Jóvenes políticas uruguayas buscan potenciar su desempeño político
“Ser joven, mujer y estar en política es raro”, opina Lorena Teijeira, 30, una jóven política del Partido Nacional. “El tiempo dedicado al partido, que pases de reunión en reunión, que tus fines de semana sean de militancia, es algo incomprensible para muchos de mis amigos y familia. Y es duro”.
Lorena es una excepción en el escenario político. Uruguay ocupa el lugar número 103 de 189 países en el ranking de naciones con participación femenina en el parlamento, elaborado por la Unión Interparlamentaria Mundial [1]. Según este mismo ranking, actualmente, apenas el 12 por ciento de las y los integrantes de las cámaras de senadores y diputados en Uruguay son mujeres.
También existe una brecha en la composición de la representación política parlamentaria desde el punto de vista generacional. Uruguay cuenta con solamente tres diputados que son menores de 30 años de un total de 99 y los tres son varones.
Para transformar esta realidad, durante 2012 ONU Mujeres, junto con el PNUD y el UNFPA, realizaron un programa de tutorías dirigido a jóvenes políticas de entre 18 y 30 años de edad.
Seis de las 25 jóvenes líderes que participaron en las tutorías visitan el Palacio Legislativo en Montevideo. Foto: ONU Mujeres / Mónica ÁlvarezDurante aproximadamente tres meses 25 líderes jóvenes de los cuatro partidos políticos con representación legislativa en Uruguay compartieron con sus líderes de partido, a modo de tutores y tutoras, diversas actividades de capacitación, talleres y encuentros de confraternidad y trabajo interpartidario.
“En las charlas las más veteranas nos decían que tuvieron que adaptar códigos masculinos para ser escuchadas, para ser tenidas en cuenta”, ilustra Lucía Rodríguez, 25, del partido de Gobierno Frente Amplio. Sin embargo, las más jóvenes sienten que los tiempos han cambiado y no están dispuestas a disfrazarse para ser escuchadas.
Lucía, Lorena, Patricia y Juliana son cuatro de las jóvenes que apuestan a la política para hacer realidad un futuro basado en la igualdad. De partidos e ideologías diferentes, las cuatro trabajan para tener un lugar en la mesa de la política. A ello le dedican desde hace muchos años la mayor parte de su tiempo, energía y pensamiento. Ellas conocen bien el gusto amargo de un espacio que se resiste a la presencia de mujeres y jóvenes. Están aprendiendo el valor de unirse para dar juntas la batalla y abrir más espacios a más mujeres en la política. En un espacio de contienda política, la solidaridad de género es el lazo que las une.
“En mi caso fui tomando coraje. Cuando me trasladé a los ámbitos de decisión del partido, en las primeras convenciones, no hablaba ninguna mujer, hasta que me animé”, cuenta Patricia Soria, 24, quien cree que ya muchos se han acostumbrado a su presencia en el Partido Colorado. “La primera vez fue raro: me paré frente a las 500 personas y algunos me escuchaban y otros estaban viendo cómo me quedaba el pantalón”.
Para Patricia y las otras jóvenes participantes la experiencia y las tutorías les amplió sus redes políticas formales e informales, incrementó su autoconfianza al ganar en habilidades comunicacionales y de argumentación, aumentó su conocimiento sobre las reglas del juego, las motivó para proyectarse e imaginarse en una carrera política y aumentó su interés en la equidad de género. Por otro lado, intentaron llevar al corazón de los partidos la convicción de que al integrar las mujeres, ganan los partidos y la política.
Juliana Morales, 28, del Partido Independiente, sabe que los derechos de las mujeres nunca han caído del cielo y reconoce como una gran oportunidad las próximas elecciones donde regirá por primera vez una ley que obliga a los partidos a colocar por lo menos un 30 por ciento de mujeres en la oferta electoral.
Aprobada en marzo 2009, la ley establece la obligación de incluir personas de ambos sexos en cada terna (tres lugares sucesivos) de candidaturas, tanto titulares como suplentes, en las listas electorales presentadas en los tres comicios –internas, nacionales, departamentales– que integran el ciclo electoral quinquenal uruguayo, y también en todos los procesos electorales propios de las distintas colectividades políticas en los que eligen sus autoridades partidarias. Esta ley rigió para las elecciones internas del año 2009 y regirá por primera vez en las elecciones nacionales y departamentales de los años 2014 y 2015, respectivamente.
Juliana lo tiene claro: “Ahora tenemos que estar unidas y ser protagonistas de unas elecciones que esperamos pasen a la historia como la hora en que Uruguay aceleró su paso hacia la igualdad”.
Fuente: Onumujeres