DEFENSORAS DE LOS DERECHOS HUMANOS: UN CLARO BLANCO DE VIOLENCIA Y REPRESIÓN
Margaret Sekaggya, Relatora Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos, presentó su tercer informe al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Éste es el primer informe centrado exclusivamente en la situación de las defensoras de los derechos humanos y la de quienes se dedican a los derechos de las mujeres o las cuestiones de género. Organizaciones de derechos humanos y de mujeres han acogido el informe de la Relatora Especial como una contribución significativa para validar la importante función que desempeñan las defensoras de los derechos humanos y reconocerlas no sólo como víctimas sino también como agentes activas del cambio y la transformación sociales. El informe plantea una doble necesidad: afrontar la gravedad de las violaciones contra estas defensoras y brindar protección específica a su género. AWID e integrantes de la Coalición Internacional de Defensoras de los Derechos Humanos (WHRD IC) asistirán a la presentación y discusión públicas del informe durante el 16o. periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a realizarse en Ginebra el 10 de marzo de 2011, mostrando así apoyo a sus hallazgos y recomendaciones. Antecedentes En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos. Ésta afirma: “Toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a promover y procurar la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional”. Enfatiza que “la responsabilidad primordial y el deber de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales incumbe al Estado” y que “todos los miembros de la comunidad internacional deben [...] promover y fomentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción alguna, en particular sin distinción por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social...”. A fin de apoyar la aplicación de la Declaración y también recabar información sobre la situación actual de defensores de derechos humanos en todo el mundo, el Secretario General de la ONU estableció en el año 2000 el mandato para una Relatora Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos. El informe presenta datos incontestables sobre violaciones contra las defensoras y quienes se dedican a los derechos de las mujeres o las cuestiones de género, como también contra sus familias. Describe la amplia gama de áreas en que las defensoras trabajan – entre otras, derechos sexuales y reproductivos, derechos de las personas indígenas y asuntos relacionados con el medio ambiente, sindicalismo y derechos laborales, impunidad y acceso a la justicia. Las y los defensores que denuncian abusos en contextos de conflicto militar, antiterrorismo y países afectados por el conflicto (y post-conflicto) están presentes en todas las regiones, con mención de la República Democrática del Congo, Sudán, Colombia, Cáucaso del Norte, los países de la península Balcánica y Nepal. El informe resalta específicamente que mujeres profesionales – incluyendo a profesionales médicas, de la salud y jurídicas, periodistas y profesionales de los medios de comunicación – se encuentran en riesgo. Hallazgos del informe Los riesgos y violaciones que se reportaron en el periodo 2004-2009 incluyen: (a) amenazas, amenazas de muerte y asesinatos; (b) arresto, detención y criminalización; (c) estigma; y (d) violencia sexual y violación. Entre los hallazgos más importantes figuran los siguientes: El informe señala que el análisis de las comunicaciones recibidas por la Relatora Especial “revela una tendencia preocupante en cuanto a la criminalización de las actividades que llevan a cabo las defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o las cuestiones de género en todo el mundo”. Esto incluye detenciones y criminalización del trabajo de las defensoras, así como la realización de investigaciones penales e irregularidades en cuanto al respeto de las garantías procesales y el derecho a un juicio justo. “En comparación con América Central y del Sur, donde son más comunes las amenazas, incluidas las amenazas de muerte, las detenciones y la criminalización son más habituales en Asia y el Pacífico”. China y la República Islámica del Irán son mencionadas en relación a preocupaciones por detenciones y sentencias de reclusión. El informe también menciona a Europa y Asia Central debido a arrestos, detenciones y criminalización. Mecanismos de protección Además de los riesgos que enfrentan las defensoras y quienes se dedican a los derechos de las mujeres y las cuestiones de género, el informe se refiere a los mecanismos de protección y estrategias de seguridad, así como a la obligación del Estado de proteger a toda persona defensora de los derechos humanos contra violaciones por parte de agentes estatales y no estatales. Un examen de los mecanismos de protección reveló que éstos son inadecuados debido a la falta de aplicación, voluntad política o concienciación sobre las cuestiones de género. En las Américas, según el informe, los actuales mecanismos de protección son ineficaces porque no tienen en cuenta a los agentes no estatales entre los autores de violaciones de derechos. El esfuerzo de México por desarrollar un programa de protección para defensores de los derechos humanos fue resaltado, pero con reserva porque no queda claro si este mecanismo tendrá en cuenta las necesidades especiales de seguridad y protección de las mujeres defensoras. En el caso de Colombia, el informe celebró la intención de incorporar una perspectiva de género en el programa de protección de las desplazadas internas, agregando que “habría que hacer lo propio para proteger a otros grupos de defensoras en el país”. La Relatora Especial hizo una mención especial de las medidas adoptadas por las propias defensoras para protegerse, “habida cuenta de la escasez de recursos estatales” destinados a la protección de sus derechos. Estas medidas incluyen incrementar su visibilidad a través de denuncias y campañas públicas, establecer alianzas estratégicas con otras organizaciones nacionales e internacionales, brindar acompañamiento a las defensoras en situación de riesgo y abstenerse de hablar en público sobre sus actividades para no llamar la atención. Sin embargo, “aunque esas iniciativas son dignas de elogio y a menudo extremamente eficaces, no pueden reemplazar las políticas o los programas estatales necesarios para satisfacer eficazmente las necesidades de seguridad de este grupo de defensoras”. Recomendaciones Las conclusiones del informe subrayan los riesgos extraordinarios que las defensoras de los derechos humanos y quienes se dedican a los derechos de las mujeres o las cuestiones de género en las diferentes regiones del mundo enfrentan debido a su trabajo. El informe reconoce que los riesgos y violaciones que las defensoras de los derechos humanos enfrentan deben entenderse en el contexto de la labor que ellas están realizando. Siendo así, “la seguridad de esas defensoras está inextricablemente relacionada con la seguridad de sus comunidades y solo se puede lograr plenamente en el contexto de un enfoque holístico que comprenda, entre otras cosas, la consolidación de la democracia, la lucha contra la impunidad, la reducción de las desigualdades económicas y la lucha por la justicia social y ambiental”. La mayoría de las recomendaciones va dirigida a los Estados, que son identificados como los principales actores responsables de garantizar la seguridad y el bienestar de las defensoras de los derechos humanos. La Relatora Especial recomienda que los Estados “reconozcan públicamente la función concreta e importante que desempeñan las defensoras y quienes se dedican a los derechos de la mujer o las cuestiones de género en la consolidación y la promoción de sociedades pluralistas e integradoras como primer paso para prevenir o reducir los riesgos que corren”. Adicionalmente, la Relatora pide investigar las violaciones rápida e imparcialmente y luchar contra la impunidad; aumentar los recursos materiales para proteger a las defensoras; incorporar una perspectiva de género en la planificación y aplicación de todos los programas de protección; y mejorar los mecanismos para documentar las vulneraciones de los derechos de las defensoras. Otra recomendación importante es que se propicie la participación de las defensoras de los derechos humanos, como partes interesadas específicas, en las consultas relacionadas con los programas de protección y otras iniciativas. El informe también incluye recomendaciones para instituciones nacionales de derechos humanos, mecanismos regionales de protección y ONG nacionales e internacionales, primordialmente en lo que se refiere a documentar los casos de violaciones, crear redes de apoyo y promover la incorporación de una dimensión de género en los programas e intervenciones. Validación de tendencias observadas por defensoras de los derechos humanos y sus aliados A organizaciones de derechos humanos y de mujeres les ha alarmado el incremento de la violencia tanto contra defensoras de los derechos humanos como contra mujeres y hombres que se dedican a los derechos de las mujeres y las cuestiones de género. El informe de la Relatora Especial confirma estas preocupaciones. Basado en denuncias que fueron presentadas a la Relatora Especial y a partir de las cuales ella ha actuado, el informe reconoce sus limitaciones. Aun así, el documento hace una importante contribución a la comunidad internacional al incrementar la visibilidad de los riesgos y violaciones que las defensoras de los derechos humanos enfrentan. Enfatiza la relevancia de mejorar la documentación de las violaciones a fin de incrementar la visibilidad de las defensoras y comprender mejor las tendencias y riesgos. Ésta es un área importante de trabajo para organizaciones de derechos humanos y de mujeres en su acompañamiento a las defensoras de los derechos humanos. Pese a sus limitaciones, el informe es claro en cuanto a los riesgos concretos que exigen atención, los grupos específicos de defensoras que necesitan protección y los países y regiones particulares donde las violaciones son especialmente graves. Esto brinda una importante herramienta para que las defensoras de los derechos humanos y sus aliados aboguen por mejores medidas de seguridad y fortalezcan sus redes de apoyo. Recursos relacionados con las defensoras de losderechos humanos: Por Analía Penchaszadeh Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 18 de febrero de 2011. Traducción del inglés: Laura E. Asturias. Título original: ‘Women’s Human Rights Defenders: A clear target of violence and repression’.