Sesión de Shiatsu este viernes 13 en Entredós
La presión de unas manos dejando, lentamente, caer todo el peso de su cuerpo sobre nuestra espalda nos asienta, nos calma, nos relaja, nos estruja, nos gusta, puede que hasta nos descontracture. O, por el contrario, nos tensa, nos agobia, nos aflige, nos molesta, no nos gusta. Ambas experiencias son nuestras y el shiatsu nos ayuda a contactar con ellas a recuperarlas.
Más allá de una técnica japonesa milenaria o de diferentes escuelas el shiatsu es descubrimiento, contacto, intercambio…
Si, además, trabajamos con estas presiones (presiones con las manos, con los pulgares, con los codos, con las rodillas, con el cuerpo…) sobre los canales energéticos que recorren nuestros cuerpos favoreceremos ese flujo imprescindible de energía con todos los beneficios que conlleva.
El cuerpo de la mujer ha sido muchas veces el cuerpo de otros, para otros. El shiatsu nos ayuda a habitarlo de nuevo a recuperar nuestra soberanía corporal, a vivir otra vez dentro de nuestra piel.