Ultimas publicaciones de la División de Asuntos de Género Cepal
En este tercer informe del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) se centra la mirada en el análisis de los indicadores de autonomía física, económica y en la toma de decisiones, cuyo telón de fondo es la agenda regional generada por los consensos ratificados en la XI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, concordantes con la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995). También se presenta una reflexión sobre los programas de transferencias condicionadas (PTC), en el marco de los sistemas de protección social y su capacidad de incluir a las mujeres como sujetos de derecho. Finalmente y como resultado del esfuerzo colectivo de los mecanismos para el adelanto de la mujer, se presenta un anexo estadístico que contiene información oficial, periódica y oportuna, que permite mejorar el análisis de las políticas públicas.
La presente publicación contiene un estudio sobre los planes nacionales de igualdad de género a la luz de los compromisos y acuerdos regionales e internacionales en cuatro países de América Latina: Bolivia (estado plurinacional de), Chile, Guatemala y el Uruguay. Para el análisis se utilizan los indicadores presentados en el Observatorio de igualdad de género de América Latina y el Caribe, a partir de cada una de las autonomías: física, en la toma de decisiones y económica.
Combatir la violencia contra las mujeres es un mandato universal que concierne a todas las personas, ya que se trata de un problema transversal de las sociedades. La erradicación de la violencia de género exige un cambio cultural. Esperamos que este cuaderno sea un aporte a la comprensión y tratamiento de este mal y permita avanzar hacia su eliminación. Frente a la persistencia de tal flagelo, el Secretario General de las Naciones Unidas llamó a calcular con datos la incidencia de este abuso, en ocasión del lanzamiento de la campaña “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres” en 2008. La publicación del presente cuaderno responde a este llamado.
El trabajo de las mujeres rurales se ha mantenido tradicionalmente invisible, no solamente en lo que atañe al segmento no remunerado del trabajo, sino también a aquel que está vinculado directamente con la producción agrícola y además con la provisión de recursos indispensables para el funcionamiento de los hogares como el agua y la energía, labor que realizan mayormente ellas, jugando así un papel decisivo en el aseguramiento de la alimentación, además de otros bienes y servicios que contribuyen a la economía y al bienestar de sus hogares y de la sociedad.
El presente trabajo, que analiza la situación de las mujeres rurales en Ecuador, Guatemala y México, aspira a revelar los patrones de uso del tiempo desde la noción del trabajo total para el análisis de las configuraciones que presenta en la actualidad el sistema patriarcal de familia en el mundo rural. El trabajo total comprende aquel que se realiza en la actividad económica y las labores aparejadas dentro de la frontera de producción del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) sumado al trabajo que se realiza fuera de esta frontera de producción.
La dimensión de género de las políticas de protección social y sus efectos sobre la autonomía y el empoderamiento de las mujeres ha sido analizada desde distintos ángulos, todos los cuales tienen en su centro la división sexual del trabajo y la capacidad de las políticas para moverla en una dirección de igualdad de género. El presente análisis mira este propósito desde la perspectiva de la redistribución del cuidado, examinando las posibilidades que ofrecen las políticas de protección social, para transitar hacia una concepción del cuidado como un derecho universal, y por lo tanto como un deber del Estado y como una responsabilidad compartida no sólo entre mujeres y hombres, sino entre las distintas instituciones de la sociedad.
Hay una forma de trabajo que empobrece a quien lo realiza: el no remunerado. Como es sabido es realizado predominantemente por mujeres e incluye el trabajo de cuidado, la crianza, las labores domésticas y el trabajo comunitario o voluntario. Soluciona las necesidades de cuidado y bienestar de las sociedades, constituyendo un aporte vital que sin embargo ha estado invisibilizado y ni siquiera es considerado trabajo. Esa realidad aun presente en gran medida en las disciplinas, estadísticas oficiales y políticas públicas está experimentando notables mejoras; sobre todo a nivel conceptual hay vastos aportes desde la economía y sociología feminista que han atravesado sus fronteras disciplinarias y empiezan a penetrar en otras esferas científicas y políticas.
Este documento propone un marco conceptual y una interpretación socio-histórica para comprender los procesos de institucionalización de las políticas de género en América Latina. Estos procesos incluyen la incorporación de nuevas concepciones de género en el quehacer del Estado y el establecimiento de la igualdad de género como propósito de las políticas públicas. Los procesos estudiados son productos de dinámicas sociopolíticas en las que interactúan actores sociales, políticos y públicos en distintos contextos institucionales. Estos actores cuentan con desiguales grados de poder y difieren en sus maneras de interpretar la realidad, y de identificar y definir los problemas que merecen la atención de las autoridades públicas. En las interacciones que tienen lugar entre los diversos actores intervienen dimensiones cognitivonormativas, y de poder, en la medida en que cada actor trata de persuadir o imponer sus puntos de vista y valores a las vez que defender sus intereses. De esta manera la institucionalidad de género en el Estado es la materialización de relaciones políticas, prácticas sociales y visiones del mundo que se legitiman como cosas públicas por medio de procesos precedidos por luchas políticas.
Uruguay, país que se caracteriza por su fuerte legado histórico en materia de protección social, tiene hoy al cuidado en el centro de la agenda pública y como tema insignia en la política pública social. El diseño de un sistema de cuidados en el país se inserta en el marco de un proceso más amplio de reformas sociales iniciado en 2005 en la que se destacan, entre otras, la reforma del sistema de salud, de la seguridad social y la reforma tributaria. Como política social, la construcción de un Sistema de Cuidados tiene un gran potencial para impactar en la equidad en la distribución del ingreso; la equidad entre varones y mujeres; la promoción de procesos de cambio poblacionales (natalidad, envejecimiento), en las familias (división sexual del trabajo, déficit de cuidados) y en el mercado de trabajo (aumento en la tasa de actividad femenina y condiciones equitativas en el trabajo).
Fuente: División de Asuntos de Género Cepal