abril 15, 2019

Marisa Soleto en @EClaraCampoamor : “El concepto de clase no tiene ni rastro de feminización, no incorpora siquiera los itinerarios de las mujeres”

Finalizan las VI Jornadas Clara Campoamor en Fuenlabrada


Silvia Buabent: “Votar en este momento es una obligación para todas nosotras”

En triángulo, cuadrado o círculo, es posible imaginar una geometría variable para trazar las líneas que unen el pensamiento feminista, el activismo y las políticas. De modo que encuentros como las Jornadas Clara Campoamor, cerradas este viernes 13 de abril en Fuenlabrada (Madrid), “sirven para ser contundentes en nuestros planteamientos”. Así se expresaba Silvia Buabent en sus conclusiones, una mujer bien conocida en su ciudad como una impulsora –“aquí no tenemos mar ni turismo, pero tenemos feminismo”, se sonreía– de la agenda de la igualdad.

Llamar a la participación electoral del voto feminista ha sido una de las claves de estas Jornadas, cuyo calendario las sitúa a las puertas de dos citas con las urnas. “Votar en este momento es una obligación para todas nosotras”, dijo. Ella, junto a la filósofa Luisa Posada, y acompañadas por la actual concejala de Igualdad, Raquel Carvajal, han sido las encargadas de recoger las conclusiones de las Jornadas. Un evento que ha ocupado los focos con la presencia inaugural de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, el día anterior en el centro Tomás y Valiente.

Luisa Posada: “El neoliberalismo galopante exige aún un proyecto de emancipación de las mujeres”

La propia Luisa Posada, profesora de la Universidad Complutense de Madrid e integrante de su Instituto de Investigaciones Feministas, abría el viernes el acto con una conferencia acerca de “El sujeto político en la Acción Feminista”, un debate polarizado en espacios del movimiento. La racionalidad de la filosofía trata de arrojar alguna luz sobre un tema increíblemente polémico hoy en día. Para Luisa Posada, el sujeto político del feminismo deben ser las mujeres. Y puntualiza: “cuando hablo de mujeres no me refiero a una esencia ni a una biología, sino a un referente”, un argumento cercano a las reflexiones de la francesa Monique Wittig.

Ahora bien, la profesora trata de encuadrar este sujeto en lo que venimos llamando cuarta ola feminista, el auge actual de las movilizaciones de masas por la lucha feminista. Luisa Posada afirmó que esta cuarta ola “es una auténtica insurrección contra la violencia sexual”.

“Estamos en un nuevo paradigma del patriarcado, que llamaría patriarcado violento”, afirmó. El feminismo tiene que conseguir que las mujeres pasen a tomar conciencia de que esta violencia es estructural al sistema patriarcal. “No solo se trata de igualdad política y social, sino también económica: el feminismo hoy es anticapitalista”, aseguraba. Las tesis de la estadounidense Nancy Fraser de hace unos años, acerca de la redistribución de rentas y del reconocimiento simbólico para las mujeres, le proporcionan una referencia –a pesar de las divergencias con las posiciones actuales de Fraser, que ha visitado recientemente Madrid–. “Fraser remarca que redistribución y reconocimiento son indisociables, y habla de una justicia bidimensional de género”.

Sin embargo, a partir de los ochenta el feminismo “quedó atrapado en el predominio de las diferencias”. Hoy hay quienes defienden que el sujeto ha cambiado, tesis que procede fundamentalmente de los textos de Judith Butler. Esta estadounidense es la autora de “El género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad” (1990) y en sus libros describe lo que se conoce como teoría queer. Para Butler, explicó Posada, la construcción “mujeres” deja fuera a parte de quienes dice representar.

“Estabilicemos el sujeto político del feminismo, justo cuando necesitamos un sujeto fuerte”, enfatizó la filósofa española ante el público, “porque el neoliberalismo galopante exige aún un proyecto de emancipación de las mujeres”.

Lina Gálvez: “Debemos hablar de una organización social del cuidado”

La última mesa redonda de la presente edición estuvo centrada en la economía y el empleo, a cargo de dos mujeres con “currículos con peso”, en la expresión de la moderadora, Carmen Flores, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras. Abrió el turno la andaluza Lina Gálvez, profesora de Economía de la Universidad Pablo de Olavide. En este momento, la experta en economía y género es candidata al Parlamento Europeo, como independiente en las listas socialistas.

Gálvez hizo transcurrir su exposición de lo académico a los movimientos sociales y las instituciones políticas. Y de ahí al nivel individual, para quitarnos la idea de que todo es nuestra responsabilidad individual, en especial “para que las jóvenes sepan que lo que les pasa es una cuestión de género”.

“En la revisión del conocimiento androcéntrico, la ciencia social más impermeable al cambio ha sido la economía. Una ciencia que, políticamente, no es cualquiera”, explicó. Y no lo es porque la revolución neoliberal está cambiando, como decía Margaret Thatcher, hasta el alma y el corazón de las personas: el “homo economicus” está anulando al “homo politicus”. “Ese homo economicus si algo no es, es mujer. Ojo, porque este relato es muy seductor: el egoísmo, el individualismo, se liberan de culpa”, añadió Gálvez.

Pero aún hay un paso más. “En el neoliberalismo actual, el homo economicus ha sido sustituido por el capital humano. Esto entronca con todos los debates de la prostitución y de la mercantilización de los cuerpos.” Un cuerpo en el que invertimos “como si fuéramos un portfolio”, por ejemplo, con el auge de la cirugía estética.

Para la economista andaluza, también los sindicatos vienen de una cultura completamente masculina. “Ese mundo del trabajo sigue funcionando como la horma de un zapato, diseñada para un trabajador libre de la responsabilidad de cuidados, hasta de sí mismo”. Una frase con la que el público, mayoritariamente femenino esa mañana, espontáneamente arrancó a aplaudir.

“Debemos hablar de una organización social del cuidado”, explicó poco después a Tribuna Feminista, ante la situación en nuestro país de las mujeres que, en el empleo doméstico y de cuidados, están poniendo en la agenda sus demandas. Vigilar a las empresas de trabajo temporal, luchar contra la economía sumergida, incluir a las trabajadoras en el régimen general, fomentar empleo público de buena calidad en este sector o desarrollar la ley de dependencia son algunas de las ideas que apuntó para mejorar las condiciones de una verdadera legión de mujeres a menudo en precario.

Marisa Soleto: “Lo cierto es que se siguen produciendo abandonos de lo laboral para atender a lo familiar”

A continuación, Marisa Soleto habló de su experiencia a través de la Fundación Mujeres, de la que es presidenta. “El concepto de clase no tiene ni rastro de feminización, no incorpora siquiera los itinerarios de las mujeres”, afirmó. “Hoy casi ninguna mujer joven tiene planificado el no trabajar, pero lo cierto es que se siguen produciendo abandonos de lo laboral para atender a lo familiar”. Así, aunque el desempleo masculino baja, el femenino sube. Tampoco hay soluciones en cuanto a la permanencia, o en la feminización de algunas categorías laborales: es el fenómeno de la segregación horizontal. En cuanto a la segregación vertical, incluso en empresas que presumen de incluir mujeres en los consejos de administración, la realidad es que no están en los cuerpos directivos.

“En casi toda la intervención que se ha hecho desde los poderes públicos”, criticó, “se ha procurado simplemente el acceso al empleo, pero hay que pensar en lo que tiene incidencia sobre el desarrollo de carrera”. Marisa Soleto dio también un toque de atención sobre el fenómeno de las startup –empresas incipientes generalmente apoyadas en la tecnología–, “que no están orientadas en bienes y servicios y creación de empleo real”. Hay dificultades de acceso a la financiación del emprendimiento de mujeres en la mayoría de los casos, dijo. Todo un panorama de desigualdades que tiene repercusiones en las cotizaciones y a la larga, en las pensiones de las mujeres.

“Centremos el tiro: que no pase la ultraderecha”. Así animó Silvia Buabent al cierre de las Jornadas de este año para ejercer el sufragio activo y pasivo, para elegir y ser elegidas. Y lo hizo con un recuerdo a la diputada de la II República cuya lucha consiguió en 1931 ese derecho para las españolas. Un nombre que encabeza la Escuela de Pensamiento Feminista de Fuenlabrada: Clara Campoamor, sufragista y abolicionista.

Fuente: Tribuna Feminista

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