The Lancet publica un amplio estudio sobre el impacto de la guerra en la salud de millones de mujeres y criaturas
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La prestigiosa revista científica The Lancet ha publicado un amplio estudio en el que se profundiza sobre las consecuencias de la guerra en la salud de las mujeres y las criaturas. Los y las investigadoras estiman que, en 2017, el conflicto armado afectó al menos a 630 millones de mujeres y infantes en todo el mundo. También afirman que, en los últimos 20 años, la guerra ha provocado la muerte de más de 10 millones de criaturas menores de 5 años, incluidos entre 6,7 y 7,5 millones de bebés, a partir de modelos de análisis con datos de numerosas agencias humanitarias, socios de investigación locales y organizaciones de la sociedad civil.
En los conflictos contemporáneos, parece haber poca consideración por el derecho internacional humanitario. Hay un despliegue frecuente de armas químicas y explosivas en las zonas urbanas y hay una violencia sexual generalizada. Los combatientes también participan en formas híbridas de guerra, incluidos los ataques cibernéticos, que alteran la vida local.
En 2017, 1 de cada 10 mujeres y casi 1 de cada 6 infantes en todo el mundo vivían a menos de 50 kilómetros de un conflicto armado, o los había desplazado por la fuerza. Para las personas que viven en áreas con combate activo, el peligro va más allá de la violencia directa. La evidencia sugiere que el riesgo de morir por causas no violentas aumenta sustancialmente con la proximidad a conflictos intensos y crónicos. Las mujeres en edad fértil que viven cerca de luchas intensas tienen tres veces más probabilidades de morir que las mujeres que viven en entornos pacíficos y sus bebés también tienen un 25% más de probabilidades de morir jóvenes.
En referencia a las evidencias del estudio, en Medical News Today, la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark concluye que “Los derechos y necesidades de las mujeres, las criaturas y los y las adolescentes deben ubicarse en el centro de todos los esfuerzos humanitarios, de desarrollo y de consolidación de la paz, de acuerdo con el concepto de centralidad de la protección. Hacer esto no es responsabilidad de ningún sector o grupo de partes interesadas, y todos los actores deben acordar colectivamente y exigir una mayor alineación, inversión y atención política.
Por Mar Joanpere
Fuente: Diario Feminista