‘Not so sexy’: una campaña alerta de los riesgos de los químicos en los cosméticos
La campaña estadounidense por unos cosméticos seguros (ver vídeo de animación subtitulado en castellano), Campaign for Safe Cosmetics (CSC), formada por una coalición de grupos de mujeres, salud pública, ecología y derechos de los consumidores en EE UU, ha publicado un informe en el que se alerta de los riesgos para la salud de los perfumes comercializados.
PELIGRO SIN ETIQUETAR. El plomo, utilizado como colorante en algunos pintalabios, está vinculado a problemas de fertilidad y abortos espontáneos. Forest Chung
Baños no tan ‘limpios’ De los productos de baño, tanto de adultos como de niños, los estudios realizados han encontrado, entre otros contaminates, 1,4 dioxano, un compuesto derivado del petróleo que provoca cáncer en los animales y sospechoso de ser también cancerígeno para las personas. Según la CSC, empresas como Johnson & Johnson defienden que las cantidades de productos posiblemente cancerígenos son muy pequeñas, sin preocuparse de que los bebés reciban estos contaminantes de forma recurrente durante el día, lo que eleva la exposición a estas sustancias. Al listado de productos nocivos se añade el riesgo de las nanosustancias, materiales que son manipulados a escala de átomos y moléculas. Se trata de un mercado floreciente del que apenas se conocen sus efectos sobre la salud de las personas.
La organización Amigos de la tierra, que también participa en CSC, denuncia que las nanopartículas ya forman parte de prácticamente todos los productos de cuidado personal disponibles en el mercado, desde desodorantes a cremas de protección solar y lociones para después del afeitado. Las investigaciones científicas llevadas a cabo hasta la fecha muestran la existencia de algunas nanopartículas que pueden ser tóxicas para los tejidos humanos y ocasionar mutaciones de ADN y muerte celular. Quizás uno de los hallazgos más representativos sea la asociación de algunos nanomateriales con el mesotelioma, el mismo tipo de cáncer que provoca el amianto.
La falta de regulación Ningún país del mundo regula en la actualidad los nanomateriales, aunque en la UE se han intentado dar los primeros pasos: la Eurocámara ha solicitado en julio una moratoria para los productos con nanomateriales hasta que exista una evaluación específica de riesgos y recomienda que se advierta del contenido de estos nanocomponentes en el etiquetado de los productos.
Las organizaciones de EE UU denuncian que, debido a los grandes vacíos legales, las compañías pueden utilizar casi cualquier ingrediente en los cosméticos sin informar de ello en el etiquetado, y aplauden medidas como la Directiva de Cosméticos (76/768/CEE) de la UE, que prohíbe un listado de 1.100 químicos en los cosméticos (en EE UU sólo se han prohibido 11 de ellos).
La directiva, que ha sido revisada varias veces desde su aprobación en 1976, tiene como objetivo asegurar que los cosméticos no sean perjudiciales en situaciones normales o predecibles. Por su parte, Stanpa, organización empresarial que representa al sector de la perfumería y cosmética en el Estado español, declara que el texto de la última revisión de la directiva comunitaria en 2009 “está completamente alineado con el compromiso permanente de la industria cosmética de facilitar productos seguros e innovadores”. No obstante, organizaciones de consumidores advierten que todavía se cuelan en el mercado español productos con sustancias prohibidas por esta directiva y consideran inaceptable la inoperancia de la Administración. En 2009 entró en el país Rigenera, crema facial con compuestos ilegales e investigadores de la Universiad de Santiago de Compostela detectaron 15 sustancias potencialmente alergénicas en productos de baño para bebés.
Fragancias tóxicas Los perfumes son considerados uno de los cinco principales alérgenos en Europa y Norteamérica. Entre las fragancias analizadas se han encontrado sensibilizadores que pueden provocar reacciones alérgicas y respiratorias, como asma e irritación de piel y ojos. Otro componente, el musk (almizcle) sintético está relacionado con la disfunción hormonal y la proliferación de células de cáncer de mama. Entre los componentes químicos, destacan las neurotoxinas (que son tóxicas para el cerebro) y los ftalatos que, empleados para plastificar y ablandar el PVC, pueden afectar a la fertilidad debido a que dañan el ADN del esperma. Los ftalatos se usan para prolongar la vida de los perfumes y en los envoltorios de algunos fármacos y alimentos, además de en una amplia gama de cosméticos.
Labios de plomo Los estudios de la campaña por unos cosméticos seguros de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA en sus siglas en inglés) coinciden en confirmar la presencia de plomo en varias marcas de pintalabios, con los niveles más altos de plomo hallados en los productos de Procter & Gamble (marca Cover Girl), L’Oreal (marcas L’Oreal, Body Shop y Maybelline) y Revlon. El plomo, utilizado como colorante, está vinculado a problemas de fertilidad y abortos espontáneos. Dado que no se descompone en el cuerpo humano, el uso reiterado de pintalabios con plomo provoca que esta sustancia se acumule, aumentando así el nivel de riesgo sobre la salud. No existe un nivel mínimo de seguridad para la exposición al plomo. Su uso en cosméticos está prohibido en la UE.
Dentífricos y desodorantes Los dentífricos, enjuagues bucales y blanqueadores dentales que contienen peróxido de hidrógeno (también conocido como agua oxigenada) pueden potenciar el cáncer. El aluminio, presente en muchos desodorantes y antitranspirantes, ha sido asociado con el cáncer de mama. Algunos científicos explican que los tumores mamarios se dan con mucha más frecuencia en el cuadrante superior izquierdo del pecho debido a que la mayoría de las personas son diestras y aplican por tanto más cantidad en el lado izquierdo. Asimismo, una de las teorías barajadas en la actualidad sobre una de las causas del alzheimer es que este tipo de demencia se deba a la acumulación de aluminio, ya que las personas que padecen la enfermedad tienen niveles elevados de aluminio en el cerebro.
Por Alsi Canales, Madrid
Fuente: Diagonal