Entrevista a Rocío Alorda, periodista experta en temas de género, a propósito de la columna “La necesidad de parar con el sexismo en publicidad” de CIPER
El miércoles 10 de octubre, CIPER publicó la columna de Macarena Acuña “La necesidad de parar con el sexismo publicitario” (ver más adelante), en la cual se pone la voz de alerta sobre el imperante sexismo existente en la publicidad, donde a la explotación del cuerpo femenino se suma una serie de sloganes tales como el de una campaña de virutex “Mi marido trapea el piso conmigo, y me encanta”, en la que aparece la foto de un trapero, proponiendo un juego de sentido que hace una clara apología al maltrato femenino y al rol pasivo de la mujer.
Y no es sólo en la publicidad, sino que en los principales medios de comunicación de masas donde es posible encontrar y reconocer estas representaciones de lo femenino. Rocío Alorda, periodista de la Universidad de Santiago, parte del movimiento Marcha Mundial de las Mujeres Chile y feminista con estudios de género en Flacso Argentina, considera que existe una relación directa entre medios de comunicación y temas de género, en tanto los medios –en particular los masivos como la TV- son reproductores de discursos y a la vez generan realidad, y en muchos de ellos se expresan de manera oculta ideologías que buscan instalar formas de ver la realidad desde un punto de vista de dominación del hombre a la mujer. “Dichos roles patriarcales indican que los hombres deben estar en lo público -la política, la ciencia, etc.- y las mujeres en lo privado -casa, familia, lo domestico-. El solo hecho de ver cuándo y cómo son noticia las mujeres o cuáles son los roles de géneros asignados a hombres y mujeres nos hablan de aquello de manera sencilla. No es casualidad que las mujeres sean noticia cuando las matan (femicidio), cuando las violan o cuando sus cuerpos son expuestos. Es muy difícil encontrar noticias de mujeres relacionadas con el buen ejercicio en la política o bien opinando en temas como ciencia y tecnología. Aun el rol asignado a las mujeres y reproducido por los medios de comunicación hablan de que las mujeres deben estar en los espacios privados (revistas de cocina, hogar, hijos, familia, etc.) o bien sus cuerpos deben estar expuestos como trofeos del sistema.”
A juicio de Alorda, los medios de comunicación tendrían una responsabilidad en el modo como representan a las mujeres y los hombres pues ellos reproducen posiciones de cómo deben ser, los cuales son posibles de reconocer y desentrañar por las personas. En la actualidad, las críticas al tratamiento de lo femenino y masculino es posible de orientar en 4 ejes:
1) Los medios siguen instalando la idea de las mujeres tienen una esencia vinculado a la familia y al hogar, en tanto son ellas quienes mejor desarrollan esas labores y quienes están llamadas a cumplir las labores familiares, dejando de lado la responsabilidad que a los hombres les cabe en los temas de cuidado familiar.
2) El sexismo que reproducen los medios de comunicación es un elemento muy complejo ya que sitúan al cuerpo de las mujeres como un espacio de dominación y deseo, dejando amplios márgenes para fortalecer la idea de que el cuerpo de las mujeres es territorio de los hombres.
3) La violencia hacia las mujeres que los medios de comunicación reproducen: la forma en que los medios de comunicación exponen cuerpos y exponen a mujeres es una forma bastante agresiva y polar de lo femenino. De ahí la separación de mujer-madre (doméstico) o mujer-puta (si no está en lo doméstico, pasa a estar en la otra categoría).
4) La invisibilidad de las mujeres que están en los territorios que culturalmente han sido masculinos: los medios tienen una gran responsabilidad en seguir ocultando a mujeres que están involucradas en espacios que normalmente son “masculinos” como la política, la ciencia, las matemáticas, etc.
Si bien en todos los medios de comunicación es posible encontrar la reproducción de estos estereotipos y categorías, es mayormente preocupante lo que expone la TV, considerando que el espectro radioeléctrico que usan para transmitir sus señales son un bien público, y debido a su gran masividad, fácilmente la TV podría -y debería- colaborar con desmontar estos prejuicios, y no fortalecerlos y abusar de ellos para generar ganancias económicas en detrimento del bien social.
Por Daniela Gutiérrez
Fuente: Observatorio de medios Fucatel