julio 18, 2013

Pasos a seguir para eliminar el hostigamiento sexual y laboral en las empresas

 En los años 70, Lois Jenson, junto con otras mujeres, comenzó a trabajar en una mina de Minnesota (EE.UU.). En aquellos años las mujeres se incorporaban poco a poco al mercado laboral, enfrentando el rechazo de sus compañeros. Durante el trabajo, estas mujeres fueron hostigadas a través de insultos, abusos y cualquier tipo de comportamiento vejatorio, a menudo de naturaleza sexual.
Wendy y Lois


Han pasado más de 40 años, hemos cambiado de siglo y seguimos enfrentando este tipo de violencia. El acoso laboral o mobbing implica el ejercicio de la violencia psicológica prolongada en el tiempo, conductas hostiles que pueden llegar a agresiones físicas dentro o fuera del trabajo por parte de compañeros/as, de subalternos o de superiores. El acoso sexual es una conducta de solicitud de favores sexuales, alusiones y comentarios incómodos en el plano sexual. Se puede ejercer de muchas formas, siempre sin tener el consentimiento de la persona que recibe el mensaje. El acoso sexual y laboral es la manifestación más clara de una relación de poder en ámbito laboral que puede darse tanto en una relación jerárquica entre personas (empleadores y empleados) como en una relación horizontal (entre compañeros/as de trabajo).

Si bien estos tipos de violencia se pueden aplicar a ambos sexos o personas del mismo sexo, mayor y más extendidamente suceden de hombres a mujeres. Ya que como plantea un último estudio de la OIT el acoso sexual y laboral se relaciona a cómo los hombres viven y proyectan su masculinidad

Aunque el caso de Lois fue considerado una demanda de acoso sexual, en realidad presentaba también todos los componentes de violencia y acoso psicológico para excluirla, a ella y sus compañeras, del espacio de trabajo. Lo que hoy entendemos por acoso laboral o mobbing.

La eliminación de este tipo de violencia es parte de los procesos que se trabajan dentro de los Programas de Certificación de Igualdad de Género. Las recomendaciones para eliminar el acoso sexual y laboral en las empresas e instituciones públicas que se hacen desde la Comunidad del Sello de Igualdad incluyen tanto la prevención y detección como la sanción.

¿Cómo prevenimos? Para prevenir es fundamental implementar programas de sensibilización y campañas para trabajar con el conjunto del personal el desaliento y la “tolerancia cero” respecto a este tipo de comportamientos. A menudo el señalamiento social, el descreimiento, el repudio y crítica por parte de los compañeros, miedo a las represalias laborales y la necesidad económica son algunas de las causas que llevan a las víctimas a guardar silencio y aguantar. Otras veces abandonan el trabajo y el caso queda invisibilizado.

¿Cómo identificamos el conflicto? Recuerda que en el acoso sexual y laboral las víctimas pueden ser mujeres u hombres y que el acoso adopta múltiples y variadas formas. Tristemente a menudo cuenta con el aval social y se apoya en las más variadas y extravagantes justificaciones machistas arriagadas en nuestra cultura. Por eso es importante que se registren, monitoreen y procesen quejas y denuncias de los casos ocurridos.

Para resolver el conflicto hay que identificarlo. Tenemos que establecer y difundir claramente los procedimientosy mecanismos existentes y contar con especialistas en la temática para la resolución del conflicto. A Lois Jenson le recomendaron guardar silencio ante los abusos de sus compañeros, naturalizando y justificando el maltrato en el espacio de trabajo. Pero ella llevó el caso a juicio. Desde la primera demanda comenzó un nuevo camino de constantes humillaciones que duró otros 10 años.
Parece increíble que, en el siglo XXI, si una persona sufre acoso laboral o sexual en su trabajo no sepa adónde recurrir, pero esta es la triste realidad que existe en la mayoría de los espacios de trabajo.

¿Cómo sancionamos? Los procedimientos también deben incorporar medidas correctivas y establecer claros mecanismos de denuncia y sanción a quién comete el acoso. Si las personas que ejercen este tipo de violencia no paran por respeto o convicción, al menos que lo hagan por miedo a las consecuencias.

La historia de Lois Jenson es referente porque fue la primera demanda de acoso sexual ganada en EEUU.
 
Fuente: América Latina Genera

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