La Conferencia de los Derechos de las Mujeres de 1878
Igual paga por igual trabajo, subsidios gubernamentales para las familias, la política del hogar y la doble moral que existe para hombres y mujeres; todos estos son tópicos familiares de las actuales discusiones sobre género. Pero también eran preocupaciones centrales para quienes asistieron al primer congreso internacional sobre derechos de las mujeres realizado en París más de un siglo atrás.
Tópicos de discusión familiares
La organización del primer congreso internacional sobre los derechos de las mujeres hizo que su reunión coincidiera con otro evento histórico que tenía lugar en París, la Exposición Internacional de 1878, una feria mundial que atraía visitantes y presentaciones de toda Europa, las colonias británicas y los Estados Unidos. Mientras el público se maravillaba con demostraciones de nuevos inventos como el teléfono, la luz eléctrica y el fonógrafo, un grupo de dedicadas y dedicados feministas estaba sembrando las semillas del primer movimiento internacional para promover los derechos de las mujeres.
Los feministas franceses Leon Richer y Maria Deraismes, fundadores del periódico Le Droit des femmes: Journal politique, programaron el congreso por un período de dos semanas durante la enorme feria mundial. El comité anfitrión estaba formado por representantes de seis países diferentes, incluyendo Francia, Suiza, Italia, Holanda, Rusia y los Estados Unidos. El encuentro atrajo a un grupo de dignatarios franceses, así como también personas de la política, periodistas y representantes de otras once naciones.
Anna Maria Mozzoni, fundadora del movimiento de mujeres italiano, dio el discurso de apertura. Otros asistentes registrados fueron Elisa Van Calcar de los Países Bajos, Carl y Sophie Van Bergen de Suecia y participantes varones de Brasil, Rusia y Rumania. Estuvo presente un grupo estadounidense, incluyendo a Julia Ward Howe de Boston, que fue nombrada copresidenta honoraria, y Theodore Stanton, hijo de la elocuente activista por el sufragio Elizabeth Cady Stanton.
Este congreso marcó una nueva etapa en el desarrollo de una red verdaderamente internacional entre activistas feministas, cementada en el banquete final por el brindis de Antide Martin: "¡Por la perseverancia internacional de los partisanos del progreso!".
Controversias sobre el voto femenino
Los organizadores del congreso dividieron el programa en cinco secciones: histórica, educativa, económica, moral y legislativa. Deliberadamente evitaron la discusión sobre el sufragio femenino, pero sí trataron muchos otros temas controvertidos, incluyendo la prostitución regulada desde el gobierno, la sindicalización y la relación de la guerra con la subordinación de las mujeres. Los procedimientos publicados de este primer congreso se distribuyeron ampliamente y todavía hoy pueden ser leídos con interés.
La exclusión del voto del programa del congreso de 1878 provocó objeciones, especialmente por parte del contingente francés. Desde la revolución de 1789, las mujeres francesas habían presionado junto a los hombres por un gobierno representativo y por derechos políticos.
Hubertine Auclert, editora del mensuario Droit des Femmes, posteriormente publicó el discurso que no se le permitió dar durante el encuentro. En esta elocuente apelación, señala todas las razones por las que las mujeres francesas -nueve millones de ellas- deberían poder emitir su voto:
"El arma del voto será para nosotras, como es para el hombre, el único medio de obtener las reformas que deseamos. Mientras permanezcamos excluidas de la vida civil, los hombres atenderán a sus propios intereses y no a los nuestros".
Hizo un llamamiento a sus compatriotas hombres a que "abdiquen de [su] reinado masculino... Hasta que reconozcan el total derecho de las mujeres -derechos civiles y políticos-, su lucha por obtener una mayor libertad puede parecer ante testigos imparciales y ante nosotras, la mitad relegada de la humanidad, solo como una pelea entre despotismos".
Se forma un comité permanente
La conferencia terminó con el anuncio de un comité internacional permanente y un gran banquete al que asistieron aproximadamente 200 personas. Como Theodore Stanton describe en su History of Woman Suffrage, "las principales tareas de este comité eran promover las reformas exigidas por el congreso y lanzar el llamado para la próxima reunión internacional".
Durante el banquete de clausura, Emily Venturi resumió la ambiciosa agenda del comité con esta anécdota:
"Anoche un caballero que parecía un poco escéptico sobre las ventajas de nuestro congreso me preguntó 'Bien, madame, ¿qué gran verdad le han proclamado al mundo?'. Le contesté: ‘Monsieur, hemos proclamado que la mujer es un ser humano'. Él se rió. ‘Pero, madame, eso es una obviedad'. Sí lo es; pero cuando esta obviedad, que todo el mundo acepta con una sonrisa cuando se trata solamente de una cuestión de palabras, sea reconocida por las leyes humanas, el rostro del mundo se transformará.
Ciertamente, entonces, no habrá necesidad de que nos reunamos en un congreso para reclamar los derechos de la mujer".
Retrato: Maria Deraismes (1828-1894). Co-organizadora del Congreso Internacional sobre los Derechos de las Mujeres de 1878. Ver más grande >
Fuente: IMOW