MUJERES-KENIA. Se abren las puertas de la política
La ministra de Agua, Charity Ngilu, fue la primera mujer en postularse a la Presidencia de Kenia, en 1997.
Crédito: Protus Onyango/IPS
Las elecciones generales de agosto en Kenia abrirán las puertas por primera vez a una masiva participación política de mujeres. La nueva Constitución, vigente desde mediados de 2010, contiene una provisión destinada a cambiar radicalmente la representación política en este país de África oriental.
Activistas por los derechos de las mujeres tienen cifradas sus esperanzas en la aplicación del artículo 81 de la carta magna, que establece que "no más de dos tercios de los miembros de los organismos públicos sean del mismo género".
Kenia tiene una sociedad patriarcal en la que las mujeres solo ganaron iguales derechos a heredar la tierra cuando entró en vigor la nueva Constitución. Hasta hoy, cuando ellas se animan a hablar públicamente, son consideradas por los más conservadores como inadaptadas sociales.
Por ejemplo, cuando la hoy fallecida activista Wangari Maathai se opuso a la construcción de un edificio de 60 pisos en el Parque Uhuru, de Nairobi, funcionarios del gobierno del entonces presidente Daniel arap Moi (1978-2002) la llamaron "loca".
Pero un cambio radical podría producirse ahora, ya que las mujeres podrían tener un tercio de los puestos en cada organismo público electivo.
El principio del equilibrio de género ya ha sido implementado en algunos puestos clave desde que se promulgó la nueva Constitución. En todas las comisiones y otras oficinas se aplicó la regla.
Por primera vez en los 48 años de vida independiente de de este país, un tercio de los miembros de la Suprema Corte de Justicia, así como de las comisiones de Asignación de Ingresos Fiscales, de Implementación de la Constitución y de Salarios, serán mujeres.
Pero más grandes cambios podrían ocurrir en las elecciones generales de agosto próximo.
De acuerdo con la nueva Constitución, Kenia ahora debe elegir un gobierno nacional y varios gobiernos de condados. En tanto, el parlamento unicameral de 224 miembros se dividió en dos cámaras: la Asamblea Nacional y el Senado.
Hasta ahora, la Asamblea Nacional estaba conformaba por 210 integrantes elegidos en las urnas y 12 designados directamente por los partidos, más el procurador general y el presidente del órgano legislativo, escogidos por mérito.
A partir de agosto, la Asamblea tendrá 290 miembros electos democráticamente, 47 representantes de condado que obligatoriamente serán mujeres y 12 miembros designados por los partidos, elevando el número total a 349.
En tanto, al nuevo Senado lo integrará un representante por cada condado, así como 21 miembros designados por los partidos (incluyendo a por lo menos 16 mujeres), dos miembros representando a la población joven (una mujer y un hombre), dos representando a personas con discapacidad (también un hombre y una mujer) y un miembro elegido como presidente de la cámara.
Los 47 senadores representando a los condados serán elegidos en las urnas, y pueden ser tanto hombres como mujeres.
La Constitución compromete a los partidos políticos a asegurar que, por cada tres candidatos a cargos, por lo menos uno sea mujer. Y si esta no es elegida, el partido debe designar directamente a una.
Actualmente, las mujeres ocupan menos de 10 por ciento de los asientos en el parlamento keniata, aunque se trata del mayor porcentaje en la historia del país. Y en el gabinete hay solo seis mujeres de un total de 40 ministros.
Una enmienda propuesta por el ministro de Justicia, Mutula Kilonzo, ofrece una fórmula en caso de que las elecciones de agosto no logren cubrir el porcentaje de representación femenina requerido por la Constitución.
Si no hay suficientes mujeres elegidas y designadas, el proyecto propone incrementar el número de legisladores de 349 a 449 en la Asamblea General, y de 67 a 90 en el Senado.
Esto, sin embargo, incrementaría la carga en los contribuyentes. Pero el ministro Kilonzo dijo que el dinero no era ahora una preocupación. "Si los kenianos no quieren gastar más dinero, deben elegir a 100 mujeres en los comicios, que se sumarán a las 18 que tendrán estar en el Senado y a las 47 que serán designadas automáticamente para representar a sus condados" en la Asamblea Nacional, afirmó.
"Si no es así, tendremos que trabajar en medidas temporales para llegar" al porcentaje requerido, agregó.
Esperanza
Muchas líderes mujeres, tanto en el gobierno como en la sociedad civil, están esperanzadas con las provisiones de la nueva Constitución.
"Hemos luchado para dejar una marca en esta sociedad dominada por hombres, pero ahora depende de nosotras ir en gran número y votar a las mujeres, porque hemos sufrido mucho. Después de todo, somos la mayoría", dijo la ministra de Agua, Charity Ngilu.
La funcionaria fue la primera mujer en postularse a la Presidencia de Kenia, en 1997. En los comicios quedó en sexto lugar.
Por su parte, la parlamentaria Martha Karua, quien se postula a la Presidencia este año, comparte la opinión de Ngilu. "Las mujeres entienden los problemas en este país, no son corruptas y quieren cambiar la forma en que Kenia está siendo gobernada. La Constitución es nuestra piedra fundamental. Tenemos que usarla para traer prosperidad a nuestro amado país", dijo a IPS.
En tanto, el exparlamentario Paul Muite, prominente abogado en Nairobi que también se postula para la Presidencia, celebró la nueva provisión de la carta magna, pero dijo estar preocupado porque los hombres pudieran quedar subrepresentados.
"Teniendo en cuenta la historia de este país, las mujeres podrían votar en grandes números y superarían a los hombres. Tendríamos que aplicar la misma ley si eso ocurriera. Pero por ahora, hagamos lo que establece la ley, pues es el precio de la democracia", dijo Muite a IPS.
Por Protus Onyango
Fuente: IPS