julio 29, 2012

Entrevista a la ilustradora chilena Karina Cocq “Las mujeres que retrato no quieren ser bellas y rivales; son libres y se entienden”


La Biblioteca de Santiago de Chile está llena de ‘Señoritas Salvajes’. Este es el título de una exposición que vincula arte y feminismo y que cuenta con obras de la chilena Karina Cocq. Esta artista y activista de 28 años, que estudió Artes Plásticas en la Universidad de Chile, además de ilustrar, diseña material educativo, participa en el colectivo Feministas Tramando y prepara junto a su hermana la puesta en marcha de la editorial Cocorococq.
Karina Cocq hace de sus ilustraciones una nueva mirada, otra perspectiva sobre mujeres que se alejan de los prismas y los lugares comunes haciendo que la militancia se transforme en arte. Karina Cocq ilustró el primer libro de cuentos feministas chileno hace ahora un año, ‘Colorina Colorada, ya no quiero ser un hada’. Tiene claro qué busca con sus creaciones y de dónde salen sus trazos. “Mis iniciativas nacen de mi lápiz y se transforman inevitablemente en militancia, pero creo que el orden no es tan importante, sino la suma y sus resultados”.
¿Quiénes son las Señoritas Salvajes?
“‘Señoritas Salvajes’ rompe con los estereotipos, ofreciendo diversidad y libertad del cuerpo femenino a través del dibujo, los píxeles, la acuarela, la pintura y las tres sensibilidades muy diferentes de las autoras”
La exposición ‘Señoritas Salvajes’ es una muestra propuesta por las ilustradoras Sol Díaz, Daniela Zomosa y por mí misma que busca ser un aporte a la mirada que se tiene sobre las mujeres actualmente. ‘Señoritas Salvajes’ es una vuelta de tuerca a las concepciones que la cultura y la sociedad establecen como correcto y propone la ruptura de los estereotipos, ofreciendo diversidad y libertad del cuerpo femenino a través del dibujo, los píxeles, la acuarela, la pintura y, por supuesto, tres sensibilidades muy diferentes.
¿Por qué son feministas tus ilustraciones?
Son feministas en los conceptos de belleza que existen, entre otras cosas. Las mujeres que retrato no quieren ser bellas como los medios nos dicen; son libres, se miran, se entienden, no son rivales como nos quiere la televisión y la publicidad. Me gusta la diversidad, las mujeres de distintos colores, todas bellas en su particularidad, inteligentes, poderosas, capaces, sensibles, independientes de cualquier príncipe.
Eres ilustradora y feminista. ¿Utilizas tus ilustraciones para la militancia?
Es una consecuencia, no las hago consciente de que serán un aporte para el movimiento, pero al final es parte de un proceso en el que las ideas feministas pasaron a ser parte de la vida y con ello del arte. Pero claro que intento que aporten.
El mundo del arte en Chile… ¿Es un espacio machista y, o masculinizado?
En todo ámbito existe, en la ilustración también; los grandes maestros aquí son hombres, pero poco a poco las dibujantes hemos ido entrando en esto y destacando también. Además existen muchas ilustradoras que están dándole la vuelta a los conceptos, que proponen una mirada libre de machismo.
¿Qué buscas representar con tus ilustraciones?
Dependerá de lo que esté trabajando. En mi trabajo más personal estoy trabajando con el retrato femenino, no como un retrato figurativo y más clásico, sino un retrato más emocional, más de la profundidad humana. Por ejemplo ahora estoy trabajando en una serie de grabados que tratan sobre las cargas que soportamos las mujeres y de las que deberíamos desprendernos. Estas cargas están representadas por bultos y brazos, cabezas, pies, gallinas, maletas e infinidad de elementos, textiles andinos y otros modernos.
“El cómic insiste en la idea de la princesa y el príncipe, de la niña con peinado y vestido rosado, relacionada casi exclusivamente con la ternura, de las mujeres en un papel sumiso y clásico. Ahí es dónde entramos a proponer las dibujantes jóvenes”
‘Colorina Colorada’. ¿Cómo fue este proyecto?
‘Colorina Colorada, ya no quiero ser un hada’ es un pequeño libro de cuentos feministas, resultado del primer concurso de cuentos infantiles feministas, del colectivo Feministas Tramando, en el que participo. El concurso nació con la idea de generar cuentos que fueran una alternativa para las niñas y niños, que mostrarán otras realidades y otras relaciones alternativas a las que existe en el mercado de la literatura infantil. Fue un agrado ilustrar cada cuento y enfrentarse a nuevas imágenes. Es una idea por ahora, pero nos gustaría hacer una nueva versión.
¿Es Colorina la primera opción de cuento feminista chileno?
Dicho con todas sus letras: sí. No conozco otra iniciativa igual y con la misma perspectiva. Mucha gente nos pide que reeditemos.
¿Qué estereotipos machistas reproducen los cuentos infantiles en Chile?
Todavía existe la idea de la princesa y el príncipe, de la niña con peinado y vestido rosado. Aún se le relaciona casi exclusivamente con la ternura, cosa que a mí me apesta un poco. Todavía hay cuentos en los que la mamá es la que se dedica a la crianza de sus hijas e hijos y el papa es el proveedor, que puede ser, es una realidad en muchos casos, pero no un aporte, no alimenta, no genera nada nuevo… En el cómic insisten en dibujar a las mujeres de una manera irreal y se les da un papel sumiso y clásico. Ahí es dónde entramos a proponer las dibujantes jóvenes.
Karina Cocq, ilustradora
Karina Cocq, ilustradora
¿Quiénes son tus influencias? ¿Qué otras ilustradoras feministas conoces en Chile?
Tengo muchísimas influencias, desde Goya hasta Pepo, creador de Condorito, que es una tira súper machista en general y que leí y releí de pequeña, de eso rescato la parte gráfica y lo hilarante del relato, pero el contenido, respecto a las mujeres, es terrible. Una artista que ya muchos conocen es Marjane Satrapi y su Persépolis, una obra de gran honestidad y también la gráfica me encanta. También Frida Khalo, sobre todo por el trabajo que estoy desarrollando ahora mismo, Shaun Tan, Liniers… Algunas ilustradoras que personalmente destaco de Chile son Sol Díaz, Daniela Zomosa y Marcela Trujillo.
¿Y qué hay del proyecto editorial?
Cocorococq Ediciones nace para poner en marcha el libro ‘Colorina Colorada, ya no quiero ser un hada’, y bueno, con Patricia, mi hermana y socia, queremos unir arte, literatura y feminismo en esta micro editorial, tres instancias que nos interesan muchísimo y que son una necesidad para nosotras y esperamos que para la gente también.
¿En qué está ahora el colectivo Feministas Tramando?
Nuestra última incursión fue la realización de un curso a distancia de comunicación para organizaciones de mujeres. Generamos contenido y al conocernos se crearon redes, y se les dio a las mujeres de esas organizaciones más herramientas para dar a conocer sus proyectos, propuestas y actividades.
¿Crees en la posibilidad de cambios a corto o medio plazo en tu país, desde la perspectiva feminista?
Sí, lo creo y lo veo… En las marchas o actividades cada vez son más las jóvenes estudiantes que se han sumado a los movimientos feministas. Creo que todo el movimiento social que se está generando en Chile ha permitido que las chicas tomen conciencia de su lugar en esta sociedad y quieran cambiar esta realidad.

Fuente: Pikara Magazine 

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