Desigualdad de género conspira contra desarrollo de Chile
Más de 60 por ciento de las chilenas y chilenos entrevistados por el PNUD se resisten a la plena igualdad entre hombres y mujeres. La conclusión es una de las más preocupantes del último informe nacional presentado este viernes por el organismo.
"La tesis del estudio es la siguiente: Chile ha avanzado mucho en materia de equidad de género, la gente valora esos avances, sin embargo estamos topando con núcleos duros, que hacen más difícil seguir avanzando", explicó a IPS Pablo González, coordinador del Informe de Desarrollo Humano en Chile "Género: los desafíos de la igualdad 2010".
"Ahora hay que enfrentar aspectos resistentes al cambio, entre ellos, la cultura, que no es igualitaria", agregó el experto, quien presentó los principales resultados del estudio en una ceremonia realizada en el palacio de La Moneda, sede de gobierno, encabezada por el presidente de Chile, el derechista Sebastián Piñera.
Una encuesta encargada en 2009 por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), que sirvió de base para el informe, arrojó que 62 por ciento de las chilenas y chilenos consultados se resisten a la plena igualdad entre los géneros.
De ese total, 18 por ciento son identificados como "machistas", es decir, personas que creen que los hombres tienen el poder, mandan y proveen, mientras las mujeres obedecen, son madres y esposas.
Cerca de 80 por ciento de los "machistas" son hombres de sectores socioeconómicos bajos, con mayor presencia en el sur del país, según el PNUD.
Otro 18 por ciento son considerados "tradicionales": piensan que el hombre y la mujer deben complementarse en sus roles para quererse y apoyarse. Este grupo lo integran principalmente adultos sobre los 50 años, de clase media baja y con fuerte participación en grupos religiosos. Son mitad hombres y mitad mujeres.
Finalmente, los llamados pragmáticos, que llegan a 26 por ciento, estiman que se pueden cambiar los roles de acuerdo a las necesidades, pero hay que mantener las diferencias y la moral tradicional. Se trata de personas de edad y estrato socioeconómico medio.
En el 38 por ciento restante se distinguen las "luchadoras" (15 por ciento), principalmente mujeres que sienten que lo dan todo, pero que ellos se llevan las ventajas, y los liberales, que rondan 23 por ciento, que creen que las diferencias no existen y que todos somos iguales y autónomos. Entre estos últimos hay más jóvenes y personas de altos ingresos.
"Otro núcleo duro es la corresponsabilidad en las labores del hogar: la mujer sigue siendo la principal o única realizadora de las tareas domésticas, lo que ha llevado a muchas que han salido al mercado laboral a hacer en la práctica una doble jornada", advirtió González.
Del total de mujeres entrevistadas por el PNUD, 78 por ciento respondió ser las "únicas o principales realizadoras de las tareas" del hogar. En cambio, 52 por ciento de los hombres respondieron que "normalmente no hacen nada".
González advirtió que se requieren políticas diferenciadas para cada realidad.
Una mujer del ámbito rural o urbano, con empleo precario o un marido "machista", no tiene las mismas necesidades que otra de altos ingresos que opta por dejar de trabajar temporalmente para criar a sus hijos, pero que luego tiene problemas para reinsertarse al mercado laboral, precisó.
Chile se ubicó en el tramo "alto" de 44 entre 182 naciones estudiadas para confeccionar el Índice de Desarrollo Humano mundial 2009 del PNUD, que mide acceso a educación, salud e ingresos.
Pero en el Índice de Potenciación de Género 2009, también calculado por PNUD, este país sudamericano de 17 millones de habitantes ocupó el puesto 75 entre 109 naciones.
Otras estadísticas también evidencian esta realidad.
La participación laboral femenina aumentó de 32 a 49 por ciento entre 1987 y 2006, cifra menor a la de otros países de América Latina.
Además, según el informe, las chilenas ocuparon sólo 22 por ciento de los altos cargos políticos en 2009, tanto en los poderes Legislativo y Ejecutivo como en los partidos.
Peor es el registro del "poder económico" femenino, según el PNUD. Sólo cinco por ciento de los cargos de dirección o gerenciales de empresas son ocupados por mujeres en Chile.
El informe del PNUD también muestra que entre 2006 y 2009, cuando gobernó la socialista Michelle Bachelet, la primera presidenta que tuvo Chile en su historia, se presentaron la mayor cantidad de proyectos de ley relacionados con la igualdad de género desde la recuperación de la democracia en 1990, tras de 17 años de dictadura.
El presidente Piñera presentó el 29 de abril una Comisión Asesora Presidencial sobre "Mujer, Trabajo y Familia", que tiene como mandato analizar en 90 días alternativas para fortalecer el ingreso de ellas al mundo laboral, proteger la familia y eliminar los obstáculos que frenan la maternidad. Entre ellas, se destaca la propuesta de ampliación y flexibilización del permiso postnatal, actualmente de 84 días.
"La tesis del estudio es la siguiente: Chile ha avanzado mucho en materia de equidad de género, la gente valora esos avances, sin embargo estamos topando con núcleos duros, que hacen más difícil seguir avanzando", explicó a IPS Pablo González, coordinador del Informe de Desarrollo Humano en Chile "Género: los desafíos de la igualdad 2010".
"Ahora hay que enfrentar aspectos resistentes al cambio, entre ellos, la cultura, que no es igualitaria", agregó el experto, quien presentó los principales resultados del estudio en una ceremonia realizada en el palacio de La Moneda, sede de gobierno, encabezada por el presidente de Chile, el derechista Sebastián Piñera.
Una encuesta encargada en 2009 por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), que sirvió de base para el informe, arrojó que 62 por ciento de las chilenas y chilenos consultados se resisten a la plena igualdad entre los géneros.
De ese total, 18 por ciento son identificados como "machistas", es decir, personas que creen que los hombres tienen el poder, mandan y proveen, mientras las mujeres obedecen, son madres y esposas.
Cerca de 80 por ciento de los "machistas" son hombres de sectores socioeconómicos bajos, con mayor presencia en el sur del país, según el PNUD.
Otro 18 por ciento son considerados "tradicionales": piensan que el hombre y la mujer deben complementarse en sus roles para quererse y apoyarse. Este grupo lo integran principalmente adultos sobre los 50 años, de clase media baja y con fuerte participación en grupos religiosos. Son mitad hombres y mitad mujeres.
Finalmente, los llamados pragmáticos, que llegan a 26 por ciento, estiman que se pueden cambiar los roles de acuerdo a las necesidades, pero hay que mantener las diferencias y la moral tradicional. Se trata de personas de edad y estrato socioeconómico medio.
En el 38 por ciento restante se distinguen las "luchadoras" (15 por ciento), principalmente mujeres que sienten que lo dan todo, pero que ellos se llevan las ventajas, y los liberales, que rondan 23 por ciento, que creen que las diferencias no existen y que todos somos iguales y autónomos. Entre estos últimos hay más jóvenes y personas de altos ingresos.
"Otro núcleo duro es la corresponsabilidad en las labores del hogar: la mujer sigue siendo la principal o única realizadora de las tareas domésticas, lo que ha llevado a muchas que han salido al mercado laboral a hacer en la práctica una doble jornada", advirtió González.
Del total de mujeres entrevistadas por el PNUD, 78 por ciento respondió ser las "únicas o principales realizadoras de las tareas" del hogar. En cambio, 52 por ciento de los hombres respondieron que "normalmente no hacen nada".
González advirtió que se requieren políticas diferenciadas para cada realidad.
Una mujer del ámbito rural o urbano, con empleo precario o un marido "machista", no tiene las mismas necesidades que otra de altos ingresos que opta por dejar de trabajar temporalmente para criar a sus hijos, pero que luego tiene problemas para reinsertarse al mercado laboral, precisó.
Chile se ubicó en el tramo "alto" de 44 entre 182 naciones estudiadas para confeccionar el Índice de Desarrollo Humano mundial 2009 del PNUD, que mide acceso a educación, salud e ingresos.
Pero en el Índice de Potenciación de Género 2009, también calculado por PNUD, este país sudamericano de 17 millones de habitantes ocupó el puesto 75 entre 109 naciones.
Otras estadísticas también evidencian esta realidad.
La participación laboral femenina aumentó de 32 a 49 por ciento entre 1987 y 2006, cifra menor a la de otros países de América Latina.
Además, según el informe, las chilenas ocuparon sólo 22 por ciento de los altos cargos políticos en 2009, tanto en los poderes Legislativo y Ejecutivo como en los partidos.
Peor es el registro del "poder económico" femenino, según el PNUD. Sólo cinco por ciento de los cargos de dirección o gerenciales de empresas son ocupados por mujeres en Chile.
El informe del PNUD también muestra que entre 2006 y 2009, cuando gobernó la socialista Michelle Bachelet, la primera presidenta que tuvo Chile en su historia, se presentaron la mayor cantidad de proyectos de ley relacionados con la igualdad de género desde la recuperación de la democracia en 1990, tras de 17 años de dictadura.
El presidente Piñera presentó el 29 de abril una Comisión Asesora Presidencial sobre "Mujer, Trabajo y Familia", que tiene como mandato analizar en 90 días alternativas para fortalecer el ingreso de ellas al mundo laboral, proteger la familia y eliminar los obstáculos que frenan la maternidad. Entre ellas, se destaca la propuesta de ampliación y flexibilización del permiso postnatal, actualmente de 84 días.
Por Daniela Estrada
Fuente: IPS