qué fácil debe resultar tener una única visión de las cosas y creer, sin más, que se tiene la verdad única y absoluta en todo momento sin cuestionarse nada más!!! Pero esa no es la realidad que convive en las calles.

Esa tozuda realidad que se impone es la de la diversidad en todos los aspectos y, la familia forma parte de ese TODO por tanto también se ve afectada y, afortunadamente para muchas personas, hay diferentes tipos de familias y no por eso son menos felices.

Así las cosas, ¿cómo vamos a votar las personas que creemos en la diversidad, en la tolerancia en todos los aspectos, incluso de credos siendo ateas, en el enriquecimiento de la sociedad a través de las diferencias, a quienes nos hacen semejante propuesta?
Desde aquí hago un llamamiento desde mi libertad individual a que no se vote a quienes nos hacen las mismas propuestas que las que expusieron los obispos en su reciente manifestación para la defensa de la familia tradicional.

En mi vida no les quiero, ni a unos, ni a quienes les representan.


Ontinyent, 12 de enero de 2008.
Por Teresa Mollá Castells;

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in