febrero 07, 2008

EL DRAMA DE LAS MENORES EMBARAZADAS

Aunque ya hace parte del trajín diario de muchos hospitales en la ciudad, el tema de las adolescentes embarazadas vuelve a ponerse sobre el tapete, luego de conocerse la noticia de una joven de 14 años que murió el pasado fin de semana días después de dar a luz y por causas relacionadas con el parto.

Con este caso se prendieron nuevamente las alarmas sobre qué es lo que está haciendo el Distrito en materia de salud pública, y deja en entredicho los programas de salud sexual y reproductiva y prevención de mortalidad materna.

El número de adolescentes embarazadas va en aumento. Según el censo de 2005, de cada 10 adolescentes que hay en el país, 3 están embarazadas. En la ciudad, el 30 por ciento de los partos en la Maternidad Rafael Calvo, son de menores de edad.

Según los datos suministrados por esa clínica, en 2006 se atendieron 1.367 partos de adolescentes, de los cuales 60 eran de niñas que no superaban los 14 años de edad. El año pasado la cifra fue de 57, de los 1.545 atendidos.

A pesar de los controles, muchas de estas menores mueren debido a los riesgos que tiene un embarazo de estas características.

  • Embarazos de Alto Riesgo.
Según Raymundo Flórez, ginecólogo de la Maternidad, todos los embarazos de adolescentes son de alto riesgo, así la joven no esté enferma, debido a que su cuerpo está en formación.
“Además de los controles de rutina de cualquier embarazada, hay que estar recordándoles todo el tiempo los signos de alarma, porque muchas de ellas por su inexperiencia los pasan por alto y ahí es cuando empiezan los problemas”, dijo Flórez.

Es por eso que en cada consulta les preguntan insistentemente si han presentado sangrado, contracciones o si han botado líquidos o secreciones y les recuerdan que en caso de presentar uno de estos síntomas, por más pequeño que sea, deben ir pronto al puesto de salud.

“Muchas de ellas, mueren o presentan problemas en el parto porque no le prestaron atención a los signos de alarma. Su inmadurez, hace que no tengan conciencia del riesgo en el que se encuentran”, agregó el médico.Uno de los problemas más frecuentes en este tipo de embarazos es la preclampsia.

“A las adolescentes son a las que más se les sube la presión durante el embarazo, por eso hay que estar preguntándoles si han tenido dolores de cabeza, hinchazón en las manos y los pies, zumbido en el oído o si ven estrellitas para estar atentos”, expresó Flórez.

Otro de los riesgos son las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), por eso deben hacerse citologías durante el embarazo para descartar la formación de lesiones o infecciones.

“Son comunes a esa edad porque su cuerpo está en formación y esa es justo la época propicia para que se forme el virus”, agregó el ginecólogo.

El parto en la mayoría de los casos se hace por cesárea ya que los huesos no han alcanzado la madurez necesaria para dar a luz un bebé de peso normal en una adulta.

Según la Maternidad, en 2006 se practicaron 53 cesáreas a niñas de hasta 14 años y 1.137 en jóvenes de 15 a 19 años.

El año pasado la cifra fue de 68 en menores de 15 y de 1.407 en madres de 15 a 19 años.
Sin embargo, Flórez confirma que también han atendido partos naturales debido a las condiciones en que llegan.

“Siempre les decimos que apenas sientan una contracción, por mínima que sean, vengan de inmediato para poder prepararlas, pero muchas llegan en el último minuto cuando es imposible una cesárea”, explicó el ginecólogo.
  • Problema de salud pública.
Para León Felipe Oliver, psicólogo de la fundación Juan Felipe Escobar, que trabaja con la Maternidad, es claro que los programas de salud pública del Distrito han fallado.

“Muchas de ellas no tienen idea de lo que es un método de planificación y cómo llevar una vida sexual sana. No hay un buen trabajo en el despertar de la conciencia sexual”, dijo Oliver.

Así mismo los niveles de pobreza, la violencia y los hogares disfuncionales hacen que estas jóvenes terminen con un embarazo no deseado.

“Vienen de familias muy extensas y en donde no hay roles definidos. El desempleo y la falta de oportunidades también hace que algunas de ellas sientan que no tienen otra opción en la vida que ser madres a esa edad”, explicó el psicólogo.

Además de los cuidados físicos que deben tener estas jóvenes, el trabajo psicológico que debe hacerse es grande si se quiere lograr que la adolescente no siga de embarazo en embarazo.
“Hay que reorientar su proyecto de vida. Son adolescentes que han sido golpeadas en muchos aspectos y que no tienen apoyo familiar y en algunos casos de la pareja, que es igual de inmadura”, agregó Oliver.


Fuente: El Universal

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