Desobediencia civil desde el feminismo
«Hablando en términos generales, la principal distinción entre nosotros, entre las que por estar fuera de la sociedad somos extrañas, será que, mientras ustedes harán uso de los medios suministrados por su posición… la mejor manera en que podemos ayudarle a evitar la guerra no consiste en repetir sus palabras y en seguir sus métodos, sino en hallar nuevas palabras y crear nuevos métodos»
Tres guineas, Virginia Wolf
La exclusión del poder organizado en las sociedades ha dado a las mujeres la posibilidad de ver y accionar desde los límites y los márgenes de esta sociedad. Cualquier conciencia de su situación a lo largo de la historia ha tenido que pasar necesariamente por desobedecer las leyes que defendían e imponían este sistema tan injusto para todos y todas, pero especialmente para la mitad de la población, invisibilizada y apartada de la ciudadanía (incluso desde su concepción de ciudadanía). Hallar nuevas palabras y nuevos métodos para actuar públicamente ha sido el objetivo del feminismo antimilitarista y del feminismo radical para avanzar hacia una sociedad donde la subordinación no fuera naturalizada.
En toda la historia podemos rastrear acciones de desobediencia de las mujeres que se han rebelado contra su destino, pero en este artículo vamos a reseñar algunas prácticas de activismo político de las mujeres que podemos seguir compartiendo y que forman parte de las acciones de la mayoría de movimientos sociales que pretenden cambiar este mundo y no integrarse en él.
La desobediencia civil junto con la noviolencia (la mayoría de veces) ha sido la propuesta que mejor ha deslegitimado al patriarcado, a partir de las acciones de las mujeres.
La desobediencia civil de las sufragistas y sus métodos
A finales del siglo XIX y principios del XX las mujeres se empiezan a organizar colectivamente y a promover organizaciones solo de mujeres para exigir el derecho al voto de la mujer.
Evidentemente, hay muchas más reivindicaciones ligadas a las condiciones de vida de las mujeres en la enseñanza, en las fábricas, etc., que siguen recuperando los manifiestos del siglo XVIII de la revolución francesa, de Séneca Falls, etc., pero ahora el centro de su popularidad y de sus acciones se centra en la denuncia de la injusticia de no poder participar en la vida pública y contra la causa que las margina: no ser consideradas inferiores a los hombres.
Es un movimiento de desobediencia civil que empieza en EEUU y en Inglaterra pero que tiene sus ejemplos y ramificaciones en muchos países. Sus formas de lucha se van radicalizando a medida que las burlas y la represión hacen mella en él y que por caminos y años distintos consigue su objetivo central inmediato, dar el voto a la mujer, pero, sobre todo, para las activistas que participaron en la creación de las bases para una acción política distinta para seguir actuando contra una sociedad clasista y patriarcal, que sigue operando después de conseguir el voto.
Las aportaciones del feminismo siempre se extienden en dos sentidos: la lucha contra una ley injusta, en este caso la falta de sufragio universal, pero ligada a una denuncia del porqué sucede esto a las mujeres y el papel que ocupan en la sociedad. Se trata de luchas y acciones que desobedecen las leyes para conseguir un objetivo, pero cuestionando también el patriarcado.
Es una acción que surge de la extrañeza de participar en luchas abolicionistas de la esclavitud, en las cuales las mujeres también eran excluidas, las blancas y las negras. A partir de aquí se crean asociaciones solo de mujeres antiesclavistas y después, sufragistas.
Al margen de las distintas posiciones del movimiento, tanto el feminismo negro del siglo XIX como el feminismo más conocido de las sufragistas blancas, abogan por acabar con la injusticia de no poder votar, por el derecho a la enseñanza, a mejores condiciones de vida, a la maternidad, etc., unas como herederas de la Ilustración y las otras del movimiento antiesclavista y anticolonial.
Las acciones más conocidas de desobediencia civil de las sufragistas son ya casi un para los feminismos y los movimientos sociales, a pesar de que no siempre son reconocidas,pero han sido creadoras de acción directa. En EEUU, las sufragistas a finales del XIX irrumpieron en el Senado tratando de votar y llegaron a interrumpir un discurso del presidente Wilson; por esta irrupción fueron condenadas. También fueron objeto de represión las personas que plantearon el boicot a los impuestos.
Las acciones directas más espectaculares y por la que consiguieron más repercusión internacional fueron las realizadas en el Reino Unido por “las Sufragettes”, inspiradas por Emmeline Pankhurst y la Unión Política y Social de la Mujer (WSPU, por su sigla en inglés). Se trató de acciones de resistencia no siempre no violenta. Dieron mítines, conferencias por todo el país y por EEUU, por lo que fueron arrestadas, juzgadas y encarceladas. «No estamos aquí para quebrantar las leyes, sino por nuestros esfuerzos en crear nuevas leyes».
En la manifestación de más de 500.000 mujeres en Hyde Park (1908), por ejemplo, se produjo la rotura de cristales de la residencia del primer ministro. En las acciones que algunas mujeres del movimiento realizaron que no eran de resistencia pasiva (como las llamaban entonces), como la rotura de cristales o el incendio de locales deshabitados, el acuerdo general era que nunca se actuaría con violencia contra ninguna persona, solo contra edificios y bienes urbanos para llamar la atención, ya que la vida era lo más importante. Este tipo de actos, convenientemente utilizados por la policía, les granjeó gran desprestigio “por sus métodos violentos”.
Las activistas utilizarán nuevas herramientas de lucha: encadenarse a verjas de edificios públicos, abrazarse a la policía para intentar romper el cordón policial… o mucho más arriesgadas, como intentar poner banderillas sufragistas al caballo del rey en un desfile militar, lo que significó la muerte de una activista.
Algunas de ellas son detenidas y se niegan a pagar las multas que les imponen. A partir de 1909 inician el uso de la huelga de hambre como método de resistencia; fueron obligadas a comer a la fuerza, por lo que algunas sufrieron graves daños.
- Continué leyendo en el siguiente link
Montserrat Cervera Rodon
Activista feminista. Dones per dones, Barcelona1 Dones per Dones es una asociación feminista antimilitarista de Barcelona que nació en 1993 y pertenece a la red
Internacional de Mujeres de negro contra la Guerra. Contacto: donesxdones@gmail.com.
Fuente: Boletín Ecos