septiembre 02, 2014

Libertad Vigilada…




Por fin una buena noticia!!! Me dije una mañana de la semana pasada cuando leí en el diario la siguiente frase, “Sujetador: Falsa Necesidad”. Estupor causaban los estudios que comprobaban lo que las mujeres ya sabíamos: usar sostén no puede traer nada bueno.

Me encantó que se lograra difundir en distintos medios de prensa a nivel mundial que esta “Armazón Patriarcal” se estaba deshaciendo, lento pero quizás de seguro. A pesar de los grandes intereses económicos capitalistas e ideológicamente represivos que hay detrás del famoso “sostén” que día a día usamos obedientemente las mujeres, era posible que comenzara finalmente su silenciosa retirada.

Lo primero que reflexioné es que este es un invento que reprime la naturaleza propia de las mamas, comprimiéndolas, subiéndolas, achicándolas y redondeándolas hasta el ridículo. ¿Para qué? Para “Controlar” o “Mantener Bajo Control” (como dicen muchas marcas de lencería) una de las partes de la anatomía femenina más utilizadas como fetiche por el Sistema Capitalista. Volviéndolo incluso uno de los símbolos de innumerables épocas históricas en que el “escote” que sujeta es a la vez algo infinitamente deseable y al mismo tiempo, según muchas religiones “La perdición” de muchos “buenos” hombres. Dicotomía que vuelve a las tetas o las chichis, un lugar deseado pero a la vez un territorio “vedado”. Como si en verdad más que de una parte de la mujer se estuviera hablando y dando un tratamiento a “las mujeres” en su conjunto.

Otro punto interesante, es que hay otra dicotomía en la mirada que se hace de los “pechos” dentro del sistema androcéntrico en que vivimos. Para algunxs se convierten en lo más “santo” de una mujer cuando amamanta y para otrxs en lo más “sexy” cuando se los quiere mirar con deseo. Todas construcciones masculinas que las mujeres hemos permitido y asumido como las más fieles “colaboradoras”…operando, mutilando y dejándonos modelar y cercenar, sin saberlo, incluso hasta de modo inocente como si las tetas no fueran nuestras, sino todo un “artefacto” para la “diversión” de quien las pudiera comprar, a través de la lencería “milagrosa” o definitivamente a través de una cirugía. 

Por otra parte, mujeres y hombres hemos aceptado sin chistar la “idea” de cómo deben lucir “los senos”. Es así como el sostén se erigió como símbolo de la opresión patriarcal sobre el cuerpo de las mujeres. Hay temporadas en que el busto se “usa” grande, a veces pequeño, modelado, inocuo, o casi inexistente. Todo ordenado, controlado, dirigido, administrado de acuerdo a la temporada, sobre la base de las tallas de ropa, la moda internacional, la modelo o actriz del momento y difundido a través de una eficiente y eficaz “propaganda” de innumerables marcas que a través de sus comerciales televisados y gráficos extienden la idea de cómo deben lucir las “tetas” de las mujeres según la edad, el estrato social, la ocupación, la ocasión, Etc. Todo está ya pensado, definido y “aprobado”: nosotras solo aceptamos lo que trae la nueva temporada cada vez que el clima cambia. Ni en esto se nos consulta, ya ha sido decidido, solo se nos exige cumplir con lo que nos “conviene” con la promesa de que así nos veremos más chics, deseables o jóvenes, depende lo que la agencia de publicidad haya acordado con la “marca” interesada.

Es por todo lo anterior que no resulta curioso que todas las revistas y periódicos que difundieron la noticia de que “ohhh quizás ya no es tan buena idea que las mujeres usen sostén” solo hagan alusión a argumentos que tienen que ver con la salud. Todo estaría “coludido” ahora para hacernos dejar de usar sostén…una vez más se nos estaría dando una orden, como si viniese desde el mismísimo “Cielo” o de “Dios”, haciéndonos creer que somos “libres”, pero no nos equivoquemos, se trata de una libertad vigilada, hasta que aparezca un nuevo estudio…una moda, una creencia, una nueva buena idea…

Entonces, si queremos tomar en serio que el sostén:

  • Usado por más de 12 horas diarias desarrolla cáncer, hallazgo que habría desmentido la premisa de que una mala alimentación y la falta de ejercicio son las causas del padecimiento. 
  • No reduce el dolor de espalda, sino todo lo contrario, ya que produce marcas en la piel y aprieta el pecho, produciendo en algunos momentos síntomas parecidos a la angustia.
  • Hace que los músculos de soporte se infrautilicen, degradándose con más rapidez. Provocando que los senos sean menos firmes.
  • Hace que los pechos se conviertan en "dependientes" de un apoyo de lencería, creando una falsa necesidad.
  • Jamás se debe usar al dormir, incluso debe sacarse al llegar a casa, pues con un lapso de tiempo al día sin sostén, la mujer evita la acumulación de toxinas.
  • Produce que el roce constante de la prenda con varillas metálicas provoque que la piel se irrite con facilidad. 
  • Que al ser apretado, los pechos de la mujer se opriman y produzcan acumulación de líquidos, blandura del tejido y, lo más grave, la formación de quistes malignos y dolor.
  • Que en realidad el cuerpo sólo acumule toxinas que impiden la respiración de las vías linfáticas de los senos, por donde son desechadas.
  • Que médica, fisiológica y anatómicamente, no se obtiene ningún beneficio.
  • Que es dañino para la salud mamaria femenina, pues tapa los poros de la piel produciendo una acumulación de gérmenes que, según el tipo de tejido de la mujer, puede causar alergias.
  • https://docs.google.com/document/d/1DpJ6435JBsOv_gLfIO7De663i6qoZ81mFrfrC18BgmM/edit?usp=sharingQue andar sin él (sostén) ayuda al crecimiento de los senos y no a su caída como llevamos décadas escuchando.

Entonces si tantas virtudes trae consigo el no usar sostén pido que NO sigan promocionándolo como la más sexy, útil y bella prenda que puede llevar una mujer bajo la ropa. Y que por otra parte, NO sigamos creyendo en sus falsas y aparentes bondades.

Es así como quizás este “artefacto” de dominación se convierta en parte de la prehistoria humana. Por eso, podemos entender que las valientes mujeres feministas de los años sesenta, gracias a las cuales hoy no es raro que podamos estudiar, trabajar, vivir sin tener hijos/as o retrasar la maternidad, viajar, etc. Hayan quemado sus “sostenes” en la vía pública como rechazo a la opresión que vivían las mujeres. Aunque en verdad nunca los quemaron realmente, como después se dijo para reducir el impacto de la crítica, sino que fue un mito creado a partir de la protesta de mujeres feministas en el Miss América celebrado en Atlantic City en 1968, lugar en el que arrojaron sostenes y zapatos de tacón alto a la basura, al ser considerados instrumentos de tortura.

Pero lo cierto es que de manera potente se mantiene aún una cultura del sostén, que nos habla nada más ni nada menos que de valores victorianos aplicados a la sexualidad y el cuerpo de la mujer, donde, al no uso del sostén (dice la socióloga Esther Pineda), le son atribuidas concepciones eróticas y poco decorosas. El desuso del sostén en las sociedades modernas genera rechazo, condena, crítica, sanción, burla y estigma, pues el pecho femenino ha sido convertido en tabú, en símbolo de vergüenza.

Por lo tanto, haciendo honor a la retirada de este “artilugio” de la modernidad no puedo dejar de citar a la feminista australiana Germaine Greer quien declaró ya en la década de los 60 que “el brassiere es una invención absurda”. 

De esta manera se va haciendo cada vez más urgente y necesario desmitificar y desprejuiciar el cuerpo femenino, desarticulando y revirtiendo la moralización impuesta por el sostén. Descolonizando el cuerpo de las mujeres. Conquistando a los pechos, senos, tetas, busto, mamas, lolas, pechugas como territorio para alegría y la soltura, al dejar de usar sostén, hecho que se constituye como un acto profundamente liberador.

Solo una frase para terminar: 

En vez de sostén de seda, tela o algodón quitémonos la presión!!!…por favor!!!...

Paula Andrea Pizarro Rojas

La Ciudad de las Diosas

Sí a la Diversidad Familiar!
The Blood of Fish, Published in