enero 25, 2010

“Lento y difícil” el camino para reducir la muerte materna

A casi 23 años de que organizaciones internacionales lanzaron la campaña global para reducir la mortalidad materna, ésta sigue siendo una problemática “grave” en el mundo, que requiere de la atención inmediata en las comunidades más pobres y de una cobertura a largo plazo, que garantice a las mujeres la atención calificada en el parto, señala la revista médica británica The Lancet.
En su edición dedicada a la mortalidad materna las y los especialistas: Joe Lawn, Anne Tinker, Stephen P. Munjanja, y Simon Cousens, sostienen que para revertir los decesos de mujeres en razón de mortalidad materna (RMM) los gobiernos de las distintas naciones deben acelerar acciones encaminadas a la atención comunitaria y clínica.

Los gobiernos deben procurar que las mujeres tengan acceso a los servicios de salud, pero también a la educación y alimentación, mencionan las y los expertos en el artículo “¿dónde está la salud materno infantil ahora?”

Indican que es preciso considerar que si bien los riesgos más altos de muertes para madre e hijo ocurren, durante el parto y las 24 horas siguientes, salvar el mayor número de vidas requiere una atención continua desde antes del embarazo, durante el embarazo, el parto, el periodo posnatal y hasta los servicios de salud infantiles.

Por ello, aseguran que se requiere una inversión sostenida para una ampliación sistemática y en etapas de las intervenciones de Salud Materna Neonatal e Infantil (SMNI) esenciales, integradas en el continuo de atención. Esto salvara la mayoría de las vidas maternas, neonatales e infantiles.

Y es que, aunque reconocen que durante estas dos décadas se han registrado progresos, los avances son insuficientes para reducir en 75 por ciento las muertes maternas, como lo establece la meta del quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM5).

El artículo menciona que desde 2003, en África, 35 países iniciaron su propio recorrido para reducir la mortalidad materna y de recién nacidos. Mientras que países como México, Colombia, Honduras y Vietnam “han progresado en la reducción de la mortalidad materna, neonatal e infantil, a pesar de contar con recursos limitados”.

México ha tenido un descenso de casi 29 por ciento entre 1990 y 2005, pero en los últimos años está disminución se ha estancado, sobre todo en los estados del sur, según el texto “La muerte materna. Acciones y estrategias hacia una maternidad segura”.

A pesar de su situación favorable a nivel mundial, alcanzar una reducción de las tres cuartas partes de la problemática sigue siendo un reto para el país, refiere dicho documento, elaborado por el Comité promotor por una maternidad sin riesgos en México y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, en 2009.

El progreso de la disminución de las muertes maternas ha sido “lento y difícil” de medir. En el mundo, entre 1990 y 2005 se registraron de 428 a 400 muertes maternas por cada 100 mil nacimientos, respectivamente.

A decir los articulistas, ambas estimaciones tienen un grado muy alto de incertidumbre y están lejos de la meta del ODM5 de 141 por cada 100 mil nacimientos.

Otro indicador para monitorear la mortalidad materna es la cantidad de nacimientos atendidos por personal calificado, este dato refiere que a nivel internacional poco más de la mitad de las madres del mundo que dan a luz, son atendidas por personal calificado, lo que anualmente deja a más de 60 millones de mujeres sin esta atención, la mayoría de ellas paren en sus hogares.

CAMPAÑA GLOBAL CONTRA MUERTE MATERNA

Esta campaña se lanzó en Nairobi, Kenia, durante la Conferencia sobre Maternidad sin Riesgo, patrocinada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en febrero de 1987.

La iniciativa de las organizaciones para erradicar la RMM surgió a partir de que Deborah Maine y Allan Rosenfield, en su texto Mortalidad Materna ¿dónde está la M en SMI?, publicada dos años antes, que denunció que en los países subdesarrollados la atención maternoinfantil sólo era para beneficio de la niña o el niño, y no atendían factores que causaban el deceso de las madres.

Además, en ese año, la OMS declaró que cada año medio millón de mujeres moría debido a complicaciones obstétricas

Ante esta realidad, la Conferencia se realizó con el propósito de aumentar el nivel de conciencia sobre el número de mujeres que morían por complicaciones en el embarazo o el parto, y la necesidad de que distintos actores se movilizaran para frenar la mortalidad materna.

Las acciones a nivel global no han cesado. En 1994, durante la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, se creó el Grupo Interagencial para una Maternidad sin Riesgo, el cual desarrolló diez mensajes de la maternidad sin riesgo y colaboró con una campaña a gran escala que aumentó la visibilidad y el apoyo a la salud materna. Sin embargo, no logró su objetivo: reducir la mortalidad materna en 50 por ciento para 2000.

No obstante, en ese año, la importancia de la supervivencia materna se reforzó, cuando se incluyó como uno de los ocho ODM.

A partir de entonces, los gobiernos del mundo junto con las agencias financiadoras, organizaciones civiles, y organismos internacionales como Naciones Unidas están obligados a combatir esta problemática, a fin de alcanzar en 2015 el quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio.
Por Guadalupe Cruz Jaimes
Fuente: Cimac

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in