Tipificación del femicidio en $hile
La obviedad es presentada como logro. La llaman “Ley de Femicidio”, pero mantiene la “neutralidad” machista acostumbrada, esa que reafirma los privilegios masculinos. La segunda semana de este mes –diciembre- cada día fue asesinada una mujer por su pareja íntima en $hile, y Piñera aprovecha la ocasión...
Lo pintoresco es que esta Ley, es un engendro concertacionista. La elaboraron y propusieron una diputada democratacristiana y otra del partido por la democracia (Carolina Goic y Adriana Muñoz), pero la cosechó Piñera. Claro que no es una medida tan popular como el rescate de los mineros, sin embargo, las mujeres votantes son más, y sobre todo, muy fluctuantes. El populismo piñerista apuesta entonces a una preocupación sentida de las mujeres. Por eso aprobó la tipificación del femicidio en el Código Penal como (solamente) un asesinato en manos del esposo, del conviviente, del ex esposo o del ex conviviente (así fue redactada por las diputadas de la Concertación). Las demás mujeres asesinadas, las que no son familia del femicida, que se jodan en la crónica roja...
Víctimas de femicidio como escudo
Lo pintoresco es que esta Ley, es un engendro concertacionista. La elaboraron y propusieron una diputada democratacristiana y otra del partido por la democracia (Carolina Goic y Adriana Muñoz), pero la cosechó Piñera. Claro que no es una medida tan popular como el rescate de los mineros, sin embargo, las mujeres votantes son más, y sobre todo, muy fluctuantes. El populismo piñerista apuesta entonces a una preocupación sentida de las mujeres. Por eso aprobó la tipificación del femicidio en el Código Penal como (solamente) un asesinato en manos del esposo, del conviviente, del ex esposo o del ex conviviente (así fue redactada por las diputadas de la Concertación). Las demás mujeres asesinadas, las que no son familia del femicida, que se jodan en la crónica roja...
Víctimas de femicidio como escudo
En lo que va de este mes (diciembre 2010) no sólo han sido asesinadas 10 mujeres en el matrimonio, si no que 81 reos murieron calcinados en la cárcel de San Miguel, donde según datos del Instituto de Derechos Humanos, había 1.961 hombres en instalaciones para sólo 1.100. La prensa masiva se ha encargado de impactar con estos hechos y los afilados colmillos gubernamentales parecen haber encontrado una conexión provechosa.
En medio del drama de los calcinados de San Miguel, gobierno y “oposición” se cobran culpas mutuas. Los actuales les dicen a los salientes que su reforma procesal penal repletó las cárceles, mientras los salientes responden que es la derecha, la que con su famoso “combate a la delincuencia” ha encerrado a tanta gente. Y ahora hay 56 mil presos en espacios para 31 mil.
Buen momento entonces para que Piñera se muestre todo un defensor de mujeres y se eleve en las encuestas justo cuando está reduciendo su popularidad, a la vez que refuerza la idea sobre que los “delincuentes” deben estar encerrados. Asocia delincuentes con criminales de mujeres… (No importa que los reos deban dormir de pie ni que comerciantes sin permiso como los vendedores ambulantes sean encarcelados y mezclados con violadores y asesinos de mujeres: La derecha opina que esta gente que amenaza sus riquezas “no está de vacaciones” y se merece el hacinamiento y mucho más). Así las cosas, el senado aprobó rápidamente la Ley de Femicidio.
¿“Ventajas” de la tipificación?
La primera es –por así decirlo- para los hombres: Cuando sean asesinados por sus esposas, convivientes o ex, sus asesinas tendrán las mismas penas que un femicida. Sólo que en el caso de los varones asesinados, seguirá llamándose parricidio –como siempre-, porque en realidad es un cambio de palabras, femicidio en vez de parricidio, que apela a la neutralidad y coloca a las mujeres en la misma situación de los hombres. En su letra “b” del artículo único del Proyecto de Ley dice: “…la que de muerte al varón con que esté o haya estado ligada como cónyuge, conviviente o a través de otra relación afectiva, incurrirá en el delito de parricidio y será castigado con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado”.
Obviedades
Esta tipificación que modifica el Código Penal y el decreto ley N° 321 de 1925, en su letra “b”, al contrario de lo publicitado, NO ELIMINA las posibilidades de aplicar atenuantes como “obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación”, o sea, la justificación de los celos, ni la “irreprochable conducta anterior”.
Sólo constata que obviamente el femicida “en caso de haber sido ya condenado por un Tribunal en el marco de un procedimiento por violencia intrafamiliar” no puede acogerse a estas atenuantes porque “no resulta razonable”…
Tampoco elimina el acceso a la libertad condicional para los femicidas. Sólo si el “parricidio o el femicidio” fue “precedido de condenas por hechos de violencia intrafamiliar…”, podría negársele.
¡Ojo! Se habla de “condenas” anteriores, y todas sabemos que obtener una condena es como sacarse la lotería. Las denuncias que no llegan a ninguna parte por malas gestiones de funcionarios indiferentes y sobrecargados de trabajo, no se mencionan.
El “motivo” es ser mujer
El femicidio o feminicidio es sólo la punta del iceberg de la violencia estructural contra las mujeres que tiene objetivos políticos como someternos a la División Sexual del Trabajo, que es muchísimo más que el trabajo doméstico: Trabajos precarios, de servicios, producción de alimentos y vestuario, de cuidados, entrega emocional, entrega sexual. Los peor pagados, peligrosos, temporarios y con escasa habilitación teconológica o de herramientas e instrumentos, y que se consideran “prolongación del rol”. Son los trabajos y beneficios que hacemos en las unidades domésticas y trasladamos a la esfera pública: por ejemplo, las damas de diversos colores, las militantes de partidos políticos, las feligresas de Iglesias haciendo el trabajo “doméstico” de esas instituciones. También es para someternos a La División Sexual de los Recursos: Las mujeres subvencionamos de un 25 a un 40% del Producto Nacional Bruto de cualquier país con el trabajo doméstico impago, y las mujeres rurales producen más de la mitad de los alimentos imprescindibles para la humanidad, pero las mujeres también son el 70% de los mil millones de pobres que mueren de hambre en el mundo. Se trata además de la División Sexual del Tiempo: la mayoría del tiempo trabajado de las mujeres es impago, mientras que la mayoría del tiempo trabajado de los hombres es asalariado.
La Norma Heterosexual asegura que las mujeres cumplamos con todo lo anterior, y también entre otras cosas, se trata someternos a la División Sexual de los Símbolos y el Prestigio Social, la misma que sostiene la impunidad sobre la que un varón agrede.
El que elige agredir y matar, lo hace desde el permiso social para hacerlo, puede llegar a ser disculpado, justificado, incluso victimizado como un hombre que no tuvo otra opción.
Lesbianas, prostitutas, mujeres que defienden a otras…
Los crímenes machistas no surgen en la familia o el matrimonio solamente, aunque ambos son espacios peligrosos para las mujeres. Sin embargo no es indispensable un lazo conyugal, y ni siquiera afectivo. Basta con ser mujer para vivir el riesgo de la violencia por parte de cualquier varón, e incluso por parte de cualquier persona con ideas machistas: El 1 de enero de 2007 fue asesinada Isabel Chávez de 51 años por otra mujer, Margarita Retamal, en La Pintana (sector Sur de Santiago). Esa madrugada, un golpeador, el hijo de la criminal, atacaba a novia, e Isabel la defendió. Entonces el hombre fue a buscar a sus familiares para que le ayudaran, y de entre ellos, su madre, con un cuchillo cocinero asesinó a Isabel.
El femicidio y la violencia contra las mujeres, muchas veces sólo se basa en que la víctima no hace “LO QUE DEBE”. Por ejemplo no asume la Norma Heterosexual:
En Valdivia, en julio de 2007, una lesbiana, profesora y psicopedagoga del Liceo Politécnico Pesquero de Mehuin (Décima región), fue violada por un inspector del mismo colegio. El agresor la encerró en una pieza de su casa durante una fiesta de colegas, la golpeó y violó.
También sucede cuando hacemos “LO QUE NO DEBEMOS”, incluso si aceptamos los modelos dominantes. Por ejemplo, mujeres que entregan servicios sexuales, cuando NO se someten totalmente pueden ser asesinadas. Magdalena Liencura, mapuche del campo que se vino a la capital y estaba en prostitución, el 4 de julio de 1973, en el restaurant "La Fusta", en calle Blanco Encalada, frente al Club Hípico, no quiso hacerle rebaja a un cliente, Carlos Córdova, y él la mató de un balazo.
Mónica Silva Díaz, bailarina de un club nocturno, el año 1992 fue descuartizada por Fernando Hermosilla López, taxista, quien diseminó sus restos por Santiago. En 2005, en Iquique, Alto Hospicio, norte de Chile, Lady Torrealba Cepeda, prostituta de 24 años, también fue descuartizada. El condenado por su crimen fue un cliente, guardia de seguridad de un hotel, Ariel Canales Pino.
¿”Motivos” para matar a Magdalena, Mónica y Lady? Eran mujeres pobres sometidas a la prostitución y seducción.
Las niñas, las jóvenes, las “pacientes”, las cesantes…
En 1997, en el fundo San Diego de Tucapel, Octava Región, fueron encontrados los restos de una niña de 16 años, Eliana Aedo Chávez, asesinada a hachazos por su padrastro, Benito Hernández, pedófilo de 47 años que la había violado y la había embarazado. Era el marido de la madre de Eliana.
El 1 de noviembre de 2003, Cynthia Johanna Cortés Pérez, fue encontrada muerta luego de una semana de desaparecida. Tenía señales de haber muerto asfixiada por estrangulamiento, golpes en el cráneo, muestras de haber sido arrastrada, una herida profunda en la nuca, estaba semidesnuda y con hematomas en todo el cuerpo. Su rostro estaba convertido en una bolsa de sangre. Carlos Núñez, su compañero de universidad fue condenado por su crimen (aunque se dice que la noche de su desaparición, ella salió de una fiesta universitaria con cuatro varones más además del condenado).
El 26 de julio de 2007, en Puerto Montt, Juanita Maldonado Alvarado, de 17 años fue violada y asesinada. Ella salía de una fiesta y Patricio Enrique Mura Ureta, delincuente habitual de 29 años, la tiró a una zanja, la violó y asfixió.
En Viña del Mar, Renato Washington Zenteno Araya, médico gastroenterólogo, en la consulta que tenía en el 4º piso de la calle Valparaíso 425, anestesiaba a sus pacientes y abusaba de ellas. Ya había sido condenado el año 98 por violador, pero seguía ejerciendo en 2007 cuando fue nuevamente denunciado.
Erasmo Moena Pinto, fue condenado, por la violación de una joven en Los Ángeles. El agresor la contactó, ofreciéndole trabajo. Cuando ella fue esperanzada a una reunión con él, el tipo la amenazó de muerte para violarla. Moena Pinto también está acusado de tres violaciones, dos con resultado de muerte en la V Región.
…Y también las mujeres víctimas del tráfico de personas, las mujeres migrantes, las mujeres pobres que se desplazan para buscar trabajo y desaparecen, las ancianas, las mujeres y las niñas en situación de calle. Cualquier mujer, porque el feminicidio es un genocidio negado sistemáticamente por leyes como esta. Queda nuevamente de manifiesto, no sólo la estrecha comprensión de femicidio -o feminicidio- de unos y otros (Concertación y Alianza), si no también lo rentable que pueden resultar las mujeres y sus denuncias para la política dominante.
Victoria Aldunate Morales
victoriamoralesaldunate@gmail.com
Foto: Memoria feminista, feministas autónomas
Foto: Memoria feminista, feministas autónomas
La Ciudad de las Diosas
Fuentes: “Piñera promulga una ley que aumenta las penas por la violencia contra las mujeres en Chile”. Agencia EFE. Lunes 13 de diciembre de 2010; Senado de la República de Chile, Valparaíso 26/10/2010 Departamento de Prensa Boletín Nº 4937-18;
“Rompiendo el Silencio, revista virtual de cultura lésbica” 2007, La cuarta, 2006, 2007, 2010.