Indigna uso político electoral el tema del aborto en Brasil
Debido a que los candidatos a la presidencia de Brasil, José Serra y Dilma Rousseff convirtieron la interrupción del embarazo en un tema electoral, un grupo de ciudadanas y ciudadanos brasileños expresaron su indignación porque un asunto de salud pública se use así para atraer votos.Con el lema "Legal, seguro y raro", defensores de los derechos reproductivos de las mujeres, se movilizaron y pronunciaron en un manifiesto, en el cual repudiaron el trato que se le ha dado al tema del aborto en la disputa presidencial brasileña, y además, alertaron sobre el riesgo de retroceder en el proceso de democratización de su país.
Tras considerar que la interrupción del embarazo es “materia de interés de todas las personas, y en particular de las mujeres”, el grupo de ciudadanos están recolectando firmas de apoyo para repudiar que las campañas para la segunda vuelta, a realizarse el 31 de octubre y donde se definirá al próximo presidente brasileño, sigan usando el tema.
Actualmente en Brasil, el aborto no está permitido, y quien decide someterse a este procedimiento es castigada con penas de prisión de hasta 10 años.
Sin embargo, los dos últimos gobernantes que ocuparon la presidencia de Brasil aseguraron un progreso significativo en este campo, con la aprobación de dos normas técnicas por parte del Ministerio de Salud.
La Norma Técnica de Prevención y Tratamiento de las Enfermedades Derivadas de la Violencia Sexual contra las Mujeres, Niñas y Adolescentes, de 1998, garantiza asistencia inmediata a las mujeres víctimas de violencia sexual que deseen interrumpir un embarazo no deseado o producto de una violación sexual.
Asimismo, el Código Penal de 1940 permite el aborto en caso de violación o de peligro para la vida de la mujer; mientras que la Norma Técnica de Atención Humanizada al Aborto, de 2004, proporciona orientación sobre el cuidado y el trato humanitario al que todas las mujeres en situación de aborto, espontáneo o inseguro, tienen derecho al ser atendidas por el Sistema Nacional de Salud (SUS) de aquel país.
La prensa internacional ha señalado a la candidata Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) y José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), como los responsables de usar este tema, a cambio de los votos de los sectores más conservadores.
En un principio, Rousseff favorecía la legalización del aborto, lo que provocó que no obtuviese el triunfo en la primera vuelta, realizada el pasado 3 de octubre, pero al parecer ahora ha cambiado de posición ideológica, señalan los medios locales.
De acuerdo con el manifiesto, la eventual despenalización debe ser debatida en el Congreso, y no ser una decisión de la ganadora o ganador de esta contienda.
Además alerta que “el miedo a perder el voto católico y evangélico ha llevado a los candidatos presidenciales a acentuar, frente a las cámaras, su fe a toda prueba”.
Estas acciones, señalan los ciudadanos, demuestra la obediencia a los jerarcas que condenan el aborto, por ello las y los defensores de derechos humanos, conscientes de las desigualdades de género que afectan negativamente la vida cotidiana de las mujeres brasileñas, expresaron públicamente su indignación por la forma como el tema del aborto está siendo explotado durante el período electoral.
El proceso de democratización de Brasil ha demostrado ser plural y lo suficientemente maduro, como para no sucumbir ante las presiones electorales y conservadoras que desean, simplemente, ocultar e ignorar el sufrimiento de millones de mujeres para quienes el aborto es un último recurso, precisa el documento.
Es por ello que los ciudadanos consideran que la consolidación y profundización de la democracia en Brasil requiere, de manera urgente, la preservación del principio constitucional del Estado laico y de la libertad religiosa, como derechos importantes para que las personas puedan profesar su fe y actuar de acuerdo con su conciencia.
Finalmente, el manifiesto destaca que de la misma manera que un aborto en condiciones dignas y seguras, no debe ser un marcador de clase entre las mujeres brasileñas, tampoco es aceptable que esta cuestión se utilice en procesos electorales con el fin de que prevalezca un Brasil “arcaico, hipócrita y conservador”, sobre los intereses republicanos y de promoción de la igualdad de género.
Fuente: Cimac Noticias