Islandia, un oasis de feminismo en un mundo patriarcal.
Islandia, el país que desde hace nueve años lidera el ránking de igualdad de género del Foro Económico Mundial, mostró esta semana a mujeres líderes de todos los continentes cómo han sido capaces de convertirse en un oasis de feminismo en un mundo todavía dominado por los hombres.
Durante el Foro Global de Mujeres Líderes, celebrado en Reikiavik, la joven primera ministra islandesa, Katrín Jakobsdottir, junto a representantes políticas y civiles del país explicaron el pequeño milagro islandés de igualdad de género.
Todo empezó en los años setenta con las primeras manifestaciones feministas. En 1975, cuando tuvo lugar la primera gran movilización, se sumaron a la huelga por la igualdad de derechos y la conciliación laboral y familiar el 90 % de las islandesas.
Poco después, un grupo de mujeres cansadas de reivindicar sin ver resultados crearon el llamado Consejo de Mujeres que centró su trabajo en conseguir mayor representatividad. Entre finales de los ochenta y principios de los 90, el Parlamento consiguió pasar de 5 % de diputadas a un 30 %.
En ese Consejo estuvo la activista feminista y exdiputada Kristín Einarsdottir, quien dijo en una entrevista con Efe que el consejo más importante para las mujeres "es estar juntas y apoyarse las unas a las otras en el objetivo común de hacer frente a un mundo machista".
"Al principio de todo, antes de ser diputada, nos reunimos en el Consejo hartas de esperar y decidimos que ya bastaba de pedir que otros hicieran lo que pedíamos. Por qué no hacerlo nosotras mismas: asumir el poder", añadió.
Con ese contexto no es extraño que en 1980 Islandia eligiera democráticamente por primera vez en el mundo a una presidenta, Vigdís Finnbogadottir, una madre soltera que se mantuvo en el cargo 16 años.
Tampoco que Jakobsdottir sea ya la segunda primera ministra mujer en lo que va de década, después de que entre 2009 y 2013 ocupara el puesto Jóhanna Sigurðardóttir, la primera jefa de Gobierno del mundo perteneciente al colectivo LGTB+, casada con otra mujer y con dos hijos.
Preguntada sobre qué elementos pueden haber hecho posible que Islandia tenga unos índices de igualdad de género que son solo un sueño para otros países, Einarsdottir menciona a Efe el hecho que sea "más fácil" de conseguir cualquier objetivo en un país de algo más de 350.000 habitantes.
Igualmente, apunta a la influencia de su herencia social, pues durante siglos las mujeres de Islandia tenían que hacerse cargo del sustento del hogar y de cooperar en comunidad con otras cabeza de familia al pasar los hombres muchos días fuera de casa dedicados a la pesca.
"Seguramente una explicación de nuestros logros sea esa tradición de mujeres económicamente independientes, mucho más que otras de otros países que han tenido que ser dependientes de los recursos de sus maridos", explicó a Efe.
Dos de sus medidas políticas clave en los últimos años son la ley que obliga a las empresas a dar respuestas a la Administración de por qué sus empleadas cobran menos que ellos, una medida que ha reducido hasta el 5 % la brecha salarial (en la Unión Europa está por encima del 16 % de media), así como los permisos de paternidad obligatorios y no transferibles a las madres.
Por segundo año consecutivo, Islandia acogió el Foro Global con el objetivo de reunir a las mujeres que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito público y privado para intercambiar opiniones sobre cómo avanzar en la igualdad y la representatividad de la mujer.
En la última edición del premio de cine Lux del Parlamento Europeo la ganadora fue "La mujer de la montaña", la historia de una mujer islandesa que consigue sola sabotear a las multinacionales del aluminio que destruyen el medioambiente. EFE
Por Lara Malvesí
Fuente: La Vanguardia