Derechos y organización de las Mujeres en China
AWID entrevistó a Cai Yiping* sobre el estado de los derechos de las mujeres y asuntos importantes que afectan a las mujeres en la China – la historia de sus luchas por la igualdad, lo que se ha logrado y los retos que persisten.
AWID: ¿Cómo describirías el estado actual de los derechos de las mujeres en la China y cuáles son los principales problemas que ellas enfrentan?
Cai Yiping (CY): Desde la fundación de la República Popular de China en 1949 se han establecido legislaciones sistemáticas para proteger los derechos e intereses de las mujeres. La China también ha ratificado las más importantes convenciones de derechos humanos de las Naciones Unidas, incluida la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). El drástico crecimiento económico de la China la llevó, en 2010, a convertirse en la segunda economía más grande después de Estados Unidos. Sin embargo, las brechas de género se han ensanchado en las últimas dos décadas, junto a disparidades entre las zonas rurales y urbanas. Aunque la “igualdad entre hombres y mujeres” está consagrada en la ley, ellas aún sufren discriminación y desigualdad de género cada día y a lo largo de su ciclo de vida, desde aborto por selección del sexo, desigualdad en la educación, el empleo y el ingreso, la participación política, la edad de jubilación, el acceso a cuidados de salud y bienestar social, hasta los derechos a la tierra y la propiedad. Algunos grupos enfrentan múltiples desigualdades y discriminación debido a las intersecciones de edad, clase, geografía, estado civil, orientación sexual y etnicidad, entre otros factores.
Los principales problemas que las mujeres chinas enfrentan tienen que ver con la migración, la violencia de género, la salud y la justicia económica. En las áreas rurales, ellas ocupan sólo 1-2 por ciento de los cargos decisorios, pese a que conforman el 65 por ciento de la fuerza de trabajo rural. La contribución y el potencial de las mujeres rurales aún no han sido reconocidos ni plenamente desarrollados.
La violencia contra las mujeres siempre ha sido motivo de preocupación. En años recientes, esto se ha extendido desde la violencia doméstica (incluida la violación marital) y el acoso sexual en el lugar de trabajo hasta violencia en las relaciones íntimas, violencia sexual, violación, trata de mujeres y niñas y aborto por selección del sexo.
La salud de las mujeres, incluyendo la salud y los derechos sexuales y reproductivos, se vincula a otros asuntos de derechos de las mujeres que incluyen problemas de salud atribuidos a pobreza, coerción en la planificación familiar, matrimonio y embarazos precoces, contaminación del medio ambiente, violencia contra ellas y falta de acceso a servicios de salud. De nuevo, hay una disparidad entre las mujeres de zonas rurales y urbanas en relación con la accesibilidad de los servicios de salud, ya que el 70 por ciento de los recursos sanitarios de la China son asignados a las ciudades.
En la era de Mao, la teoría dogmática sobre la liberación de las mujeres aseveraba que la autonomía económica es la premisa de dicha liberación. Hoy día más personas creen que para una mujer “el buen desempeño en el trabajo no es tan importante como casarse bien”. En la próspera economía de la China, la cantidad de mujeres empleadas está en constante aumento pero es cada vez mayor la brecha entre su ingreso y el de los hombres. Las mujeres también están concentradas desproporcionadamente en trabajos de labor intensiva, con bajos ingresos y en sectores informales sin seguridad ni beneficios sociales.
AWID: ¿Cómo están organizándose las mujeres para abogar por sus derechos?
CY: En el actual contexto político, el Partido Comunista y el Estado de la China continúan jugando el rol dominante en cuanto a mejorar los derechos de las mujeres y la igualdad de género. La Federación de Mujeres de Toda China (ACWF), la ONG más grande en el país, es una organización paraguas con una gran red nacional – desde el nivel provincial y municipal hasta las aldeas – y estado consultivo en el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas. Juega un papel importante movilizando a las mujeres para que participen en el desarrollo e influyan en las políticas sobre sus derechos y la igualdad de género. Asimismo, en la China hay ahora ONG de mujeres que surgieron a partir de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y el Foro de ONG realizados en Beijing en 1995. Éstas incluyen centros de estudios de la mujer en instituciones de investigación y universidades, proveedoras de servicios auto-organizadas y organizaciones de promoción y defensa.
Comparadas con los programas de mujeres y desarrollo liderados por el Gobierno, las ONG se esfuerzan por aplicar un enfoque basado en los derechos y cumplir el marco internacional de los derechos humanos en sus iniciativas. Las ONG de mujeres han estado utilizando los mecanismos e instrumentos internacionales de derechos humanos para vigilar los compromisos del Gobierno en relación con la CEDAW y la Plataforma de Acción de Beijing. También imparten capacitación en género a funcionarios/as gubernamentales, profesionales del desarrollo y ONG como una herramienta para abogar por la incorporación transversal e integración de la perspectiva de género en los programas de desarrollo. Además, las ONG se dedican a generar conciencia y movilizar a la sociedad civil, especialmente a jóvenes. Con el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), las ONG de mujeres optimizan el uso de estas herramientas para crear y difundir mensajes de promoción y defensa con el fin de llegar a un público más amplio.
AWID: ¿Cuáles obstáculos gubernamentales y culturales enfrentan las activistas feministas en la China?
CY: En primer lugar, el principal discurso en la China es “los hombres y las mujeres son iguales”. Sin embargo, este discurso prevaleciente y los progresos alcanzados en materia de igualdad de género en el último medio siglo han sido malinterpretados, haciendo creer que la desigualdad de género no existe en absoluto, lo cual ha conducido a la mentalidad, entre algunos formuladores de políticas y el público general, de que no se necesitan esfuerzos para promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Esta insensibilidad general y la falta de acciones para abordar la desigualdad de género se han convertido en el obstáculo que las activistas feministas enfrentan.
En segundo lugar, las ONG de mujeres en la China carecen de mecanismos efectivos, transparentes e inclusivos para su participación significativa en los procesos de adopción de decisiones. La ACWF ha jugado el rol clave en la promoción y defensa de políticas en muchos asuntos de las mujeres y programas de desarrollo. Otras ONG de mujeres autónomas y de base también han sido invitadas a consultas y negociaciones sobre cuestiones pertinentes. Sin embargo, aunque el trabajo de las ONG ha conseguido un reconocimiento significativo, el grado al cual pueden participar es incierto y depende de múltiples factores – como de apertura y aceptación de personas decisorias hacia las ONG, de sus capacidades, de su relación con las organizaciones de mujeres, del acceso a información relevante y de cuán delicados son los asuntos que estén siendo discutidos. Las ONG de mujeres también enfrentan un obstáculo de estatus legal y limitaciones financieras. Pese a que hubo un llamado a flexibilizar la política de inscripción de ONG, la restricción a las inscripciones continúa siendo el principal obstáculo para el desarrollo de las ONG en la China. Sólo el 10 por ciento de las organizaciones de la sociedad civil está registrado como organizaciones sin fines de lucro; las demás no están registradas o están inscritas como negocios, lo cual significa que no son elegibles para exención de impuestos y otros beneficios.
En relación con la cultura, en el pasado la gente solía atribuir la desigualdad de género a una cultura patriarcal prolongada y profundamente arraigada. No obstante, muchas activistas se han percatado de que la desigualdad e injusticia de género son causadas no sólo por la cultura patriarcal tradicional sino también por políticas institucionales discriminatorias. Reconstruir la cultura de modo que la igualdad de género y los derechos de las mujeres sean respetados como valores fundamentales ha sido una prioridad para las activistas feministas. Por ejemplo, a fin de cambiar la cultura de preferencia por el hijo varón, es necesario que reevaluemos la práctica en la política de planificación familiar que permite a las familias rurales tener un segundo hijo si su primera es una niña. Esta política fue diseñada para atender las necesidades prácticas de trabajo de las familias rurales y al mismo tiempo perpetuar la cultura de preferencia por el hijo varón pero, desde un punto de vista feminista, ello refuerza la noción de que las niñas son menos valiosas que los niños. Por lo tanto, ha contribuido a la prevalencia del aborto por selección del sexo y a una elevada tasa de nacimientos de un solo sexo en las áreas rurales.
AWID: ¿Cuáles estrategias se utilizan para superar estos obstáculos?
CY: Éste es un tiempo crucial para que las activistas feministas chinas elaboren estrategias a fin de hacer avanzar la agenda de los derechos de las mujeres. Mujeres intelectuales de las elites fundaron la mayoría de ONG de mujeres en las décadas de 1980-1990 y jugaron un rol líder en la organización de las mujeres, el aumento de conciencia respecto al género, la promoción y defensa y la producción de conocimientos sobre género y estudios de la mujer. En la última década hemos visto nuevas formas de organización de las mujeres y el auge de grupos de base, incluyendo grupos de mujeres migrantes, de mujeres con VIH y sida, de sobrevivientes de violencia doméstica, de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, de trabajadoras/es sexuales, así como grupos feministas liderados por jóvenes y comunidades feministas en línea. La diversidad y el carácter no jerárquico de estos grupos han ampliado y fortalecido el movimiento de mujeres chinas.
También ha habido un proceso de articulación y alianza en diferentes temas. Pese a los retos en cuanto a coordinación, operación e intercambio de recursos, no hay duda alguna de que una fuerza conjunta puede ampliar las voces de las ONG de mujeres para tener un mayor impacto.
Otra estrategia es generar sinergia entre académicas feministas, la federación de mujeres, las activistas de ONG y movimientos sociales más grandes con base en sus respectivas fortalezas y ventajas. Algunas nuevas iniciativas tratan de juntar fortalezas entre diferentes sectores para apoyar el trabajo de cada cual y llegar a visiones en común. Por ejemplo, el Proyecto de Promoción y Defensa de la Política para la Igualdad de Género reunió a académicas feministas, activistas de ONG de base y cuadros de federaciones de mujeres con el fin de cambiar la muy arraigada cultura de preferencia por el hijo varón a través de movilización comunitaria, aumento de conciencia respecto al género e intervención mediante políticas. Dicho de otra manera, necesitamos ambos enfoques: de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo.
Con el acelerado proceso de la globalización, las organizaciones de mujeres chinas también están repensando, desde una perspectiva global, algunos de los asuntos – género y comercio; trabajadoras migrantes en empresas transnacionales; género y responsabilidad social corporativa de la inversión de la China en ultramar; y trata de mujeres a través de las fronteras. Es dentro de tal contexto que la colaboración con activistas feministas del Sur para aumentar la resistencia a una globalización impulsada por el lucro, a la desigualdad de género y la injusticia social constituye una estrategia crucial para la organización de las mujeres chinas. Un ejemplo es la colaboración de activistas feministas chinas con DAWN para fortalecer la capacidad de los grupos de mujeres chinas y las sociedades civiles respecto al análisis, promoción y defensa en relación con las interconexiones de la justicia de género, económica y ecológica. El concepto de “glocalización” requiere que los movimientos de mujeres de la China vuelvan a posicionarse en la estructura política y económica global de múltiples relaciones de poder y desigualdad.
* Cai Yiping es integrante del Comité Ejecutivo de Alternativas de Desarrollo con las Mujeres por una Nueva Era (DAWN), una red de académicas, investigadoras y activistas feministas del Sur económico que trabaja por la justicia económica y de género y el desarrollo sostenible y democrático. Dirección electrónica:yiping@dawnnet.org
Por Rochelle Jones
Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 31 de agosto de 2012. Título original: ‘Women’s Rights and Organizing in China’
Traducción: Laura E. Asturias