¿Dónde están ellos?
En los últimos días y, en menos de cuarenta y ocho horas han sido asesinadas por el terrorismo machista cuatro mujeres.
La cifra es escalofriante y al parecer ha hecho reaccionar al Ministerio que dirige Ana Mato y han anunciado la próxima aprobación de una Estrategia Nacional contra la Violencia de Género que fue presentada por el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno, y según explicó “tiene como uno de sus principales objetivos incidir en la "ruptura del silencio cómplice" e instar y ayudar a las mujeres maltratadas a que denuncien a sus agresores”.
Han sido necesarios los asesinatos de cuatro mujeres en menos de cuarenta y ocho horas para que salieran a la palestra a presentar es te documento que, según informaron se aprobará el próximo mes de junio y tendrá cuna vigencia de cuatro años. Pero ni una sola palabra de condena a estos crueles e innecesarios asesinatos. ¿Se tendrán que presuponer?
Hablan se romper el silencio cómplice. Y yo me pregunto, ¿El silencio de quienes?
¿De sus cómplices los de faldas largas y negras que con su voracidad por imponer sus dogmas, se olvidan de la vida de las mujeres mientras predican la necesidad de salvar a los fetos y no condenan ni uno sólo de los asesinatos de mujeres?.
¿De los frufrús que con su falta de decisión en la aplicación de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, están favoreciendo sentencias claramente contradictorias en este ámbito y que siempre favorecen a los maltratadores y/o asesinos?.
¿Del propio Gobierno que ha necesitado tener sobre la mesa cuatro asesinatos en menos de cuarenta y ocho horas para salir a anunciar unas medidas que se tiene que aprobar y que, con un poco de suerte, no se inventaron en ese mismo momento para salir del paso?
¿Silencio de la máxima responsable del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato que con su actitud poco contundente en estos casos, consigue “naturalizar” que nadie del Gobierno condene estos asesinatos y mientras nos siguen asesinando a las mujeres ella sigue con los recortes en los recursos para estos temas? Quizás no sepa que cada recorte a recursos destinados a las medidas de protección integral a las mujeres víctimas, es un nuevo atentado contra ellas, contra la vida de esas mujeres que sufren cada día el terrorismo machista. Ese tipo de recortes también es terrorismo político y estructural contra las mujeres.
¿O el de Gallardón, el ultraortodoxo defensor de la vida de los fetos, aún con malformaciones físicas, pero que no dice ni una sola palabra cuando asesinan a mujeres?, ¿Acaso para él la vida de las mujeres asesinadas carecen de valor y por eso no las condena y la vida de las mujeres que sufren este calvario de la violencia de género no merecen ser protegida con el mismo ahínco con el que se ocupa de inmiscuirse en nuestra decisión de ser madres o no?
¿El silencio de la mayoría de los hombres que parecen tener un pacto de silencio entre ellos en estos temas, mientras que para otros tipos de terrorismos salen a la calle, vociferan y gritan hasta la afonía, pero cuando se trata de reivindicaciones de las mujeres, es como si miraran a otra parte?
¿Dónde están las voces de los indignados del 15M y otras movilizaciones sociales, ecologistas, etc…? ¿Acaso para ellos es posible renovar las sociedades sin la participación en plena igualdad real entre mujeres y hombres? ¿Acaso el terrorismo machista no es para esas personas la máxima expresión de la desigualdad todavía existente entre mujeres y hombres y, por tanto ha de ser claramente denunciada y combatida en todos los órdenes?
¿Dónde están las voces de las asociaciones de víctimas de terrorismos, tan activas en la defensa de la vida de todas las personas más allá de las ideologías y las nacionalidades?, ¿Acaso la vida de más de la mitad de la población que somos las mujeres no les interesa?
Hemos de recordar que en los últimos años el número de mujeres asesinadas por terrorismo machista supera con creces el número de víctimas por el terrorismo político o islamista, pero todo el mundo, todas las instituciones se empeñan en negar la condición de terrorismo a esta continua sangría de asesinatos que se lleva la vida de tantas mujeres cada día en todo el mundo.
Y sigue el silencio cómplice que quieren combatir con esta declaración de intenciones puesto que la ministra guarda silencio.
Y ¿Qué dirá ahora Toni Cantó, también negará estas muertes? No, ahora está calladito, silencioso también ¿por qué? ¿Acaso teme dar datos erróneos de nuevo?, ¿O quizás lo que realmente teme es retratarse denunciando a los asesinos, a los maltratadores, en definitiva a muchos hombres y eso le puede perjudicar? ¿O igual lo que teme es condenarse públicamente a sí mismo?
En cualquier caso, el silencio de las instituciones, de los frufrús, de los de faldas largas y negras, el de las patronales, etc en definitiva de quien ostenta el poder, es mayoritariamente un silencio masculino o de concepciones reaccionariamente masculinas como el de Ana Mato. Y por eso encabezo este artículo preguntándome ¿Dónde están ellos?
No entiendo ese silencio. No puedo ni quiero entenderlo puesto que con ese silencio, implícitamente se le está asignando un menor valor a las vidas de las mujeres y eso no es justo, puesto que si nos autodenominamos países modernos y teóricamente civilizados, deberemos combatir las desigualdades, todas ellas, pero también esta, la que nos sigue asesinando a muchas mujeres cada día. De lo contrario deberemos reflexionar sobre la sociedad que creamos y mantenemos con ese silencio cómplice.
Cada asesinato de mujeres me quiebra el alma, puesto que cada muerte es un vacío generado por la desigualdad máxima, es una ausencia total de un potencial humano que previamente han ido anulando poco a poco para acabar convirtiéndolo en algo prescindible.
Cada asesinato de mujeres es una herida en la conciencia personal y colectiva que ha de recordarnos cómo vivimos, porqué luchamos y alzamos nuestras voces y porqué callamos y las consecuencias de esos silencios.
Desde este espacio acuso públicamente a quienes callan, a los de faldas largas y negras, a los frufrús, a los gobernantes que recortan, a los hombres en general que callan y no alzan su voz contra sus propios congéneres condenando sus asesinatos y a la hipocresía de aquellos políticos que sólo cuando les “toca” cerca o pueden hacerse la foto con motivo de algún evento que conmemora la lucha contra este terrorismo, salen de su silencio y de su ostracismo. Acuso a todos los Toni Cantó que se callan cuando tienen que condenar y hablan cuando tienen que callar en este tipo de asuntos.
Sólo las políticas que favorezcan la igualdad en todos los ámbitos, las políticas inclusivas, las que reconozcan y favorezcan la verdadera igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos y desde la educación y una socialización igualitaria nos permitirá romper con este ciclo socialmente permisivo y violento amparado en demasiados silencios cómplices.
Pero nuestros gobernantes se empeñan en recortar, los frufrús en denostar y cuestionar con sus interpretaciones la actual normativa legal en este sentido, los de faldas largas y negras en seguir imponiendo sus dogmas y los hombres en general en mantener su estatus que permite a otros asesinar.
Y todo ellos con sus silencios nos siguen asesinando y permitiendo la pervivencia del terrorismo machista. Les acuso a todos y cada uno de ellos y ellas que callan y no condenan.
Teresa Mollá Castells
tmolla@telefonica.net
La Ciudad de las Diosas