Consenso de Montevideo pugna por derecho al aborto seguro.
CIMACFoto: Anayeli García Martínez
De manera unánime y en un hecho histórico, los países de América Latina (AL) y el Caribe firmaron un acuerdo para llamar a los Estados a que consideren la posibilidad de legalizar el aborto, lo que abre la brecha para que los gobiernos de todo el mundo reconozcan que las mujeres tienen el derecho a decidir sobre la maternidad.
La Primera Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe que se realizó del 12 al 15 de agosto en Uruguay, cerró con un pacto sin precedentes en el que todas las delegaciones oficiales se comprometieron a promover el desarrollo de la región, poniendo en el centro los derechos de las personas, y en especial de las mujeres.
Al final se cumplieron las expectativas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que desde un primer momento llamaron a trabajar a favor de un acuerdo que pusiera de relevancia el papel de las mujeres como motor del desarrollo económico.
Al respecto, Marcela Suazo, directora de la Oficina Regional para AL y el Caribe del UNFPA, dijo a Cimacnoticias que los acuerdos son muy significativos porque integran una amplia visión hacia el futuro. “Es una plataforma que nos permite reconocer que el mundo está constituido por personas diversas y que cada una de ellas tiene sus propias necesidades y particularidades”, indicó.
“Este ha sido un encuentro dedicado a todas las poblaciones, están las mujeres pero también las jóvenes, las indígenas, las afrodescendientes, las personas viviendo con VIH/Sida, las personas de la diversidad sexual, están las personas adultas mayores, es decir, todo el ciclo de vida; es reconocer que cada una de las personas y cada uno de los grupos ejercen derechos diversos”, destacó.
El acuerdo, que desde ahora será conocido como “Consenso de Montevideo”, incluye más de 120 medidas sobre ocho temas identificados como prioritarios para dar seguimiento al Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) de las Naciones Unidas, realizada en El Cairo en 1994.
Al presentar el documento de 27 páginas, en un hotel de esta capital uruguaya, Leonel Briozzo, presidente de la Conferencia Regional y subsecretario del Ministerio de Salud Pública del país sudamericano, afirmó que este Consenso es el mayor avance en favor de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de la población en general desde hace 19 años.
El Consenso de Montevideo atrajo los aplausos de feministas, de jóvenes y mujeres indígenas, quienes se dijeron satisfechos de los acuerdos alcanzados después de cuatro días de trabajo y de negociaciones, pues el hecho de instar a la despenalización del aborto se vio como un giro total para una región conservadora y desigual.
El documento dice que los países acuerdan asegurar, en los casos en que el aborto es legal o está despenalizado en la legislación nacional, la existencia de servicios de aborto seguros y de calidad para las mujeres con embarazos no deseados y no aceptados.
Pero no sólo eso: los gobiernos se comprometen a “considerar la posibilidad de modificar las leyes, normativas, estrategias y políticas públicas sobre la interrupción voluntaria del embarazo, para salvaguardar la vida y la salud de mujeres y adolescentes”, todo a fin de aminorar los abortos inseguros.
Además del tema de la salud sexual y reproductiva, hay un capítulo dedicado a la igualdad de género en el que se expresa el compromiso de promover la paridad en los sistemas electorales, sancionar el acoso político hacia las mujeres, y desarrollar sistemas de cuidado para mujeres trabajadoras.
También se incluyeron temas como la promoción de la igualdad laboral; fomentar liderazgos femeninos empresariales; luchar contra la violencia de género y el feminicidio; fomentar la construcción de nuevas masculinidades, y garantizar la responsabilidad del Estado en las tareas de cuidado y el trabajo doméstico.
Ante los resultados de este encuentro, representantes de más 50 organizaciones, redes internacionales y nacionales de 30 países que forman parte de la Articulación de la Sociedad Civil de América Latina y el Caribe Cairo+20, celebraron que se llegara a un consenso que marca importantes avances en la región.
Las mujeres presentes en Montevideo difundieron un posicionamiento en el que indicaron que es un avance histórico que los países de la región reconocieran por primera vez que la realidad los obliga a repensar sus leyes y normativas, considerando las demandas de las mujeres en relación a los derechos sexuales y derechos reproductivos y en particular al aborto.
Sergia Galván, feminista, directora de la Colectiva Mujer y Salud y miembro de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, dijo a Cimacnoticias que con estos resultados la región da un salto cualitativo sin referentes, toda vez que el movimiento feminista lleva años intentado que los Estados utilizaran el lenguaje que por fin hoy usaron.
“Creo que esta región latinoamericana va, en cierta medida, a marcar la diferencia en la reunión global de Nueva York en abril del próximo año. Temas que tradicionalmente se abordaban sólo en nuestra agenda, fueron temas de esta agenda, como los derechos sexuales y reproductivos, el Estado laico, la despenalización del aborto y la diversidad sexual”, resaltó.
Galván, quien estuvo al tanto de todo el proceso y forma parte de la Articulación de la Sociedad Civil, explicó que es la primera vez que las mujeres y sus temas tienen un lugar decisivo y protagónico en una reunión intergubernamental. “Yo creo que esto va a significar un empuje a nivel nacional, porque ya tenemos una base para empezar a producir lecciones, cambios y análisis a nivel local”.
El logro fue conjunto, pero no se puede desestimar que ésta fue una ocasión excepcional donde varias mujeres de poder se alinearon a un solo objetivo: los derechos femeninos. En Montevideo se vio a mujeres como la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y a la directora regional del UNFPA, Marcela Suazo, apostarle a una causa.
Y no sólo eso: en el mismo tono estuvieron Mariela Castro, hija del presidente cubano, Raúl Castro; Ana Hazel Esrich, secretaria general de la Secretaría de la Integración Social Centroamericana (SISCA), y Myrna Cunningham, presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, entre muchas otras.
Incluso el canciller de Uruguay, Luis Almagro, en la ceremonia inaugural de la Conferencia se mostró a favor del aborto legal y seguro. Estos factores juntos, dicen las feministas, fueron la mezcla perfecta que detonó en el gran acuerdo de Montevideo.
Al final, el balance de las agrupaciones civiles fue positivo, festivo y de algarabía, al igual que la reacción de las delegaciones oficiales, los ministros, embajadores y los representantes de las Naciones Unidas.
Cabe mencionar que el gobierno de México ofreció ser sede de la Segunda Reunión sobre este tema, por lo que los países se reencontrarán en 2015 en nuestro país.
Por: Anayeli García Martínez, enviada
Cimacnoticias | Montevideo.