Iguales ante la Ley: "El matrimonio homosexual en el mundo"
Con la aprobación de la norma que habilita al matrimonio entre parejas del mismo sexo, la Argentina se suma a otros países del mundo que en la última década han reconocido el pleno derecho a los homosexuales.
Desde que en 1969 los gays, travestis y lesbianas de Nueva York se levantaran contra la represión de las redadas policiales en la llamada revuelta de Stonewall, la comunidad homosexual organizada logró, a nivel internacional, importantes derechos, siendo una de sus mayores reivindicaciones el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo.
El matrimonio entre parejas homosexuales, considerado como una extensión jurídica del casamiento en tanto institución que regula la relación y convivencia de dos personas, con sus consecuentes deberes y derechos, es totalmente legal en nueve naciones del mundo: Países Bajos, Bélgica, Noruega, Suecia, España, Portugal, Islandia, Sudáfrica y Canadá.
Los Países Bajos en 2001 y Bélgica en 2003 fueron las primeras naciones en legislar sobre este tipo de uniones, permitiendo la adopción de menores y el derecho a heredar.
En España, luego de un arduo y extenso debate que incluyó un primer rechazo del proyecto en la Cámara Alta, se logró aprobar la ley en 2005, a pesar del férreo rechazo de la Iglesia Católica y del opositor Partido Popular. Desde entonces, más de veinte mil parejas homosexuales se han unido en matrimonio.
Los últimos países en adherir a esta legislación fueron Suecia, Sudáfrica e Islandia, país gobernado actualmente por la Primera ministra Johanna Sigurdardottir, una lesbiana que se casó el mismo día en que entró en vigencia la norma.
En mayo de 2010, Portugal también aprobó el matrimonio homosexual pero con una salvedad: la ley no contempla la adopción, un derecho que en muchos países divide las aguas.
Italia es el único país de la Unión Europea donde los derechos civiles de los homosexuales ni siquiera forman parte de la agenda política.
En América del Norte, el matrimonio homosexual está legalizado en el Distrito Federal de México y en seis jurisdicciones de los Estados Unidos: Massachusetss, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Washington D.C.. Sin embargo la normativa dista mucho de ser aceptada a nivel nacional ya que muchos estados aprobaron enmiendas a sus constituciones prohibiendo el reconocimiento de derechos a las parejas del mismo sexo.
El caso más conflictivo es el de California, donde el casamiento homosexual fue legal durante algunos meses de 2008 gracias a una resolución del Tribunal Supremo del Estado, hasta que el gobernador Arnold Schwarzenegger promovió una enmienda restringiendo el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer. Los californianos, en un plesbiscito, aprobaron dicha objeción, de modo tal que las uniones celebradas en ese período quedaron en un limbo jurídico.
En casi todos los lugares en que la legalización del matrimonio homosexual alcanzó el debate político, provocó la misma y encarnizada polémica entre quienes creen que la verdadera igualdad de derechos solo se consigue englobando a las parejas en una misma figura jurídica y quienes opinan que la palabra matrimonio debe reservarse únicamente para la unión de un hombre y una mujer.
Por otra parte, sin utilizar la figura del matrimonio, varios países dictaron normas específicas que legalizan las denominadas uniones civiles, que reconocen algunos derechos a los contrayentes, atenuando el rechazo de los sectores religiosos y conservadores. Esta es la situación en Colombia, Ecuador, Uruguay y algunos estados de Brasil.
En el caso de Colombia, el reconocimiento de los derechos a los gays, lesbianas y transexuales no vino de la voluntad política, sino de una decisión judicial que obligó a las autoridades a aplicar la ley.
Excepto Sudáfrica, donde el matrimonio homosexual es una realidad, en los continentes asiático y africano el reconocimiento de los derechos de los homosexuales es casi inexistente. Los países islámicos continúan aplicando legislaciones represivas. Irán, Yemen, Arabia Saudita y Nigeria, entre otras naciones, mantienen la pena de muerte para los homosexuales, mientras que en Pakistán y Bangladesh, la relación sexual entre personas del mismo sexo está penada con cadena perpetua.
En Uganda desde hace meses está en discusión una Ley Antihomosexualidad, mientras que en Kenia se pretende realizar un censo de gays bajo la excusa de luchar contra el sida.
Sin embargo, aún en los sitios donde aún no existe una legislación sobre uniones entre personas del mismo sexo, resulta imparable la apertura del debate acerca de la necesidad de asegurar iguales derechos para todos los ciudadanos, independientemente de sus opciones sexuales.
Una tendencia que refleja de manera creciente los cambios profundos que se están produciendo en la estructura de la sociedad y las concepciones culturales, más allá de mitos, creencias y fundamentalismos religiosos.
Redacción: Alejandra Peña/ Edición: Paolo Menghini/ Visión Siete Internacional/