América Latina y El Caribe celebran los 30 años de la CEDAW
Con motivo de cumplirse los 30 años de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), el 11 de diciembre se realizará en Buenos Aires una reunión de expertas y expertos de América Latina y el Caribe, convocada por el Fondo de desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer -UNIFEM- y Cancillería Argentina.
La CEDAW es un instrumento legal vinculante, que trabaja mediante un comité de 23 expertas/os independientes. Este comité se ocupa de monitorear y analizar la alineación de las legislaciones y prácticas nacionales con las provisiones de la Convención.
En la actualidad existe una mejor comprensión de la Convención en la región y un compromiso político de los Estados con la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres, a la vez que la sociedad civil ha incrementado su capacidad de hacer responsables a los Gobiernos por la protección de los derechos humanos de las mujeres.
El 30° aniversario de la Convención es una oportunidad única para hacer un balance sobre los logros y los desafíos aún pendientes en cuanto a la implementación de la CEDAW en América Latina y el Caribe. Por ello, la reunión contará con la participación de integrantes pasados y presentes del Comité de la CEDAW, así como expertos y expertas en derechos humanos de la mujer. (Ver participantes)
La agenda temática que se desarrollará en la reunión concluirá en un acuerdo sobre recomendaciones para fortalecer la implementación futura de la CEDAW en la región.
La actividad se realizará el 11 de diciembre, en el Salón Libertador del Palacio San Martín (Arenales 761), y dará comienzo a las 9.30 a.m. (Ver programa)
Contacto de prensa: Agencia SEMlacNorma Loto: Tel: 47749396
Aniversario CEDAW
El 18 de diciembre de 1979 se firma la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. La Convención fue la culminación de más de 30 años de trabajo de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, órgano creado en 1946 para seguir de cerca la situación de la mujer y promover sus derechos por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. La labor de la Comisión ha coadyuvado a poner de manifiesto todas las esferas en que a la mujer se le niega la igualdad con el hombre. Es, en esencia, el decreto internacional de los derechos de la mujer.
La Convención se concentra en tres aspectos de la situación de la mujer. Por una parte, el de los derechos civiles y la condición jurídica y social de la mujer. Pero además, y a diferencia de otros tratados de derechos humanos, la Convención se ocupa de los que tienen que ver con la reproducción humana y con las consecuencias de los factores culturales en las relaciones entre los sexos.
Entre los tratados internacionales de derechos humanos la Convención ocupa un importante lugar por incorporar la mitad femenina de la humanidad a la esfera de los derechos humanos en sus distintas manifestaciones. El espíritu de la Convención tiene su génesis en los objetivos de las Naciones Unidas: reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres. La Convención define el significado de la igualdad e indica cómo lograrla, da expresión jurídica a la búsqueda de igualdad plena reelaborando el concepto de discriminación de manera novedosa. En este sentido, la Convención establece no sólo una declaración internacional de derechos para la mujer, sino también un programa de acción para que los Estados Partes garanticen el goce de esos derechos.
En su preámbulo la Convención reconoce explícitamente que "las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones" y subraya que esa discriminación viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana".La Convención tiene como objetivo eliminar efectivamente todas las formas de discriminación contra la mujer, obligando a los Estados a reformar las leyes vigentes a tal fin. En su artículo 1, la CEDAW define la discriminación contra la mujer como:
“Cualquier distinción, exclusión o restricción hecha en base al sexo que tenga el efecto o propósito de disminuir o nulificar el reconocimiento, goce y ejercicio por parte de las mujeres, independientemente de su estado civil, sobre la base de igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural, civil o en cualquier otra esfera”.
También establece un programa de acción para poner fin a la discriminación por razón de sexo: los Estados que ratifican el Convenio tienen la obligación de consagrar la igualdad de género en su legislación nacional; derogar todas las disposiciones discriminatorias en sus leyes; promulgar nuevas disposiciones para proteger contra la discriminación contra la mujer; establecer tribunales y las instituciones públicas para garantizar a las mujeres una protección eficaz contra la discriminación, y adoptar medidas para eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer practicada por personas, organizaciones y empresas.
Este marco ha servido para que muchos países aprueben modificaciones a la constitución y las leyes. Introduzcan nueva legislación y utilicen esos argumentos para defender formas directas e indirectas de discriminación hacia las mujeres en el mundo del trabajo, la política y la familia.
A pesar de los avances, la implementación de la Convención y su protocolo facultativo —que cumple 10 años— ha sido desigual y aún ocho países en el mundo no la han ratificado: los restantes 186 países si lo han hecho, haciendo de la CEDAW el tratado internacional más suscrito en el mundo. El impacto real de la convención se puede ver en la vida cotidiana de las mujeres: aún se siguen violando sus derechos humanos y la violencia contra las mujeres —en todas sus formas— es un tema de preocupación mundial. En la región se ha avanzado en materia de leyes, a pesar de ello, la violencia, la discriminación y la desigualdad persisten de manera importante. Falta camino por recorrer en cambiar la mentalidad patriarcal y machista de las sociedades latinoamericanas.
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