diciembre 22, 2010

Colombia: Aprueban ley que medirá contribución de economía del cuidado

"Mi mamá no hace nada, es ama de casa" será una frase en vías de extinción gracias a la Ley de Economía del Cuidado, aprobada en noviembre pasado, que reconocerá y medirá la contribución de las actividades domésticas, de servicios de apoyo y de cuidado no remuneradas en las cuentas nacionales de Colombia.

"Esta es una ley revolucionaria pues reconoce el valor económico de estas actividades realizadas mayoritariamente por mujeres, se reducirá esa carga de trabajo, que compartirá con el hombre y con el Estado por medio de políticas públicas, y al liberar tiempo de las mujeres, éstas podrán aumentar su participación en el trabajo remunerado. Así las colombianas serán la locomotora más dinámica del país", afirmó a SEMlac desde Washington, Cecilia López Montaño, autora de esta normativa.

La economía del cuidado comprende servicios de apoyo (pagos y otros trámites), labores domésticas (producción de alimentos, provisión de ropa limpia y techo higiénico) y actividades de cuidado de enfermos, adultos mayores y menores de edad, bien se realicen en el hogar o fuera de éste y que no son remuneradas. Asociadas a éstas, hay otras tareas de tipo voluntario de apoyo a la comunidad, como participación en planes de emergencias y catástrofes.

"Mujeres de todas las condiciones socio económicas estamos siempre ante la disyuntiva de la participación en la producción remunerada -opcional para algunas y vital para la sobrevivencia de otras- y la reproducción biológica y social, es decir, la crianza y educación de hijos e hijas y el cuidado de los demás miembros del hogar", explicó la parlamentaria Ángela Robledo durante el Foro que sobre el tema lideró en el Congreso.

"La encrucijada entre la calle y la casa. Son dos economías, una en que las personas reciben salario por producir cosas que se venden en los mercados o que se financian a través de impuestos -economía de los bienes-, y la economía oculta, invisible: la economía del cuidado", añadió.

Las colombianas, trabajen remuneradamente o no, son quienes realizan mayoritariamente estas labores sin recibir reconocimiento social del valor que tienen para la economía del hogar y menos aún para la economía del país.

Según datos de 2008 del Departamento Nacional de Estadísticas, el 60,6 por ciento de las mujeres económicamente activas se ocupan también de oficios del hogar, mientras que sólo 7,7 por ciento de los hombres lo hacen.

Con esta ley, Colombia comenzará a contabilizar el tiempo que se dedica a esas tareas, como lo están haciendo otros 24 países. En Estados Unidos, por ejemplo, se encontró que el trabajo de un ama de casa equivale al trabajo de dos hombres en un día de oficina.

"La ley no busca remunerar esas actividades, lo cual implicaría un presupuesto de unos siete puntos del Producto Interno Bruto. Pero el tema del trabajo no remunerado y el que sí recibe compensación monetaria evidencia la desigualdad existente entre mujeres y hombres, ya que el primero lo realizan en su gran mayoría las mujeres, y los hombres son los que predominan en el mundo del que sí recibe compensación monetaria", puntualizó López, artífice de la primera política pública colombiana para las mujeres rurales.

"Esto ocurre en todo el mundo y en todas las clases sociales. Esa es la forma de injusticia que se quiere plantear para buscarle soluciones a través del reconocimiento social y de políticas públicas que equilibren este desbalance", concluyó López.

Por ello, la ley ordena que el Departamento Nacional de Estadísticas realice una encuesta del uso del tiempo, mediante la cual se determinará cuánto le dedican las mujeres a la Economía del Cuidado. Una vez obtenida esa medición se estimará su costo con las distintas metodologías que ya existen y se elaborará una cuenta satélite de las cuentas nacionales, es decir un sistema para contabilizar este sector (antes no tenido en cuenta) dentro de la contabilidad de bienes y servicios producidos por Colombia.

Así se le dará visibilidad a la contribución que hacen las mujeres a través de esas actividades y será base para políticas públicas.

"Si el Estado pone en marcha planes para facilitar el acceso a artículos electrodomésticos, amplía la cobertura de guarderías y de centros de cuidado del adulto mayor accesibles a toda la población, las mujeres consumirán menos tiempo en esas actividades y los hombres no tendrán tanto problema para hacer labores domésticas", agregó la ex senadora por el Partido Liberal.

"Es el principio de las flexibilidades de roles entre hombres y mujeres que es la base para lograr la equidad de género", explicó.

De manera que esta ley busca la igualdad en el espacio privado: en el hogar. "En América Latina hablar de esto es revolucionario por la inflexibilidad de roles de nuestras sociedades. Las mujeres ya no sólo quieren y buscan la igualdad en lo público, que ya es suficiente amenaza para la sociedad patriarcal, sino que no quieren compartir su tiempo en el hogar en condiciones de desigualdad", anotó López.

La legislación también es un asunto de democratización, pues -según López- "si no se distribuye el tiempo de manera equitativa, no hay democracia y esta demanda se suma a la necesidad de resolver el déficit democrático, es decir, la poca participación de las mujeres en la política".

"Además se trata de nada menos que de Libertad: las mujeres tienen amenazado su tiempo y por consiguiente, el derecho a la libertad dada la injusticia en su distribución. Se llega así a la tiranía, porque esa división sexual del trabajo, donde las mujeres se encargan mayoritariamente de las responsabilidades del hogar, es una tiranía que afecta sus posibilidades de ocio, trabajo remunerado y su participación en la política y, por lo tanto, en el poder", añadió.

Para López, es función del movimiento de mujeres buscar que se aprueben políticas públicas que busquen disminuir el tiempo que ellas dedican a estas actividades.

Adicionalmente, con la liberación de tiempo para las mujeres, éstas aumentarán su participación en el mercado laboral, que era una de las más altas en América Latina pero que ha ido retrocediendo en la última década, debido, entre otras causas, a la excesiva carga de actividades domésticas que tienen en el hogar, señaló la economista López. En Colombia, la diferencia actual entre hombres y mujeres en tasas de participación laboral es de 22,2 puntos porcentuales.

La aprobación de esta ley en el Congreso no fue tarea simple en razón de la autora como del tema. López es una lideresa política que no hace parte del gobierno y está en la oposición; en tanto que la temática de la equidad de género despierta muchas reticencias en un parlamento donde predominan ampliamente los hombres, "quienes en su mayoría reflejan los valores patriarcales", recuerda.

Esta es la primera ley de economía del cuidado en América Latina y el Caribe, aunque varios países de la región han avanzado en el desarrollo de metodologías de cálculo y en la aplicación de encuestas sobre el uso del tiempo.


Por Ángela Castellanos A.
Fuente: Semlac

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