Mujeres libres en un mundo dirigido
En lo que va de año, según las fuentes oficiales, en este país han sido asesinadas treinta y tres mujeres a manos de sus parejas o ex parejas sentimentales, reproduciéndose de la manera más terrible lo que el patriarcado nos enseña, “las mujeres somos objetos en manos de los hombres, que son los sujetos”, “esclava y cierva te doy”, sentencia la Iglesia Católica.
Los sujetos deciden qué podemos y qué no podemos hacer, decir y pensar, hasta el punto de juzgarnos y sancionarnos por el uso de nuestros cuerpos, eso sí, dependiendo cuál sea el fin.
En España, se está prostituyendo a más de treinta mil niñas, en su mayoría procedentes de países explotados, en este caso, según el criterio patriarcal “la prostitución es el oficio más antiguo del mundo” por lo que las mujeres prostituidas pueden hacer lo que quieran con sus cuerpos.
En algunos países del mundo, se les estirpa el clítoris a las niñas, en nombre de las culturas, en este caso, el patriarcado nos aconseja que debemos respetar los ritos y costumbres de cada pueblo.
La lapidación de mujeres y niñas es una práctica habitual en muchos lugares del mundo, sin embargo, esto parece ser irremediable desde los supuestos países desarrollados.
Las operaciones estéticas para aumentar el tamaño del pecho y el volumen de los labios se han convertido en un sustancioso negocio, porque cada vez más las mujeres sucumben a los cánones de belleza imposible que se nos impone. Aquí, muy lejos de educarnos a través de los medios de masas para que nos aceptemos tal y como somos, lo que se potencia son los anuncios de medicinas para adelgazar, pociones para combatir la celulitis, clínicas de cirugía estética que prometen la eterna juventud, y modelos de mujeres inalcanzables, a pesar de que cada vez más jóvenas y jóvenes padecen bulimia y anorexia.
Pues bien, muy pocas voces se oyen en contra de las atrocidades que se comenten contra nosotras las mujeres, producto de un devenir histórico terrorífico y absolutamente injusto no solo con las mujeres sino con todo aquello que se sale de lo que el patriarcado considera oportuno para mantener su statu quo, y desde luego ni la derecha de este país ni la Conferencia Episcopal se ha pronunciado jamás para que las mujeres dejemos de ser víctimas mortales del machismo.
Sin embargo, no se ha dudado en gastar miles de euros en hacer campaña en contra del proyecto de Ley de salud sexual y reproductiva, no se han escatimado medios para llamarnos asesinas a las mujeres, por tener que recurrir en algún momento de nuestras vidas al duro trance de sufrir una interrupción de embarazo. Y no sólo eso, sino que se manipula a la ciudadanía haciendo creer que se está debatiendo la legalización del aborto.
Dicha Ley fue aprobada en 1985 y hasta este momento nadie se ha pronunciado en contra de una manera tan feroz, la derecha ha estado gobernando en este país y nada han hecho para cambiar esta ley, y ahora, que lo que se prentende es establecer unos plazos para que los abortos se hagan en un período de tiempo cerrado, para que nadie pueda abortar a partir de las 14 semanas, excepto en casos muy concretos, y que este derecho sea una garantía para todas las mujeres independientemente de sus recursos económicos y de la Comunidad Autónoma en la que resida, la dercha y la Iglesia Católica comienza una “guerra” feroz cuyo objetivo latente, me da que no es otro que mantenernos a las mujeres sumisas, calladitas y a sus órdenes, y que sigamos desarrollando nuestro papel, ser madres, esposas y esclavas, pasar por la vicaría y soportar lo que Dios nos manda, a través de nuestro marido.
Con mucho esfuerzo, las mujeres en este país hemos conseguido empezar a ser ciudadanas y no tener que estas tuteladas de por vida por nuestros maridos o padres, por lo que les agradecería a los padres de la Iglesia y a algunos otros, que sigan haciendo de tutores con quienes comulgan con ellos y que por favor no se inmiscuyan en cuestiones políticas y nos dejen a la mujeres libres, seguir siéndolo, que respeten como nostras respetamos y que se ocupen de que en África se utilicen los preservativos para evitar millones de muertes, de las mujeres que son prostituidas y traficadas, de las pateras que llegan con cientos de seres humanos muertos, y que colaboren para que haya justicia en la Tierra, que de la del cielo ya nos ocuparemos cuando llegue el momento.
Por Lourdes Pastor Martínez
Presidenta del Colectivo de Jóvenas Feministas.
Fuente: Mujeres en Red