abril 14, 2021

Ximena Cardoso, cientista política de ELA argentina: “Cualquier mujer o persona que quiera dedicarse a la política lo debería poder hacer sin sufrir tanto”



La violencia de género en la política no disminuye a medida que la mujer va adquiriendo más poder. En Argentina, una de las políticas más poderosas de la última década, la vicepresidenta Cristina Fernández, ha sido víctima de violencia de género en redes sociales, por ser política y por ser mujer.

En Chile, la realidad no es distinta. En un año de elecciones y pandemia, donde las campañas se han centrado en las redes sociales, tempranamente se iniciaron las denuncias de casos de discriminación y violencia contra candidatas e integrantes de la diversidad sexual que participan en política. Pero aún no hay cifras claras. En Argentina, en cambio, la violencia política de género contra las mujeres y disidencias ha sido estudiada por diversas organizaciones y actualmente está tipificada en la ley.

El Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) realizó dos estudios sobre la violencia contra las mujeres y disidencias en la política en Argentina. El primer análisis data de 2018, y está centrado en el quehacer político de las mujeres, luego, en 2019, estudiaron la violencia hacia mujeres y disidencias en políticas, pero en plataformas digitales.

Ximena Cardoso es cientista política y una de las investigadoras en el área de ELA. Ha participado en ambos estudios. Recuerda que Bolivia fue uno de los primeros países que desarrolló una ley específica sobre violencia política, debido a que los niveles de violencia física y asesinatos de mujeres de zonas rurales, algo similar al tipo de violencia política contra las mujeres que se registra en México. Pero, en Argentina, la violencia de género contra las mujeres en política ha sido distinta.

Para caracterizar esta violencia de género, en 2018, hicieron una encuesta a 45 legisladoras del Congreso Nacional de Argentina, en la que abarcaron todas las provincias del país. Sus principales resultados arrojaron que 8 de cada 10 mujeres encuestadas vivieron violencia durante su carrera política, “lo cual es un número muy alto”, señala Ximena Cardoso. El 50% de las mujeres consultadas aseguró haber sido víctima de violencia psicológica, un 28% simbólica, y un 22% violencia económica. En menor medida se encuentran violencias físicas y sexuales, que no superaron el 5%.

«Esto nos da un diagnóstico bastante claro de cuál es la experiencia que viven las mujeres políticas argentinas. Tiene que ver más que nada con el menosprecio de sus capacidades, con el minimizar la experiencia que puedan tener, su formación, que muchas veces es igual o mejor que la experiencia o capacidades que tienen los políticos varones, pero por razones de género, muchas veces son minimizadas o invisibilizadas. El tratamiento en los medios de comunicación no es el mismo, no se le dan las mismas oportunidades a la hora de conformar listas electorales”, destaca la investigadora de ELA.

Una situación que fue recurrente durante su investigación fue que las mujeres entrevistadas no tenían conciencia de que eran víctimas de violencia de género por su papel en política: “Vos les preguntabas, ¿alguna vez viviste una situación de violencia política? Y te decían no, pero después a lo largo de la encuesta les ibas detallando distintos tipos de situaciones y al final terminan diciendo: ‘Eso sí me pasó’. Y cuando finalizaba la encuesta y les volvías a preguntar si habían vivido una situación de violencia política, ellas mismas decían: ‘No, si al final si, no me había dado cuenta’. Pero bueno, como todo tipo de atravesamiento de violencia, las víctimas no se dan cuenta”.

A finales de 2019, Argentina modificó la Ley Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres o la Violencia de Género, integró la violencia política dentro de la legislación, por lo tanto, el Estado la reconoció como tal. “Eso te da un marco para que las mujeres políticas puedan reclamar frente a sus propios compañeros y a personas que no entienden mucho del tema. Donde ellas puedan decir, esto es algo que está respaldado por la Ley en Argentina, no es que esté loca, no estoy reclamando algo por loca, esto está reconocido”, destaca Ximena Cardoso.

Las redes sociales violentan

En 2019 también, las investigadoras de ELA se centraron en la violencia política y de género en las redes sociales. El estudio consistió en analizar conceptos, palabras y menciones de ciertos perfiles de mujeres políticas en Twitter. En paralelo, fueron analizando de forma cualitativa los perfiles de Facebook e Instagram de una serie de mujeres políticas.

«Fue muy interesante, los principales resultados nos arrojaron que, del total de los comentarios con violencia machista en redes, en un 54% los comentarios violentos tenían que ver con expresiones discriminatorias. Si lo desglosamos, un 39% tenía que ver con los roles y mandatos de género, un 34% tenía que ver con menosprecio a los roles y capacidades y un 27% con alusiones al cuerpo y a la sexualidad. Otro tipo de comentarios, eran acosos (25%) y amenazas (16%)”, detalla Ximena Cardoso.

Otra conclusión que resalta la investigadora es que esta violencia contra las mujeres en la política aumentaba a medida que las políticas eran más jóvenes. Un caso que destaca Cardoso, es el de la diputada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Ofelia Fernández, la legisladora más joven de Argentina con 20 años.

“Tiene constantemente ataques en redes sociales, donde no se le discute ni sus argumentos, ni sus ideas, sino donde simplemente se le insulta por su edad y también por fake news, del tipo que no terminó secundario o que es una ignorante. Esto da cuenta de eso, que a veces la violencia, es que simplemente le molesta que sea mujer y que sea joven y casi ni se fijan en qué están diciendo”.

Ximena Cardoso recuerda que hubo un momento en que Ofelia Fernández “daba muchas entrevistas y ciertos periodistas varones en Argentina tenían un ensañamiento particular con ella, no sabría explicar la razón, pero les molestaba ella, lo que decía y quién era, cómo era. Creo que pasa en muchos lados, la derecha y los discursos machistas, tienen muchos seguidores también, del otro lado hay un montón de gente que apoya esas cosas. A ella le dicen que no terminó el secundario y por lo tanto no puede ser legisladora, lo cual es mentira. Le dicen que cobra un montón, que roba plata; todo mentira. El caso de ella es particular, en su legislatura son muy poco conocidos los demás legisladores, pero sin embargo ella tiene una relevancia tan grande y le reclaman porque es mujer, joven y feminista”

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Hace unos días, Ofelia Fernández cerró su cuenta personal de Twitter, lo que llamó la atención de los medios trasandinos.

Mirada Interseccional

Un debate que se abrió a partir de los estudios de ELA fueron los problemas para investigar de forma interseccional el fenómeno de la violencia política contra las mujeres y la disidencia sexual.

“Intentamos desde un inicio tener una mirada más interseccional en la mirada del colectivo LGTBQI+ a la hora de analizar, justamente, a las políticas que iban a ser candidatas o les polítiques que iban a ser candidates. Pero la realidad es que, en Argentina, el acceso a integrar a cargos o listas en partidos políticos a la comunidad LGTBQ+ es casi nula, por no decir completamente nula. Hubo sólo una candidata trans, que logramos monitorear en las primarias, pero que después no logró superar el piso requerido para integrar la lista y después ni siquiera pudimos seguir monitoreando”, explica Cardoso.

Según la cientista política dicha experiencia deja en evidencia que “el colectivo trans y travesti, al tener una cantidad de derechos vulnerados tan grande, no tienen acceso a salud, educación, vivienda. El margen que tiene, además de que tienen todo eso vulnerado para acceder a la participación igualitaria en política, probablemente sea muy, muy bajo, y ahí existe una brecha enorme en relación a lo que vivimos las mujeres, digamos cisgénero”.

«Es un problema que tenemos que seguir tratando de investigar, para acortar esa brecha y para que las personas trans, travestis, y cualquier persona si quiere participar en política, lo puedan hacer de la misma manera y no tenga que sufrir las violencias o otros tipos de violencias, porque seguramente ellas viven otros tipos de violencias, que las mujeres cis por ahí no”, agrega.

El acceso a la política, siempre un conflicto

Uno de los focos que ha dejado al descubierto el estudio de la inclusión de mujeres y disidencias en la política argentina es la inmensa desigualdad que hay de oportunidad de acceso, inclusión y mantención de las mujeres en la política.

“Las mujeres siempre tienen que elegir ser madres o ser militantes o dedicarse a la carrera política, porque las labores de cuidado siguen recayendo en las mujeres. Entonces, a los varones eso nunca les pesa, ellos pueden tener cuatro, cinco o seis hijos o hijas, y tener una carrera política exitosa y hay mujeres por ahí que no pueden, son divorciadas, tienen que hacer malabares para cuidar a sus hijos u otras personas que tienen que cuidar. El tema es que siempre es más difícil hacerlo visible porque como todo, cuesta reconocer, o que la sociedad entienda que eso es algo importante”, desmenuza Cardoso.

Para la cientista política esta violencia radica en que el sistema que está conformado por personas y prácticas “machistas y violentas en el sentido más amplio de la palabra violencia. Creo que hay fuertes resistencias a que las estructuras cambien, en el sentido de que el poder político muchas veces sigue estando en manos de varones, y la disputa del poder político siempre significa un conflicto y no van a alargarlo así tan sencillamente los varones (…) Cualquier mujer o persona que quiera dedicarse a la política lo debería poder hacer sin sufrir tanto”.

A pesar de que Argentina cuenta con una Ley de Paridad, que exige que el 50% de las listas electorales estén compuestas por mujeres, “ni siquiera con eso logramos tener 50% de mujeres electas”, reconoce la investigadora, quien agrega que la mayor inclusión de mujeres no significa necesariamente que éstas sean feministas o que tengan perspectiva de género, “pero está comprobado que la participación de mujeres en ámbito legislativo diversifica la agenda de temas”.

“Me parece en ese sentido, lo que está haciendo Chile para que la nueva Constitución sea con constituyentes paritarios, es impresionante. Porque aquí la constitución no fue debatida por mujeres, hubo reformas, pero en la base del debate no hubo mujeres”, sentencia Ximena Cardoso.

Por Macarena Segovia Quinteros
Fuente: Observatorio de Género y Equidad

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