mayo 12, 2014

En el noreste de Nigeria, los ataques y secuestros se han convertido en una forma de vida

En el noreste de Nigeria, los ataques y secuestros se han convertido en una forma de vida
Los recientes secuestros de centenares de niñas de su escuela hostal en Chibok, Borno, en el noreste de Nigeria, no es un incidente aislado sino, por el contrario, se ha convertido en una forma de vida para comunidades en tres estados de esa región del país. En esta edición de Notas de los Viernes conversamos con Janine Morna, Oficial de Investigación de Lista de Alerta sobre Niños y Conflictos Armados, acerca de su reciente investigación sobre las violaciones contra niñas y niños durante el conflicto con Boko Haram en el noreste de Nigeria.

El pasado 14 de abril, más de 200 niñas entre los 12 y 17 años de edad fueron raptadas de su escuela hostal en Chibok. Algunas escaparon pero alrededor de 200 están desaparecidas. El Gobierno nigeriano ha sido lento en actuar tras los secuestros, lo que ha conducido a protestas en Nigeria e indignación internacional.

Boko Haram, que en hausa (el idioma local) significa “la educación occidental está prohibida”, es un grupo islámico y organización takfir militante y terrorista con sedes en el noreste de Nigeria, el norte de Camerún y Níger. Boko Haram ha existido en Nigeria desde 2002, pero la violencia y los ataques empezaron a aumentar en 2009. Su principal objetivo es establecer un estado islámico “puro” gobernado por la ley sharia. En estos esfuerzos su meta es desestabilizar esa parte del país, focalizando asuntos que consideran no islámicos tales como las escuelas y, específicamente, la educación de las niñas. En 2013, el Gobierno nigeriano declaró un estado de emergencia en tres estados del noreste: Borno, Yobe y Adamawa.

AWID: Cuéntanos sobre la investigación que Lista de Alerta llevó a cabo sobre Boko Haram en Nigeria. ¿Cuál fue el propósito? ¿Hay algunos hallazgos o puntos principales que puedas compartir?

Janine Morna (JM): Lista de Alerta realiza investigación, promoción y defensa sobre el impacto del conflicto en niñas y niños, con énfasis en las llamadas ‘violaciones graves’—seis violaciones identificadas por Naciones Unidas como violaciones del derecho internacional: asesinato y mutilación; secuestros; violación y otros actos graves de violencia sexual; no permitir el acceso de la ayuda humanitaria; reclutamiento y utilización de niños/as; y ataques contra escuelas y hospitales. Habiendo realizado investigaciones sobre violaciones graves en contextos de guerra en varios países, Lista de Alerta consideró importante documentar y obtener más información sobre lo que ha estado sucediendo en el noreste de Nigeria. Hasta los secuestros de las niñas en Chibok no ha habido mucha documentación de lo que está ocurriendo en esa parte del país y vimos esto como una oportunidad importante para recolectar testimonios de primera mano, además de evaluar la respuesta humanitaria y gubernamental.

Aunque la investigación acaba de ser completada, los hallazgos iniciales muestran que toda la plétora de violaciones afecta a mujeres, niñas y niños en esta región. Relatan una historia angustiosa de secuestros de niñas y mujeres durante los ataques a sus aldeas, desde el transporte local y las escuelas. También los niños son vulnerables porque se les selecciona para asesinarlos o son reclutados a la fuerza por grupos armados.

AWID: El reciente secuestro de más de 200 niñas adolescentes de su hostal en el noreste de Nigeria ha causado un frenesí mediático. ¿Es éste un incidente aislado?

JM: El ataque en Chibok es único en su escala, pero definitivamente no lo es para el área. En el noreste de Nigeria ha estado habiendo secuestros durante al menos el último año y medio. Afortunadamente pudimos hablar con niñas y mujeres que fueron raptadas pero lograron escapar, así que escuchamos historias de qué se siente estar cautivas. Es una realidad atemorizante—niñas que son forzadas a convertirse al islam y casarse con miembros insurgentes, o de lo contrario enfrentar la muerte, y hay varios reportes de niñas que han sido violadas por otros hombres en el campamento. También hay historias sobre mujeres que están siendo forzadas a participar en ataques, portar balas y asaltar hospitales e incluso el caso de una niña a quien se le pidió que matara a alguien.

Es muy difícil obtener información sobre la prevalencia y escala de los ataques en la región, razón por la cual esta investigación es tan importante. Hay muchos rumores y conjeturas, aunque es limitada la documentación o el seguimiento[ii] formal. Pero ha habido ataques significativos contra escuelas que han quedado muy bien documentados y la magnitud de los mismos ha sido grande.[iii]

AWID: ¿Qué efecto tienen esos ataques—y la actitud general hacia las mujeres y las niñas en la región—sobre las niñas y su capacidad de asistir a la escuela? ¿Cuáles son los efectos de esto a largo plazo?

JM: Las personas con quienes hablamos han sufrido niveles de trauma increíblemente altos. Muchas escuelas en la región fueron cerradas proactivamente por la comunidad porque la gente sentía que no podía permitir que niñas y niños asistieran a la escuela con este nivel de inseguridad. Así que en una parte del país existe una situación en la cual las tasas de asistencia escolar para empezar ya eran bajas y ahora se han reducido aun más porque las comunidades no sienten seguridad de enviar a sus niñas y niños a la escuela. Muchas/os maestras/os han huido de las áreas pues se les selecciona específicamente; también los edificios e infraestructuras escolares son puestos en la mira y destruidos. En el caso de escuelas que sí continúan funcionando, madres, padres, docentes, niñas y niños sienten temor respecto a asistir a la escuela. Esto podría tener serios impactos mucho después de que el conflicto termine.

AWID: Parece que estos ataques ocurren con impunidad. En tu opinión, ¿es así? ¿Por qué? ¿Podrían el Gobierno nigeriano y la comunidad internacional en su conjunto estar haciendo más para prevenir este tipo de ataques?

JM: Hay niveles impresionantes de impunidad debido a que existen pocos mecanismos para supervisar las violaciones en el noreste, informar sobre ellas y darles respuesta. Hay sólo una pequeña cantidad de servicios de emergencia en la región, primordialmente a causa de los riesgos de seguridad. Como consecuencia, el sistema está completamente al límite. La gente en las comunidades depende del apoyo de sus familias extendidas.

Se podría hacer mucho más para ampliar el apoyo dentro de estos estados de emergencia. Ello incluye incrementar los servicios humanitarios en esas regiones y fortalecer la seguridad escolar a través de una infraestructura mejorada y planes de preparación para emergencias, así como desarrollar sistemas para supervisar y reportar violaciones.

El Gobierno y la comunidad internacional también pueden hacer mucho más para apoyar a la gente que está huyendo de los estados de emergencia. Las personas y comunidades desplazadas necesitan un mejor acceso a servicios de socorro, medios de vida y oportunidades educativas.

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Por Susan Tolmay
Foto: Malala Fund/Twitter
Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 9 de mayo de 2014. Título original: In North-eastern Nigeria Attacks and Abductions Have Become a Way of Life. Traducción: Laura E. Asturias

[i] La Lista de Alerta sobre Niños y Conflictos Armados (Watchlist on Children and Armed Conflict) es una red de organizaciones cuya junta asesora está conformada por cinco grupos de derechos humanos y humanitarios: Save The Children, Human Rights Watch, Visión Mundial Internacional, War Child y el Consejo Noruego para Refugiados. Ver más información de Lista de Alerta sobre Nigeria.


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