La crisis económica está afectando a las mujeres de forma desproporcionada
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en los países en desarrollo, la crisis económica ha afectado a las mujeres de forma desproporcionada. En México y Honduras, las mujeres representaron el 70 por ciento de los despidos.
En las economías avanzadas, las mujeres todavía ganan el 16 por ciento menos que los hombres, incluso en las mismas ocupaciones, y están menos representadas en puestos de alta responsabilidad y entre el empresariado.
Para alentar a que más mujeres a buscar un trabajo asalariado, el FMI ha manifestado que los países deben enmendar las leyes que gravan los ingresos familiares en vez de los individuales -como Francia, Portugal y Estados Unidos- para evitar que las parejas casadas paguen impuestos más altos si ambos tienen empleos fuera de casa.
El FMI también ha recomendado a los países a implementar permisos parentales pagados, para padres y madres, mejorar el acceso a cuidado infantil asequible y, en los países desarrollados, mejorar el acceso de las mujeres a la educación y la infraestructura.
Beneficios macroeconómicos de la equidad de género
Las mujeres representan poco más de la mitad de la población mundial pero su contribución a la actividad económica cuantificada, al crecimiento y al bienestar está muy por debajo de su potencial, lo cual tiene serias consecuencias macroeconómicas. A pesar de los significativos progresos logrados en las últimas décadas, en todo el mundo los mercados de trabajo siguen estando divididos por género y parece haberse estancado el avance hacia la igualdad de género.
La participación femenina en la fuerza laboral (PFFL) se ha mantenido por debajo de la participación masculina; las mujeres realizan la mayor parte de los trabajos no remunerados, y, cuando tienen un empleo remunerado, están sobre representadas en el sector informal y entre la población pobre. También se ven ante significativas diferencias salariales frente a sus colegas varones. En muchos países, las distorsiones y la discriminación en el mercado laboral restringen las opciones de las mujeres para conseguir un empleo remunerado, y la representación femenina en los altos cargos y entre los empresarios sigue siendo baja.
Los desafíos relacionados con el crecimiento, la creación de empleo y la inclusión están estrechamente relacionados. Si bien el crecimiento y la estabilidad son necesarios para ofrecer a las mujeres las oportunidades que necesitan, la participación de la mujer en el mercado de trabajo también es parte de la ecuación de crecimiento y estabilidad. Específicamente, en las economías que están envejeciendo con rapidez, una mayor participación femenina en la fuerza laboral puede estimular el crecimiento al reducir el impacto de la reducción de la mano de obra.
En las economías en desarrollo, mejorar las oportunidades para las mujeres también puede significar un mayor desarrollo económico, por ejemplo a través de un aumento de la matrícula escolar de las niñas.
En este documento se analizan las características específicas de la participación de la mujer en el mercado laboral que tienen relevancia macroeconómica, los obstáculos que impiden que las mujeres desarrollen plenamente su potencial económico, y las políticas que podrían adoptarse para superar estos obstáculos. La aplicación de políticas que corrijan las distorsiones del mercado laboral y creen igualdad de condiciones ofrecerá a las mujeres la oportunidad de desarrollar su potencial y participar en la vida económica de manera más visible.
El análisis que se presenta en este documento se basa en investigaciones realizadas en instituciones académicas y en otras instituciones financieras internacionales, así como en las propias investigaciones del FMI y en su labor relacionada con la supervisión.
Fuente: AmecoPress.