Morirse por vivir: la dimensión de género de la mortalidad infantil en la India
Un nuevo informe de ONU Mujeres da voz a las mujeres indias y detalla el trabajo hacia la consecución de las metas de los ODM. También esclarece el problema del infanticidio femenino, la preferencia por tener un hijo varón y la violencia contra las mujeres.
“Solía pegarme sin ningún motivo. Era algo cotidiano. Tuve varios abortos”, explica Bhuri Bibi con una mirada triste. Ahora realiza trabajos temporales y vive con su hija de 4 años de edad en su aldea materna, en el distrito de Sehore de la provincia de Madhya Pradesh, en la región central de la India.
“Hace seis años, mi marido me echó, ya no quería estar conmigo”, afirma. “Perdí tres hijos. Nacieron muertos. Me acusaba de no poder tener bebés sanos y me abandonó
Las experiencias que ha sufrido Bhuri Bibi la han marcado de por vida y actualmente es difícil que confíe en alguien. Su vida gira en torno a su hija, según ella su única razón para la existencia. La pequeña se aferra a su madre sin dejarla ni un momento.
La historia de Bhuri Bibi no es excepcional. Según revela la Encuesta Nacional sobre Salud Familiar 2005-2006, en la India, cerca del 37 por ciento de las mujeres que han estado casadas alguna vez ha sufrido violencia por parte de su esposo.
La violencia doméstica durante el embarazo contribuye de forma decisiva a la mortalidad infantil, una realidad que lamentablemente Bhuri Bibi conoce demasiado bien. Distintos datos de investigación reflejan que en estos casos existe una mayor probabilidad de parto prematuro, de que el bebé tenga un peso inferior al normal o de que nazca muerto. El cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio insta a reducir la mortalidad infantil, con el objetivo de disminuir la tasa de mortalidad de niñas y niños menores de cinco años en dos tercios entre 1990 y 2015.
Con fecha de publicación del 10 de marzo de 2014, un nuevo informe de ONU Mujeres, Hearts & Minds: Women of India Speak, aporta datos sobre esta importante cuestión compartiendo las historias de Bhuri Bibi y otras mujeres.
Abandonadas: la lucha de una madre y una hija por sobrevivir
En el informe, Bhuri Bibi recuerda: “Cuando al final me abandonó, estaba embarazada de nuevo, aunque entonces no lo sabía. Cuando nació mi hija, vivía en casa de mi madre, y aquella vez el bebé sobrevivió, seguramente porque no me pegaron ni torturaron durante el embarazo”.
Pese a que su marido y familia la abandonaron junto con su hija recién nacida, pudo encontrar en su madre la ayuda y el cuidado que tanto necesitaba. Pero, justo cuando pensaba que su vida finalmente iba a mejor, su madre falleció, dejando a Bhuri Bibi en casa con sus hermanos. Intentaron forzar su marcha infligiendo más violencia sobre ella. Tras negarse insistentemente a irse, sus hermanos cedieron y prestaron a Bhuri Bibi y a su hija un pequeño espacio de la casa.
“Mi hija va conmigo a todas partes, no me fío de nadie… La vigilo constantemente”, afirma. “Espero de verdad conseguir dinero para construir una pequeña vivienda para ella y para mí, donde podamos vivir en paz”.
Como víctimas de la violencia doméstica, Bhuri Bibi y su hija se encuentran en una situación especialmente vulnerable y es muy posible que sufran desventajas económicas y al tratar de encontrar un empleo. Su futuro es incierto, pero el instinto maternal de protección de Bhuri Bibi puede llegar muy lejos. Sus experiencias con la violencia doméstica y su repercusión en la mortalidad infantil es algo que no va a olvidar fácilmente, pero sigue teniendo fe en un futuro feliz para ella y su hija.
Cómo reducir la mortalidad infantil en la India
La India ocupaba el puesto 132 en el Índice de Desigualdad de Género de entre 148 países en 2013, según el Índice sobre Desarrollo Humano del PNUD. El número de niñas por cada 1.000 niños de 0 a 6 años de edad ha disminuido rápidamente en los últimos años, es decir, nacen menos niñas. Según el censo de 2011, de las 927 niñas por cada 1.000 niños de 2001, la relación se ha reducido a 919 niñas en 2011.
En la India, al igual que en otros países de Asia, el infanticidio femenino y la preferencia por tener un hijo varón asientan sus raíces en creencias culturales y religiosas patriarcales aceptadas generalmente durante siglos. Como refleja un estudio realizado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre la Mujer y la Oficina Regional de Asia y el Pacífico del UNFPA, “las mujeres sufren una fuerte presión social y familiar para tener un hijo varón, y, si esto no ocurre, a menudo conlleva la amenaza y consecuencias de violencia o abandono en su matrimonio”. Asimismo, el estudio afirma que los medios tecnológicos que permiten el diagnóstico prenatal, disponibles desde mediados de la década de 1980, han facilitado la selección prenatal según el sexo, y los abortos selectivos como consecuencia.
“En la India, ONU Mujeres aborda la violencia doméstica y la preferencia por tener un hijo varón mediante la colaboración con mujeres representantes electas y otras mujeres de aldeas de cinco estados diferentes. Las animamos a que nos cuenten sus preocupaciones y aumentamos su participación en la toma de decisiones local en panchayats (consejos de aldea) y gram sabhas (reuniones públicas de la aldea)”, afirma Rebecca Reichmann Tavares, representante de la oficina de ONU Mujeres en la India, Bhután, Maldivas y Sri Lanka.
Entre 2011 y 2013, ONU Mujeres capacitó a 800 motivadoras para que animaran a otras mujeres a participar en reuniones especiales destinadas exclusivamente a mujeres o mahilasabhas, en las que hablaron sobre violencia doméstica y otros problemas sociales como el alcoholismo, la dote, la selección por sexo y el matrimonio infantil. En el mismo periodo, 6 millones de mujeres participaron en 1.172 gram sabhas, 5.163 ward sabhas y 3.179 mahilasabhas (reuniones de mujeres a distintos niveles locales).
Bhuri Bibi y su hija. Foto: ONU Mujeres/Swapna Bist-Joshi
Fuente: Onumujeres