septiembre 13, 2009

Una madre lesbiana para la nación



El escritor Luis Vargas Saavedra, detalló en un extenso artículo publicado por El Mercurio (y cómo no), que si se confirmase el presunto lesbianismo de Gabriela Mistral, las organizaciones de derechos humanos de lesbianas y gays tomarían su figura como bandera de lucha, situación que la premio Nóbel, según él, “no estaría dispuesta a amadrinar”.

Claro está que la misma Gabriela reclamó en un momento que le habían colgado ese “tonto lesbianismo”. “Es decir, es ella misma diciendo la palabra. Entonces, no hay que decir que ella no tenía la menor idea de lo que estaban hablando”, indicó en entrevista a RS la profesora puertoriqueña Licia Fiol-Matta que escribio el libro “Mistral: Una madre queer para la nación” y cuya difusión fue casi nula en el país.

La discusión es algo añeja, pero la desclasificación de material inédito, algunos guardados como un tesoro por su albacea (¿o pareja?), Doris Dana, desató nuevamente la controversia originada a principios del 2000. La misma Dana aparece en la portada de una revista en ese año, recalcando firmemente que “nunca tuvieron una relación” ¿Podrian haberse asumido en una década donde el rol de la mujer no era visto más allá que el de la “dueña de casa”, casi asexuada y reproductora? Para la escritora Pía Barros, todo demuestra que se vio forzada a ocultarlo. “Humana y amante y débil ante el amor, y ante el horror de los demás, se vio obligada al escondite. Al silencio. A la “Verguenza”, y sin embargo, su poema maravilloso con ese nombre, dice “Si tú me miras/ yo me vuelvo hermosa” Ahora todos y todas podemos mirarla, y darle las gracias: después de muerta, aún viene a darnos una clase de política y de humanidad”. explica a RS.

Licia Fiol-Matta añade: “Cuando se leen los textos, la prosa de Mistral, uno se da cuenta a qué tipo de sociedad pertenecia ella. Era una mujer brillante, sin duda, pero tenía muchos elementos conservadores como su religiosidad que es tan curiosa. Además, que en este país hay mucha lesbofobia, pues pretender hablar de la sexualidad de la premio Nobel, simplemente no entra. La Mistral, físicamente, no cumplía con el estereotipo femenino de esa época (era muy recatada), no se casó y su entorno, era femenino”.

¿Amor de madre e hija?

La tesis de una relación de madre e hija es la que más defienden los custodios de su legado, casi todos hombres, cuyas cartas, según indican, “están siendo desvirtuadas por la prensa de farándula la que lee entre lineas”. El argumento parece quedar en el suelo ante la revelación de una cinta de audio donde ambas conversan sobre su relación “que lleva 7 años”

Gabriela le pide a Dana, cuidar la relación “porque es delicada esta cosa del amor”.

“Quienes se ensañan defendiendo la “honra” de nuestro Premio Nobel, ¿actuan del mismo modo ante los curas pedófilos, los padres abusadores, los poderosos? ¿Actuan ante la discriminación de la pobreza, del abandono, del cuerpo violentado o torturad0? El amor y la diversidad se llevan a la más sublime de las bellezas de nuestra Gabriela, que ahora sí es de todas, de verdad, en su compleja sensibilidad política y social”, añade Barros, autora de varios cuentos eróticos lésbicos.

La hipótesis de un amor maternal se acepta más en una cultura represiva como la chilena, aunque muchos criticos hablan que ese amor es llevado a tal punto de erotización en las cartas y poemas, que hasta se podría hablar de “incesto”. Algo parecido a la leyenda de Madame Sevigné, quien enamorada de su hija, pide morir en brazos de ella. Una película a partir de esta leyenda se filmó en España, titulada simplemente “Sevigné”.

La escritora feminista Eliana Ortega en su ensayo “Amada-Amante”, va mucho más allá y culpa de este silencio impuesto por quienes ostentan el poder de las letras en Chile, asumiendo desde una lógica viril que Mistral y Dana habrían tenido sólo una relación maternal.

“Este silencio en relación a la vida de Gabriela Mistral nos ha deformado su imagen, y ha censurado la lectura de sus textos; por ejemplo, nos ha impedido reconocer la vitalidad, la sensualidad y su erotismo femenino y su voluntad; como también nos ha impedido captar en toda su profundidad la autotraición, el autoexilio y el dolor que van implícitos en la negación de una parte vital de su existencia. Es por eso que las lecturas patriarcales se concentran en la represión de lo femenil mistraliano y en la sublimación de la sexualidad en la maternidad concebida según el patriarcado”, agrega.

La teórica y profesora universitaria Raquél Olea ataca con todo a quienes osan negar la identidad lésbica de la premio Nóbel. “Las recientes desclasificadas cartas de Gabriela Mistral son cartas de amor . Negarlo indica que o no sabemos leer, o que no queremos escuchar. Gabieral Mistral no podría asimilarse a una mujer lesbiana militante de hoy . Ella fue muy secreta en lo referente a su privacidad. Mistral tiene en su experiencia de mujer pública ese doblez que favoreció su institucionalización, y a la vez, impidió la incursión en su privacidad y nadie podría criticarla por eso”, postula.

“Sorprende que después de cincuenta años de muerta, la lesbofobia de nuestra sociedad todavía le niega a la Premio Nobel su deseo amoroso y su libertad de ejercerlo”, arremete Olea..

El cineasta Luis Vera entrevistó a Doris Dana, para el documental “Gabriela del Elqui” y la conversación que se desarrolló entre lxs dos, fue la siguiente:

Pregunta: ¿”Y uds. vivían en distintas residencias”? Y ella: “Noooo, cómo íbamos a vivir en distintos lugares, nosotras vivíamos juntas, teníamos varias residencias, pero siempre vivimos juntas! Cómo se te ocúrre que ibamos a vivir separadas!” Pregunta: “¿Usted trabajó para Gabriela”? Ella: “Oh nooooo, yo nunca trabajé para Gabriela, nunca. Es más, incluso muchas veces yo tuve que mantenerla a ella, porque no le alcanzaba la plata para vivir…”Pregunta: “Usted estuvo con Gabriela todo el tiempo antes que ella muriera, la cuidó hasta en los últimos minutos, no fue duro para ud., de donde sacaba fuerzas”? Ella: “¿Si su hija, o su esposa, estuviera enferma gravemente, acaso usted no la cuidaría y no estaría con ella todo el tiempo? Jamás pensé en que fuera agobioso, una saca fuerza de donde sea!”.

No obstante, todas estas “pruebas” no convencen a los eruditos que se empecinan en afirmar que la figura y legado de Gabriela estaría siendo utilizada por la morbosidad de la prensa que lee entre líneas algo que no se puede, ni se podrá, afirman, comprobar jamás.

“Qué doloroso que una sociedad judeo-cristiana, el amor lo ensucien con normativas y prescripciones de “sucio o limpio”. Gabriela se vio obligada a construir un amor “limpio” para afuera y guardar su amor “sucio” en la belleza de la intimidad, la creación, la complicidad, los susurros domésticos”, recalca Pía Barros.

La Otra

La profesora y teórica universitaria, Raquel Olea, hizo un extenso análisis del poema de Mistral, titulado “La Otra”. Según la autora, en él se pueden leer varios signos que reflejan lo incomoda que se sentía la premio Nóbel con un “deber ser” de la mujer en esa época.

“El discurso poético que Gabriela Mistral despliega en este poema se erige contra un pensamiento de Lo Uno que coarta la posibilidad de lo múltiple, de la diversidad del yo. Asimismo, rompe el binarismo de las oposiciones que encierra la representación de una pseudo identidad femenina en imágenes excluyentes que encasillan a la mujer en la una aceptada, la otra rechazada por las normas de un sistema y un discurso del que ella no ha sido agente”, explica.

En tanto, la escritora feminista Eliana Ortega en su ensayo “Amada y amante” se pergunta: “¿Hasta dónde lleva Mistral ese sentido de amor entre mujeres? ¿Cómo leer sus experiencias y deseos sexuales profundamente femeninos, si el patriarcado siempre silencia toda experiencia sexual que no sea heterosexual, incluyendo las relaciones amorosas entre mujeres? ¿Cómo leer la experiencia amorosa, desdoblada en la experiencia de la maternidad para enmascarar un lesbianismo primigenio? Estas reflexiones, preguntas retóricas, nos ayudan a explicar el daño que se le ha hecho a Mistral al silenciar parte de su existencia vital: su sexualidad”.

Así también se quiso llevar al cine el filme “La Otra” que aborda la sexualidad de la Mistral. La cinta sería rodada en México, pero ambas embajadas, la chilena y mexicana, impidieron su desarrollo. ¿Por qué?. Hoy, se sabe que otra película sobre la premio Nobel se estaría filmando con la actriz chilena Ximena Rivas, representando a la Mistral, ¿abordará el aspecto sexual de la escritora?.

Es claro que asumir el lesbianismo de una premio Nóbel casi santificada por la sociedad chilena, es irrumpir y cuestionar el orden de las cosas. ¿Por qué sino tanto revuelo y escandalo de quienes se dicen los custodios de su legado? Hay que agregar que en marzo de este año, visitó el país, la sobrina de Doris Dana junto a su pareja Susan. Los medios lo trataron muy veladamente, indicando que serían “dos buenas amigas” ¿La sobrina de Doris Dana también es lesbiana? ¡no puede ser tanta coincidencia!.

La periodista Patricia Verdugo añade como broche de oro de este cúmulo de reflexiones provenientes una vez más de la polémica entre las y los literatos: “¿Será capaz Chile de asumir a la nueva Gabriela? La esperanza dice ojalá y el realismo dice difícil, muy difícil…”.


Licia Fiol-Matta: “La maestra y el Estado en Gabriela Mistral” (extracto del libro “Una madre queer para la nación”)

En Gabriela Mistral, el Estado escogió una “rara” como su representación suprema ¿Por qué subrayó así la peligrosa liminalidad de la maestra? Sin duda, el rol de la maestra incluía el ser modelo de moralidad y virtud, y así se ve siempre a Mistral, pero, ¿qué de su presunta “feminidad”? Mistral representó el prototipo simbólico de la maestra, y su imagen marcó indeleblemente la mente de los escolares y de sus padres a través de América Latina. Entonces, es de suponer que la ambigüedad sexual jugó un papel importante en el proceso síquico de la escolarización nacional.

El rol de la “rareza” (queerness) de Mistral y de la identificación melancólica que su rareza hizo posible fueron indispensables tanto al ascenso público de mistral como al surgimiento de ese nacionalismo hecho posible, en parte, por su participación. Tanto Mistral como el estado incentivaron la introyección de una mujer sexualmente ambigua en el lugar de la madre, a la vez que se despreciaba y denigraba lo queer a nivel nacional.

“La Flor del aire” (extracto de poema)

El escritor chileno y gay Juan Pablo Sutherland también analizó en Historia de la literatura homosexual en Chile, los poemas de la Mistral, de donde se extrae una estrofa.

“Yo la encontré por mi destino de pie a mitad de la pradera
Gobernadora del que pase, del que hable y el que la vea…
Al encontrarla, como siempre, a la mitad de la pradera
segunda vez yo fui cubriéndola,
y la dejé como las eras…”


Por Erika Montecinos Urrea
Periodista, directora y editora
Rompiendo el Silencio.cl (RS)
* Extracto de fotografia en torno a intervención de Arte en el Liceo Manuel Barros Borgoño, Santiago, Chile

Sí a la Diversidad Familiar!
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