diciembre 20, 2009

¿Dónde están los hombres cuando se crían sus hijos?

La muerte materna es la deuda más importante de la región y la muestra más evidente de la desigualdad de género, planteó el nuevo director de Pais del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNPFA) para Argentina, Paraguay y Brasil. Instó también a educar a los hombres en la no violencia.

'¿Cómo es posible que una mujer que tiene un aborto, legal o ilegal, no tenga derecho a ir a un servicio de salud cuando cualquier asesino va a un hospital y lo atienden? Esto muestra la profunda desigualdad. Creo que uno de los temas más peligrosos es el ejercicio discrecional de las personas que proveen los servicios porque toman decisiones en contra de los derechos', así habló Harold Robinson, el nuevo director de País del UNFPA para Brasil, Paraguay y Argentina desde agosto de 2009, de paso por Buenos Aires.

Robinson es costarricense y tiene 20 años de experiencia en desarrollo internacional. Se desempeñó en altos cargos en UNFPA, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Instituto interamericano de Cooperación para la agricultura y Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Trabajó en Costa Rica, Zimbabwe, El Salvador Honduras, Jamaica y Estados Unidos.

De formación economista, solo ha trabajado en desarrollo, dice. 'Eran los años 91, 92, el Pre Cairo, y ya había efervescencia sobre qué iba a deparar esa década en términos de desarrollo: el tema de población y medio ambiente iba a ser un gran tema'. Su evolución, dice, tiene que ver con la evolución del tema. De un enfoque más demográfico se pasó a un enfoque de derecho.

-¿Y qué avances se han dado en este campo?

Es un balance mixto, había una idea incipiente de tratar medio ambiente desde el derecho. No se si se logró avanzar mucho. Hubo avances en biodiversidad pero más derecho de naciones que de individuos. La discusión más grande es la del cambio climático y es en la que menos se avanzó. Es un tema de emisiones, de derecho al desarrollo, porque no tenemos tecnología que permita desarrollarnos sin emisiones y las personas más pobres son las que más carecen de energía…

-Y las mujeres son las más perjudicadas…

Suena siempre como cliché pero son los datos. No se internaliza pero las mujeres están en situaciones más desfavorables, especialmente las mujeres solas. Es como una sentencia de pobreza. Las mujeres pobres son las más vulnerables al impacto del cambio climático y esto debería ser considerado pero las mujeres están ausentes en el diálogo.

-¿Cuales son las prioridades para la región teniendo en cuenta que estos tres países vecinos tienen cosas en común pero muchas diferencias?

Lo único que tienen en común soy yo (risas). Las prioridades son de cada país, no es una lógica de realidades idénticas. En Brasil es el abordaje de las grandes inequidades. Es un país que ha llevado adelante políticas para abordar las inequidades de género y raza. Ha tenido políticas muy ambiciosas pasó de ser un país en el cual se hablaba de igualdad democrática como garantía de que se eliminaban las inequidades para tener políticas afirmativas en casos de acceso a la salud, y anclaje en derechos. La constitución del 88 sentó las bases para los cambios.

Un fenómeno importante es la transición demográfica: se dan reducción de fecundidades y envejecimiento de la población. Esto requiere planear que va a pasar en la salud. Las necesidades de las enfermedades crónicas y la movilidad de los esquemas de pensiones que va a pasar cuando la población económicamente activa disminuya. Además las mujeres son las que más viven y las que más dependen de las pensiones.

La urbanización es otro tema. Prácticamente todo el crecimiento del futuro va a ser urbano en Brasil, Argentina y otras ciudades. Hay que hablar de derecho a la ciudad. La razón por la cual hay migraciones a la ciudad es porque es mejor para satisfacer necesidades básicas. Cuando uno se levanta a la medianoche y el hijo se está muriendo quiere estar a cinco minutos de un hospital, no a tres días.

-¿Cuáles son las deudas de la región?

El mayor indicador de desigualdad es la mortalidad materna porque la reproducción es el proceso más importante que todavía tengamos 500 mil mujeres que se mueren al año en el mundo por causas absolutamente prevenibles… lo peor es que para evitar esas muertes el mundo tendría que invertir un día de gastos militares. Esto habla de que las personas que toman decisiones en el mundo no están priorizando. Si pudiéramos hacer que los hombres fueran los que se embarazaran, en un año terminaríamos con las muertes maternas. Si no valoramos el rol de la mujer en la reproducción tampoco valoramos mucho su aporte en otras áreas.

-¿Y en cuanto a salud sexual y reproductiva?

El balance de 15 años de El Cairo ha sido positivo básicamente en el acceso a servicios de salud reproductiva, conocimientos… pero básicamente en relación al vih-sida. No hemos avanzado en reducir la brecha de necesidades insatisfechas en cuanto a planificación familiar, no hay recursos suficientes para que las mujeres puedan tomar decisiones acerca de cuando, como tener hijos y como desarrollarse profesionalmente, etc.

El marco de Beijing es una expresión del consenso de lo que existe en el mundo. Hay en los dos extremos opiniones. En cuanto al aborto la plataforma de Beijing dice que cada país decide si es consistente con sus leyes, pero dice también que las mujeres tienen que tener acceso a servicios obstétricos de eficiencia cuando han tenido un aborto, y eso es clave. Nuestro trabajo es que se cumpla.

-Además, el aborto es la principal causa de muerte materna…

¿Cómo es posible que una mujer que tiene un aborto, legal o ilegal, no tenga derecho a ir a un servicio de salud cuando cualquier asesino va a un hospital y lo atienden? Esto muestra la profunda desigualdad. Creo que uno de los temas más peligrosos es el ejercicio discrecional de las personas que proveen los servicios porque los limitan. Eso no se puede permitir porque toman decisiones en contra de los derechos.

-¿Y en Argentina cuales serán las prioridades?

Las dos agendas más difíciles son la representación de las mujeres en la política porque hay agenda incompleta de paridad en todos los poderes pero particularmente en el judicial.

El otro tema que no respeta las clases sociales es la violencia de género. Esto está como parte del tejido de nuestras sociedades y la cultura. Se requiere la implementación de las leyes porque las leyes han ido más adelante que la cultura. Los actores de los sistemas de justicia y seguridad usan sus propios prejuicios para interpretar y aplicar la ley. Ese cambio cultural hay que seguirlo trabajando.

Tiene que haber un cambio en la manera en que se nos educa a los hombres. El hecho de que todavía criamos a los hijos diciéndoles que sean fuertes, valientes y que se defiendan es seguir diciendo que los hombres resuelven los conflictos con violencia. Hay que entender que no tiene sentido seguir criándolos así. Y en particular, cómo criamos hombres que valoren su rol en el hogar, involucrándose en la crianza de sus hijos; hay que ganarse el amor de los hijos, limpiar a los bebes, acompañarlos. Y la sociedad también tiene que valorar a los hombres que están en la casa, porque esto también está mal visto. Si un hombre acompaña a la mujer se ve como un fracaso.

-En general se les hecha la culpa a las mujeres de que crían mal a los hijos…

Es muy fácil contestar eso. ¿Dónde están los hombres cuando se crían? Y no es solo que haya hombres, hay que darles los valores correctos. La violencia tiene que ver con la imposibilidad de manejar frustraciones, tiene que ver con el mal manejo de la agresividad. Se considera que la violencia es un medio y al final lo que están en juego son relaciones de poder. Si uno cree que tiene poder sobre otro en algún momento ejerce violencia. Lo mismo pasa entre países.

Robinson tiene cuatro hijos, de 20, 18, 7 y dos años y medio. Y trata de estar presente lo más posible con ellos, especialmente en ciertas fases de la crianza: 'Con mi tercer hijo aprendí que el primer mes es fundamental para establecer relaciones con mi hijo. Vi la diferencia, cuando el bebé tiene un mes y está descubriendo el mundo la persona que más está es importantísima, es una inversión de amor. Es un vínculo que dura para siempre'.

-Es interesante como influyen los sistemas normativos y regulatorios porque al tener el derecho a la licencia por paternidad se establece ese vinculo. Cómo también las políticas crean subjetividad.

Yo creo que nos hace mucho más sensibles. El rol de proveedor y protector es muy diferente de este rol de protector con un bebe al que ni siquiera podés apretar mucho. Es más bien un rol de ser tierno, no es el tradicional de protector. Necesitamos ternura, paciencia, las cosas que no valoramos de los hombres.



Por Sonia Santoro
Fuente: Artemisa Noticias

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