Hibotep: «Tenemos que crear oportunidades las unas para las otras, porque la mayoría no lo va a hacer para nosotras»
Somalí de nacimiento y ugandesa por elección, la DJ y productora Hibo Elmi es una de las seis artistas negras con las que ha contado esta edición del festival Sónar 2019 en Barcelona. Con un set Boiler Room y otro en el festival Forecast de Berlín a su espalda, su actuación en la ciudad condal prometía. Horas antes de satisfacer con creces nuestras expectativas, hablamos con ella:
Foto Anna Fux
Eres DJ y productora, rapera, cineasta, artista visual y diseñadora de moda, más allá de esto ¿quién es Hibo? ¿Quién es Hibotep?
Hibo Elmi es una amante de aventuras y cosas bellas en el mundo. Pero Hibo Elmi también es una persona con ansiedad social y allí es cuando entra en juego Hibotep. Hibotep surge con el contacto con las personas, es su forma de comunicar, intentar ser vulnerable y tener una mentalidad de “estamos todos juntos en esto”. Entonces desaparece el miedo, no la ansiedad y los nervios, pero sí el miedo. Básicamente Hibotep surge como una salida de mi zona de confort.
Al googlear tu nombre, lo primero que aparece es el vínculo con la ciudad de Kampala. ¿Qué significa la escena underground de Kampala para ti?
Para la mayoría de nosotros, quienes somos de África, la música, o cualquier otra cosa procedente de Occidente, llega muy lento. Cuando vosotros ya habéis superado algo, nosotros seguimos bailándolo. La escena underground vino a ser un lugar para expandir la mente y descubrir géneros desconocidos hasta el momento.
Por otro lado, generalmente la gente suele parecerse, suele copiar a otras personas, pero en la escena underground se trata de que las personas encuentren su propia identidad y que la expresen de la forma que mejor les venga. Fue muy difícil al principio. Era común que te abucheasen. Te pedían que pincharas canciones mainstream. A veces incluso llegaba a la violencia, de repente simplemente te desenchufaban tu equipo. Pero después de cinco años la gente ha empezado a escucharlo y entenderlo.
Tu hermana gemela también se dedica a la música. ¿Cómo ha sido colaborar con ella?
Al crecer, siendo niñas, automáticamente fuimos obligadas a ser mejores amigas. Todo era similar. Te preguntas, ¿Cómo podemos seguir siendo cercanas y a la vez desarrollar nuestra propia identidad? En nuestro caso, la música fue la respuesta. Tenemos estilos diferentes pero siempre pudimos conectar a través de ella. Ahora estamos trabajando en una EP juntas. De hecho, fue ella quien me inspiró a ser DJ, fue ella quien siempre me empujaba. Antes del set de Boiler Room estaba muy nerviosa, pero su presencia me calmó y me dio un chute de energía.
Foto Anna Fux
En otra entrevista describiste la música como “un mundo antes de que creáramos fronteras”. No en la música, pero sí en la industria musical y en tu carrera ¿qué tipo de fronteras te has encontrado?
Para mí la música es el único lugar libre del mundo que permite viajar física y emocionalmente. Incluso en Somalia, un país que sigue la ley Sharía de forma muy estricta, y donde la libertad es limitada, la música no lo es.
Sí es cierto que si eres de África hay muchos controles, temas de visados…Fronteras en el sentido físico. Yo no tuve problemas, lo cual es tener mucha suerte. Pero sé que no es igual para todos los artistas. Hay artistas con mucho talento que se merecen ser escuchados. Pero existen las fronteras, y ello debe cambiar, aunque paso a paso.
La mayoría de musulmanas que tienen exposición mediática en Occidente tienen algún vínculo con éste, ya sea porque nacieron, crecieron o viven aquí. ¿Cómo fue para ti crecer en un país en el que no pertenecías a una minoría?
Yo era minoría en el sentido de ser de dos países en constante choque: Somalia y Etiopia. Y si bien no era minoría en términos numéricos, sí que era minoría por cómo soy, por cómo vestía, por la música que toco. Simplemente por desobedecer las leyes que crearon para mí. El hecho de poder estar con otras musulmanas y poder hacer ruido me parece increíble. Creo que toda musulmana, toda mujer, toda minoría debe tener esa mentalidad. Tenemos que crear oportunidades las unas para las otras, porque la mayoría no lo va a hacer para nosotras. Esto podría ser una solución por ahora, quizá.
Usas mucho los términos “Ninjabies” y “Turbanistas”. ¿Nos puedes explicar qué significan para ti?
Hay muchos tipos de hijabs. En algunos países el turbante no es considerado hijab porque muestras tu cuello. En este sentido “Ninjabi” es cualquier persona que lleva algún tipo de hijab, especialmente en una sociedad que no lo acepta. Son ninjas porque van cubiertas pero a la vez son fuertes.
Turbanistas realmente es un hashtag. Un movimiento. Musulmanas que llevan turbantes a menudo son ridiculizadas porque “no es suficientemente modesto”. Se trata de unir a gente a lo largo de la amplísima cultura africana con la religión.
Se recalca mucho lo de permanecer fiel a los propios orígenes o de donde una es pero ¿qué dirección te gustaría tomar como artista?
Básicamente lo que quiero conseguir es unir a las personas y llegar a ser un puente. Viniendo de un “war-torn country”, un país devastado por la guerra, hablar por mi país y compartir el mensaje de mi gente es lo más grande. La guerra ha durado tantísimos años que ahora ya no parece interesar, ya no es lo suficientemente importante porque ha durado más de veinte años, ahora es irrelevante. Pero quiero que nuestra gente esté en todas las plataformas para decir que estamos aquí, que yo estoy aquí. Y yo hablaré por ellos. Lo mismo que ocurrió con Sudán, las personas con el privilegio de tener Internet mantuvieron viva esa voz y eso es lo más importante. Usar tu voz mientras puedas y hacer el bien por la gente.
Por Anna Fux
Hija de tercera cultura residente en Madrid. Escribe y fotografía sobre antirracismo, feminismo y todo lo millennial.
@annafuxx en Instagram
Fuente: Afrofeminas.com