Nuevos vientos para el feminismo
La Articulación Feminista MarcoSur (AFM) ha promovido últimamente una serie de encuentros en los diferentes países de la región, con la finalidad de impulsar procesos de discusión política y de articular iniciativas que respondan a las prioridades de las mujeres de la región, a través de estrategias creativas que contemplen una política de alianzas con otros colectivos sociales. La brasileña Schuma Schumaher y la peruana Gina Vargas, ambas feministas de reconocida trayectoria e integrantes de la Articulación, comentan las perspectivas de la AFM en el marco de una reciente reunión realizada en Lima, Perú.
Uno de los retos centrales de la AFM, comentó Schumaher es continuar enfrentando las arremetidas de los fundamentalismos, que a través de sus diferentes expresiones recortan los derechos y empobrecen la vida, no sólo de las mujeres, sino de las personas en general. En tal sentido manifestó que “la defensa del carácter laico de los Estados continúa siendo una apuesta primordial para las mujeres, en tanto la intromisión de las fuerzas conservadoras de carácter religioso no permiten el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, pese a existir en gran parte de los países normas nacionales que los reconocen y respaldan.”
Para Gina Vargas otra de las prioridades de la agrupación es la incidencia en los espacios regionales y globales de articulación de colectivos ciudadanos, como el Foro Social Mundial y los procesos derivados del mismo. Vargas explicó que éstos son ámbitos de toma de posición frente a una globalización neoliberal que desconoce los derechos de las mujeres, pero también con la finalidad de influir en los movimientos sociales y nutrirlos con las perspectivas y propuestas de las mujeres.
Shumaher por su parte señaló que uno de los temas que muestran claramente la debilidad institucional de los Estados para la defensa de los derechos de las mujeres es el aborto. Al respecto mencionó que los posibles avances en la legislación sobre salud sexual y reproductiva en países como Uruguay, Nicaragua o Brasil, no se consolidaron, pese a ser naciones conducidas por gobiernos de izquierda o centro izquierda, con manifiesta distancia ideológica de las fuerzas conservadoras. “Consideramos que en América Latina el principio de Estado Laico sigue siendo letra muerta. No basta que un gobierno sea de izquierda para garantizar la defensa de la agenda de las mujeres, estamos viendo que frente a las presiones existentes, terminan negociando nuestras prioridades, porque tal vez les asignan menor importancia que la que prestan a las de otros grupos sociales”, indicó.
Frente a esa situación, Shumaher sostuvo: “las feministas no debemos involucrarnos solamente en la defensa de la agenda de las mujeres, sino establecer alianzas con diversos sectores como gremios médicos, asociaciones profesionales y científicas, sindicatos y centrales de trabajadores, campesinos y otros grupos sociales comprometidos en la defensa de los derechos humanos e interesados en hacer prevalecer la libertad de las personas en la toma de decisiones respecto de su vida sexual y reproductiva. Una de nuestras tareas es diseñar estrategias movilizadoras, aglutinadoras y comprehensivas contra los fundamentalismos, dado que este sistema es una amenaza para todas y todos. Debemos entenderlo de una manera integral para enfrentarlo en esa misma medida”, refirió.
Según la feminista brasileña, en la coyuntura actual el capitalismo se escuda en la crisis mundial para recortar los derechos laborales de las personas. Este hecho afecta especialmente a las mujeres, particularmente a sectores como las trabajadoras del hogar que tienen mucha dificultad para sindicalizarse y hacerse representar por las centrales de trabajadores, que en muchos casos aún se resisten a incorporarlas en sus organizaciones.
Por estas razones, la AFM hace un acompañamiento enfático a las trabajadoras del hogar y promueve paralelamente la visibilidad y reconocimiento del trabajo doméstico realizado por todas las mujeres cuyo aporte a las economías nacionales no es tomado en cuenta.
Nuevos rostros, otras perspectivas
Gina Vargas, resaltó los avances de la AFM en establecer un diálogo más fluido con las mujeres indígenas, a partir de la I Cumbre Continental realizada a fines de mayo en la ciudad de Puno, en el altiplano peruano.
Al respecto, una de las prioridades de la AFM es la de generar respuestas organizadas frente a otros tipos de fundamentalismos, como el económico que no da cabida a propuestas alternativas al modelo neoliberal vigente, o el de tipo cultural que no toma en cuenta la diversidad étnica, ni la procedencia de las personas.
“Las indígenas tienen una mirada bastante crítica de lo que denominan la colonialidad del pensamiento feminista y de género. Ellas quieren recuperar el discurso desde otra perspectiva, lo que me parece tiene una tremenda riqueza política y teórica”, declaró Vargas.
Otro de los aspectos resaltados por la feminista peruna, al referirse al accionar de la AFM en la región, es la apertura al reconocimiento de la diversidad sexual y consideró un signo positivo la presencia creciente de personas trans en encuentros y otros eventos feministas. “Me parece un logro, un aporte desde una perspectiva que busca desesencializar las relaciones de género al colocar preguntas y levantar otro tipo de miradas. Toda diversidad nos enriquece”, aseguró.
Asimismo, destacó la presencia de las nuevas generaciones de mujeres que, desde perspectivas y procedencias diversas, nutren teoría y práctica feministas con sus diferentes puntos de vista. “Hay pluralidad de voces y posiciones muy críticas, y esto constituye una gran riqueza. Los espacios que promovemos son para intercambiar miradas, complementarlas o disputarlas. De ninguna manera pretendemos encerrarnos en nuestras propias verdades”, afirmó entusiasmada, recordando el Encuentro entre feministas realizado recientemente en Lima, espacio que, según consideró, contribuyó a poner el feminismo peruano en clave intercultural, intergeneracional e intersexual.
Uno de los resultados de ese Encuentro de Lima fue la elaboración de una agenda que contempla el fortalecimiento y articulación de los grupos feministas y de mujeres del Perú a través de la realización de reuniones en las diferentes regiones y la posterior organización de un Encuentro Nacional, que no se realiza en el país desde 1989.
Fuente: Clam