25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
El 17 de diciembre de 1999 la Asamblea General de Naciones Unidas ha declarado el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y ha invitado a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a que organicen en ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer.
¿Por qué ese día me preguntó mi hija hoy en la mañana?, recordando lo que mi maestra María Jesús Izquierdo (socióloga –feminista de la UAB) nos relataba en sus clases, es la fecha que fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).
Sin duda es un tema que nos atañe a todas y todos, sin embargo al ver los titulares de los diarios nacionales no aparece la noticia en ninguno de ellos, las noticias se vuelcan a temas políticos, accidentes, el fútbol, y pareciera que los temas de genero, específicamente de violencia contra la mujer se cierran a espacios a círculos mas íntimos, que se hacen públicos cuando está presente el horror del femicidio, pero dónde se reconoce la violencia diaria, esa violencia simbólica, que Bourdieu señala «(…) es esa violencia que arranca sumisiones que ni siquiera se perciben como tales apoyándose en unas «expectativas colectivas», en unas creencias socialmente inculcadas» (Bourdieu, 1999).
¿Por qué cuesta tanto reconocerla?
Con la expresión «violencia simbólica» Bourdieu pretende enfatizar el modo en que los dominados aceptan como legítima su propia condición de dominación (Bourdieu-Wacquant, 1992: 167).
El poder simbólico no emplea la violencia físicasino la violencia simbólica, es un poder legitimador que suscita el consenso tanto de los dominadores como de los dominados, un «poder que construye mundo » (worldmaking power)» en cuanto supone la capacidad de imponer la «visión legítima del mundo social y de sus divisiones» (Bourdieu, 1987b: 13) y la capacidad de imponer los medios para comprender y adaptarse al mundo social mediante un sentido común que representa de modo disfrazado el poder económico y político, contribuyendo así a la reproducción intergeneracional de acuerdos sociales desigualitarios.
Pero el poder simbólico no se reduce al poder económico o político, sino que añade su fuerza específicamente simbólica a esas relaciones de poder. Con estas palabras quiero cerrar mi reflexión de hoy, con desafíos a lo que hacemos cada una y uno en nuestros espacios íntimos (privados) y colectivos, no quiero decir públicos porque entramos en otra esfera de discusión, creo con certeza que el reconocer y revelar esta violencia es parte de nuestro quehacer , en tomar conciencia que se ejerce a diario en todos los grupos sociales, en las mujeres inmigrantes, en la precarización del trabajo de las temporeras, en los espacios de poder.
Las campañas de Gobierno del Sernam hoy no abordan esta temática, tal vez si logra un impacto mediático, sin embargo lo simbólico como señala Teresa Valdés, al tratar de “Maricón” a quien le pega a una mujer, también es violencia, la palabra maricón viene de María y las mujeres también luchamos.
Un dato importante: La Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual convocó a una marcha para hoy jueves 25 de noviembre de 2010 en Plaza Italia, Santiago de Chile.
La marcha partirá a las 20.30 y busca concientizar y sensibilizar a la población chilena contra la violencia de género.
Un saludo fraterno a todas y todos Daisy Margarit
Por Daisy Margarit